Me sentía como una tonta, por no haber reconocido la canción, esta era una de las bandas favoritas de mi padre. Para mi sorpresa Ethan no cantaba mal, mientras lo hacía sus ojos me contemplaban infinitamente, escondiendo bajo el cobijo de aquella letra otra de sus declaraciones.
—Este tema dice en su composición muchas cosas que tú me haces sentir, como por ejemplo la siguiente frase: “No necesitas estar sola, no hay necesidad de estar sola”, la otra sería: “No necesitas estar asustada, no hay necesidad de estar asustada… Esto es amor real”.
Quedé en silencio pensando: ¿Este chico no se cansará de ingeniarse tantas formas de sacar a relucir sus sentimientos? Su mirada continuó examinándome de manera tan intensa que me incomodó, así que sutilmente y mostrando una sonrisa débil y nada creíble volteé hacia la ventana del coch
Rápidamente, Ethan se me acercó y me tomó de la mano aceleradamente y me condujo hacia las escaleras, yo estaba muy avergonzada, no sabía cómo manejarme ante este pleito familiar, pero lo peor fue cuando Ethan ascendía conmigo a rastra tropezando bruscamente a Maribel que seguía reprendiéndolo frente a mí.—¡Te estoy hablando!… ¡Esto lo va a saber tu padre!—¡Termina de morirte! —le gritó sin mirarla.Ethan me llevó a su habitación, luego de estar ya adentro lanzó la puerta con tanta fuerza que esta crujió al chocar contra el marco.—¡Como odio a esa mujer! Perdón… No debiste presenciar esta discusión, creí que esa desagradable mujer había salido a verse con alguno de sus amantes.—Ethan yo… Lo siento mucho.Quedé callada rep
Me había convertido en una especie de efigie de piedra, que a duras penas podía arrastrar los pies para entrar al internado, mi cuerpo me decía que no quería estar ahí y mucho menos mirar a mi alrededor. No sabía cómo debía actuar ahora en adelante con Ethan luego de la velada del domingo. Aquella tarde habíamos abierto otra puerta, conduciendo los sentimientos a otro nivel de compromiso.Aún podía sentir su mirada, esos ojos que más de una vez me recorrieron en aquella habitación, eran pequeños detalles que me matarían de la pena si se los confesara a Emily; aunque en mis adentros sabía que tarde o temprano ella se enteraría. Mi mayor preocupación era el no poder comprender como de la noche a la mañana mis pensamientos por Ethan se había intensificado de tal manera que me costaba sacármelo de la cabeza.
Aquella escena me atravesó como una daga ardiente encendiendo mi alma con el más profundo odio y sin importarme las consecuencias salí corriendo de mi escondite para ayudarlo.—¡Victoria, no salgas! —me pidió entre murmullos Emily, pero no hice caso; sus manos y las de Lucy se aferraron a mí para evitar que saliera, pero fue inútil, ya yo me había zafado, al llegar a ellos me detuve en seco.—¡No se atreva a volverle a poner una mano encima a Ethan nunca más! —Ethan elevó el rostro con sorpresa para toparse con el mío, mientras su padre me miraba confuso.—¿Tanto le cuesta entender a su hijo, señor? —continué entre reclamos.—¿Quién es esta mocosa tan entrometida?—¡No te atrevas a insultarla!, porque soy capaz de perderte el poco respeto que me queda —resopl&o
—Sí, si voy a seguir hasta que lo aceptes —, sin previo aviso, los comentarios de Emily comenzaron a encenderme y al igual que un volcán exploté dejando salir la lava. —¡Si me está empezando a gustar! ¿Eso es lo que querías oír? Emily dejó brotar una carcajada triunfar, y aplaudiendo me felicitó. —Bravo Victoria, ¡al fin! Pero sabes algo, ya yo lo sabía; solo que quería escucharlo de tu boca. Después de mi improvisada confección, Emily se alejó y comenzó a urgir entre sus cosas. —¿Qué haces? —¿Qué hago?… ¡Voy a ayudarte! La observé aún confusa, seguidamente sacó una caja mediana que tenía muy bien escondida, al parecer yo no era la única que tenía escondites en el cuarto. —Ven. Emily abrió el cofre y de ahí sacó una resortera y un frasco lleno de canicas. Sitúe mis ojos en el contenido restante de la caja, y noté que eso no era lo único que guardaba, también había una soga, un frasco que decía gas pimienta y otros artículos para defensa personal como un paralizador de corr
—Estoy agotada… Tan agotada —repetía mi mente una y otra vez mientras me adentraba en un sueño profundo que me llevaba más allá de mi realidad. —¡Oh! Mi pequeña niña triste… Mi hermosa Victoria —exclamaba entre susurros una voz que era inconfundible para mí. —¡Abuela! —En toda esta miseria, está lo que verdaderamente amas… Pero lo que odias también. Anda mira con avidez —sus palabras eran como acertijos inconclusos, no las podía interpretar ni entender. —Observa con avidez —me repetí, tratando de ver lo que ella me quería decir. —Mira dentro de tu conciencia, sé que puedes salir de tu cuerpo astral —murmuro otra voz a lo lejos, mezclándose con el murmullo de mi abuela —. Él tiene miedo de ti. —¿De quiénes son estas voces? ¡Que quieren de mí! ¿Por qué me persiguen? No pude distinguir formas ni sombras, hasta que una luz me encandiló suavizándose, luego y lentamente se fue adaptando a mis ojos. No lo podía creer, era él. ¿Será que me engañan mis ojos? Era Adrián. Lo vi en la negr
Mis lamentos fueron escuchados, sentí un eco muy lejano que me halaba y me sacaba de la jaula de su cuerpo, el rostro de aquella bestia se alteraba mostrando los matices más espeluznantes de su cara mientras me alejaba. Estaba agotada, dejándome arrastrar por aquella bendita fuerza que acudió a mi ayuda, mirando con los ojos entreabiertos como Arturo quedaba abajo en aquel hueco oscuro lleno de ira simulando un averno.—¡Victoria, despierta! —escuché vociferar, seguidamente sentí cómo algo me sacudía.—Lucy no reacciona —continuaba la voz alarmada, ya más calmada pude reconocer que se trataba de Emily, yo quería abrir los ojos, pero no podía ¡Que estaba sucediendo!—¡Hay que matar al primer hijo del demonio! —murmuraba la voz de Adrián en otro de mis costados mezclándose con la realidad, por otro lado, Emily y Luc
Luego de aquella confesión tormentosa, nuestras voces se apagaron, el silencio se hizo presente alargándose por unos segundos; me acerqué nuevamente a Lucy y con dificultad en mis palabras retomé la conversación. —¿Eso fue todo? —Sí, eso fue todo… Bueno, cuando ya me estaba preparando para defenderme por la forma en que me miraba, para mi sorpresa luego de que dijo lo que les acabo de contar ella se desplomó cayendo desmayada sobre mis pies, en ese momento aproveché y salí despavorida. —Esto es demasiado tétrico para mi gusto —murmuro Emily por fin dejando fluir su temor. —¡Tétrico va a ser regresar al cuarto! —se quejó Lucy. —Por nosotras no hay problema de que te quedes esta noche, podemos unir las camas y dormir las tres. Lucy se mostraba afectada, yo también me sentía igual, tanto que hasta se me había olvidado los moretones que lucían mis brazos. —Amigas, gracias son muy amables, pero ustedes saben lo que sucedería si mi c
—Emily es una excelente maquilladora, te dejó increíble y el toque del camafeo le quedó de lujo —murmuro Lucy sacándome de mi conexión con Jenny.—Ah, sí, debo admitir que lo hizo muy bien.El tiempo pasó sin novedad, las chicas copiaban y hablaban con sus compañeras, entretanto mis ojos aún escudriñaban a Jenny, se veía tan tensa al igual que el aire que la arremolinaba, pobre, se le notaba que no había dormido nada; por más que yo quisiese acercarme, esa línea invisible que nos separaba me lo impedía.—¡Vicky, piensas quedarte ahí, sembrada como un árbol! —me sacudió Emily.—Ah… Qué…—Acaban de sonar el timbre ¿No lo oyes?Era cierto, pero me había concentrado tanto en mirar a Jenny que no lo oí,