Minutos más tardes, había llegado mi padre, podía oír sus pasos subiendo los peldaños de la escalera, entró a verme y saludó a mis amigas con cariño.—¿Dónde has estado? —le pregunté con curiosidad.—Estuve dando vueltas, viendo unos almacenes, a ver si conseguía algo que necesitaba; por cierto, vamos a pedir pizza. ¿Se quedan y cenan con nosotros?—¡Yo si acepto! —brincó Emily.—Me encantaría quedarme, pero ya tengo un compromiso con mis padres —se disculpó Lucy.—No te preocupes, en otra ocasión será.—¿Y qué paso con lo de comer sano? —le recordé irónicamente.—Hija, hoy es un día especial —me sonrío. Luego de la invitación mi padre salió del cuarto y con él Lucy, su madre ya había venido por ella, nos despedimos y se marchó quedándose Emily conmigo.—Sé qué hay mucho más, algo fuerte escondes.—Es cierto, tienes razón, pero en estos momentos no quiero hablar de eso.—Te entiendo.—Emily necesito que me asegures algo.—Lo que necesites Vicky.—Quiero que me prometas que pase lo qu
—¡Ya basta de penas y habla!—Dijo que te mataría. Al principio no lo creía, simplemente pasaba de ser un susto nada más y el sueño se borraba de mi mente, pero mi angustia se afianzó cuando él se te apareció —Ethan se levantó de su asiento manifestando escepticismo.—¿Cómo que lo vi?—La noche que te escapaste. El pleito en el bar, me contaste que vistes un hombre extraño cuya presencia te hizo sentir muy incómodo.—Lo recuerdo, pero ¿cómo sabes que es la misma persona?—Por la descripción que me diste, y cuando hablaste de esa aparición yo sentí su presencia.—Eso no prueba nada.—Ethan, esa cosa poseyó a Margot también, él ha hablado conmigo a través de ella.—¡Qué cosas dices!
—No acepto el noviazgo —manifestó mi padre de forma tajantemente, esta vez dirigiéndose a Ethan — y le informó que apenas Victoria se gradúe, me la llevo conmigo fuera del país y no la verás más.—Para mí no es ningún problema, yo puedo viajar a Venezuela cuando lo desee, por ella todo.Los ojos de Ethan se encontraron con los de mi padre sin mostrar un atisbo de miedo, a continuación, tomó mi mano, dejándole muy claro a mi progenitor que él no se apartaría de mí.—Por favor Ethan es mejor que te vayas —le pedí —deja que sea yo quien hable con él.—No Vicky, esto lo enfrentamos juntos.—¡Mira niñito! —mi padre subió la voz —Victoria no es cualquier muchacha, y no voy a permitir que tu encanto la seduzca, para que luego después
Jenny había aparecido en mis sueños como un hermoso ángel. Iba vestida de blanco y sus labios sonreía afablemente; la brisa acariciaba sus cabellos, dándole una apariencia de paz. La observé por largo rato en silencio, disfrutando de su tranquilidad; quería preguntarle muchas cosas, pero lo reprimí, no quería dañar el cuadro de aquella visión. Súbitamente, Jenny se inclinó hasta mí y tomó mi mano. —Mira Victoria —susurró levantando su dedo, observé hacia donde ella me indicaba. Frente a mí se mostraba un increíble y esplendoroso bosque, a través de él pude distinguir un camino, los árboles alrededor se acoplaban formando entre ellos una especie de túnel florido. —Fíjate bien —volvió a susurrar Jenny junto a mi oído, me esmeré en no quitar mi mirada de aquella visión, hasta que un magnífico halcón blanco fue apareciendo en el camino abovedado del bosque, hermoso e imponente; la magistral ave fue abriendo sus alas para elevar el vuelo. —Qué hermoso —gemí poseída por la increíble vista
A lo lejos se oía el alboroto de las voces de los alumnos marchando hacía la capilla, podía sentí aquella multitud de pasos caminando cerca de mí; incómoda traté de cubrir mis oídos con la almohada, pero los ecos y los murmullos se duplicaban rápidamente.—Victoria… abre los ojos —oí una voz masculina cerca de mí, su suave y cálido aliento provocó que mis pupilas se entreabriera para toparme con una imagen borrosa, me levanté en el acto y me froté los ojos para adaptarme a la visión.—Ethan —aún me sentía aturdida por el profundo sueño al que me indujo la pastilla.—Sí, Vicky soy yo —sonrió, dejándome ver aquella dulce sonrisa que era exclusivamente para mí.—¿No se supone que deberías estar en la capilla al igual que todos?—Ya me conoces, sabes que odio las misas. Por eso, quise venir a verte. Te busqué y Emily me contó lo sucedido en el patio. Te dieron una pastilla para descansar. Entonces me dije: ¿Por qué no subir y despertar a mi amada con un beso de amor? —manifestó consiguie
Estaba petrificada ante las palabras de Arturo. Pero escuchar pronunciar el nombre de Adrián no solo me confirmaba su existencia, sino que también causó un tormento de sentimientos encontrado. Seguía hipnotizada, bajo aquel rostro perfecto de mi demonio personal, como tanta belleza podía esconder tanta maldad en su interior. —Si lo deseara, puedo entrar en el cuerpo de Ethan en este preciso instante, de esta forma volvería a sentirte, recordarte cómo era nuestra intimidad, pero no quiero hacerlo con su carne, quiero sentirte con la mía.—¡Basta! —pero él no hizo caso y continúo con su vocablo sucio.—En la cama tú y yo éramos como dos pistolas cargadas, se nos escapaba el aliento por la pasión que sentíamos, tú eres una mujer a la que no puedo dejar ir, eres de las que uno mata por proteger, así que tú decides si él vive o muere.—¡No puedo hacer esto! —la visión se evaporó. Ahora estaba Ethan nuevamente, con la respiración desbocada. Él al ver mi conmoción se levantó.—Discúlpame, s
Ella se levantó del suelo y me extendió su mano para levantarme, ahí Emily comenzó a relatarme su historia que hasta el sol de hoy no ha podido dejar de sorprenderme; como era posible que al tocar a Rebeca yo había podido ver su alma al igual que Margot, y con Emily que era prácticamente mi hermana jamás pude ver nada, entonces comprendí que algunas almas eran más receptivas que otra. La de mi amiga estaba rodeada de una fortaleza impenetrable, que ni siquiera Arturo podía irrumpir, agradecí enormemente por eso, puesto que si fuera débil la que estaría en una cama postrada sería Emily y no Margot, él me lo había confesado en una oportunidad.—Tenía ocho años, y lo recuerdo como si fuera ayer. Mi padre era un hombre agresivo y celoso, él odiaba la profesión de mi madre, muchas veces oía desde mi cuarto las fuertes discusiones que terminaban en golpes.—No tienes que hacer esto.—Sí, debo hacerlo y quiero. Necesito que comprendas que los demonios no solo son seres con cuernos y grandes
—Victoria, no se te olvide tomar la pastilla que te recetó Rebeca —me recordó Emily al notar mi negativa de seguir usándola, ese medicamento aparte de causarme sueño (que era lo que menos deseaba en estos momentos) también me ocasionaba fatiga, pero lo peor era que no me ayudaban.—¡Ya Jenny se reincorporó! —exclamó Lucy jadeante al entrar al salón.—¿Cómo lo sabes? —interrogó Emily a Lucy con un poco de sorpresa.—Abby la vio llegar esta mañana más temprano de lo común acompañada de sus padres, ya saben que mi compañera de cuarto llega bastante temprano también.—Es verdad, Abby casi siempre es la primera en llegar, así que no debe estar mintiendo, y lo más seguro es que los padres de Jenny antes de dejarla quisieron hablar con la madre superiora —analicé. Por otro lado, al saber la noticia advertí que ya se acercaba el momento de buscarla y hablar con ella, yo tenía que seguir hurgando hasta llegar al fondo de toda esta maraña de chismes que rodaban de boca en boca entre las interna