Capítulo " La pequeña mamá gigante" (Parte I) El consultorio de Nicolás se llenó de un silencio espeso mientras Naty sostenía el resultado en sus manos. Aunque ya lo sospechaba, verlo plasmado en palabras fue un golpe emocional difícil de procesar. Las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos, una mezcla de emociones que no lograba descifrar: miedo, alegría, incertidumbre. —¿Estás bien, Naty? —preguntó Nicolás con su voz serena, mientras se inclinaba un poco hacia adelante, mostrándole su apoyo. Naty respiró hondo, pero su voz salió entrecortada. —Positivo… Estoy embarazada. Nicolás asintió con una leve sonrisa. —Así es. Y, como sospechabas, esto no tiene nada que ver con la cerveza que tomaste. Por cierto, déjame decirte algo importante: a veces, como médicos, podemos identificar cada síntoma en nuestros pacientes, pero cuando se trata de nosotros mismos, solemos ser los últimos en notarlo. La honestidad de sus palabras desarmó a Naty. Ella era una doctora experimentada,
Capítulo La pequeña mamá gigante (Parte II) Naty salió del consultorio con los resultados en la mano. Su mente no paraba de dar vueltas. Aunque Carla y Nicolás habían sido un apoyo invaluable , el peso de la noticia seguía cayendo sobre ella como una ola gigante . El aire fresco de la mañana la golpeó al salir de la clínica , ayudándola a calmar un poco sus pensamientos . Caminó lentamente hacia la parada del autobús, pero antes de subir , revisó su teléfono. Había un mensaje de Flor , "¿Cómo te fue? Llámame cuando puedas, necesitamos hablar ." Naty cerró los ojos y se paso la mano por la cabeza . Sabía que tarde o temprano tendría que enfrentar esa conversación , pero no estaba lista . Por ahora , necesitaba espacio para ordenar sus emociones . Al llegar a su casa , se recostó en el sillón y dejó que el cansancio la venciera por un momento . Sin embargo , los recuerdos comenzaron a invadir su mente ,los momentos con Fernando , las risas compartidas , las noches en las que nadie
Capítulo: La búsqueda incansable de FernandoFernando conducía por la carretera rumbo a la capital, con la radio apagada y sus pensamientos llenando el silencio del auto. Había tomado este viaje como una misión personal, una forma de redimirse, de encontrar respuestas. El vacío que sentía desde que Naty había desaparecido de su vida se hacía más grande con cada día que pasaba.No podía dejar de pensar en ella, en las cosas que no dijo, en los momentos que no compartieron como pareja porque siempre había algo que los detenía. Ahora entendía cuánto la necesitaba, pero quizás ya era demasiado tarde.—No puedo rendirme —murmuró para sí mismo, apretando el volante.Había visitado dos hospitales en la capital, buscando información sobre dónde podría estar trabajando Naty. Ambos intentos habían sido en vano; nadie parecía conocerla, y cada "no" que recibía lo hundía un poco más. Sin embargo, había un tercer hospital al que planeaba ir la próxima semana, su última esperanza.Los días en la c
Capítulo 1: El inicio del viajeFernando estaba agotado, pero no podía rendirse. Llevaba semanas recorriendo hospitales en la capital, buscando a Naty sin éxito. Aquel último hospital había sido su mayor esperanza, pero una vez más, la respuesta fue la misma: "No tenemos a ninguna doctora Gómez en nuestro personal." Lo que no sabía era que Naty sí había estado allí, pero como paciente, no como doctora. Había cruzado los mismos pasillos, pero el destino, cruel e irónico, los había mantenido separados.Esa tarde, mientras se sentaba en un parque cercano al hospital, un pensamiento lo atormentaba: ¿Cómo llegamos a esto?. Recordó los días en que su relación con Naty era su secreto más preciado, una conexión tan íntima que ni siquiera compartían con los demás. Pero también recordó cómo él mismo había relegado esa relación a un rincón de su vida, sin darle el lugar que merecía.Cuando regresó al pueblo, una conversación inesperada con un compañero de la clínica lo llevó a su siguiente decis
Capítulo Caminos paralelos Fernando continuó su viaje por las ciudades costeras, siguiendo el rastro que nadie parecía tener claro. Cada respuesta negativa lo hería, pero al mismo tiempo, reforzaba su determinación. Ahora tenía un nuevo plan: se tomaría un mes, recorrería cada ciudad posible y preguntaría hasta en los lugares más insospechados. En su siguiente destino, una pequeña ciudad pesquera, Fernando encontró un pequeño hospital al borde de la carretera. Aunque no esperaba mucho, decidió intentarlo. Entró, se presentó y explicó su búsqueda. —¿La doctora Gómez? —preguntó una recepcionista con aire distraído. —Sí, Natalia Gómez. La mujer revisó un registro mientras Fernando contenía el aliento. —Aquí no figura ninguna doctora con ese nombre —dijo finalmente, sin levantar la mirada. Fernando asintió con resignación, agradeció y salió del hospital. El calor del día lo abrumaba, pero lo que realmente lo sofocaba era el peso de la incertidumbre. No podía dejar de pensar en l
Capítulo Nando en el Corazón La noticia del casamiento de Ana y Pedro se esparció rápidamente por el pueblo. La invitación llegó a manos de Naty a través de Flor, quien, con una mezcla de esperanza y nostalgia, le hizo llegar también la invitación para su propio casamiento con Gabo. —Naty, sabes que estás invitada la boda de Ana y Pedro . Me encantaría que vinieras —dijo Flor con una voz llena de emoción, aunque sabiendo que la respuesta probablemente sería negativa. Naty sonrió levemente, agradeciendo el gesto, pero negó suavemente con la cabeza. —Flor, estoy agradecida, pero no creo que pueda. Estoy cuidándome y... no quiero encontrarme con Fernando. No estoy preparada para eso. Flor suspiró, intentando no dejar caer su desilusión. —Entiendo, Naty. Solo quería que lo supieras. Si decides cambiar de opinión, siempre habrá un lugar para ti. Naty agradeció una vez más antes de despedirse. Aunque las palabras de Flor la hicieron reflexionar, sabía que no estaba lista para enfre
Capítulo Sombras del PasadoLas luces brillaban intensamente en la sala de urgencias de la clínica. Había sido un día agitado, con pacientes entrando y saliendo, cada uno con su propia urgencia. Naty, aunque agotada, seguía trabajando con la misma dedicación de siempre, moviéndose de un paciente a otro con eficiencia y una sonrisa tranquila. Sin embargo, no estaba preparada para lo que le esperaba esa tarde.—Doctora Gómez, necesitamos su ayuda en emergencias —anunció una enfermera, su voz urgente.Naty asintió, dejando lo que estaba haciendo para dirigirse a la sala de urgencias. Al entrar, el rostro de la paciente la dejó helada. Allí, en la camilla, estaba Melissa, su rostro pálido y contorsionado por el dolor.—¿Melissa? —preguntó Naty, incapaz de ocultar su sorpresa.Melissa levantó la vista, sus ojos encontrando los de Naty. Había un destello de reconocimiento, pero el dolor la mantenía ocupada.—Naty, por favor... duele mucho —jadeó Melissa.Naty respiró hondo, apartando cualq
Capítulo Las Sutilezas del Silencio Naty se movía por los pasillos de la clínica con la seguridad y la calma que siempre había caracterizado su trabajo. Sin embargo, ese día, cada paso le pesaba más de lo habitual. Tenía una cita programada para revisar a Melissa, y aunque su profesionalismo no le permitía desviar su atención de lo que debía hacer, su mente estaba inundada de pensamientos y dudas. Al llegar a la habitación de Melissa, respiró hondo antes de entrar. La mujer estaba recostada en la cama, su rostro más relajado después de los eventos de la urgencia. Su vientre, redondeado por el embarazo, se movía suavemente bajo las sábanas. —Hola, Melissa —saludó Naty con una sonrisa profesional, aunque sus manos temblaban ligeramente. Melissa le devolvió la sonrisa, pero había algo en su mirada que hizo que Naty sintiera una punzada de nerviosismo. —Doctora Gómez, gracias por venir —dijo Melissa, sentándose un poco en la cama. Su voz era amable, pero su tono despertaba una inqu