Naty llegó a la ciudad costera con una sensación extraña, una mezcla de incertidumbre y libertad. No sabía por dónde empezar, pero algo en su interior le decía que no podía quedarse parada, que debía caminar, explorar, dejar que el aire salado del mar borrara un poco del peso que aún cargaba en el pecho. No tenía un plan claro, pero eso ya no importaba. Estaba allí, y eso ya era un comienzo.El primer hotel que encontró era sencillo, de esos pequeños lugares que no destacaban en la ciudad pero que tenían algo acogedor en su simplicidad. Se registró y decidió tomarse unos días para conocer la ciudad, despejar la mente y, sobre todo, alejarse de todo lo que le recordaba a Fernando. Necesitaba desconectar, redescubrirse, y darle espacio a ese dolor para que no se apoderara de ella por completo.Así comenzó su recorrido por la costa, caminando sin rumbo fijo, dejando que la brisa marina despejara sus pensamientos. El mar parecía tener una magia propia, capaz de calmar el alma en su vasted
Capitulo Un brillo especial Unos días después, Naty decidió ir al supermercado a comprar algo de provisiones. La ciudad costera había comenzado a sentirse como su hogar, y aunque aún era todo nuevo para ella, ya encontraba un pequeño consuelo en su rutina diaria. Mientras recorría los pasillos, se cruzó con una señora mayor que estaba mirando con atención los productos en las estanterías. La mujer, al verla, se detuvo y la observó fijamente por unos segundos, como si algo en ella llamara su atención."Qué bonita eres, hija", dijo la señora con una sonrisa cálida. "Tienes un brillo especial, algo que ilumina el lugar."Naty, sorprendida por el comentario, se sonrojó ligeramente. "Gracias", respondió con una sonrisa tímida, sin saber bien qué decir. Pero la señora no parecía querer dejar la conversación ahí. Se acercó un poco más, y con una mirada astuta, le preguntó:"¿Cuántos meses de embarazo tienes, querida?"Naty no pudo evitar reírse, pensando que la señora había cometido un pequ
Naty buscando trabajo Al día siguiente, Naty recordó la clínica que Mariana le había mencionado durante su charla en el restaurante. Decidió acercarse para conocer el lugar, más por curiosidad que por otra cosa, pero también con la esperanza de encontrar un propósito en esta nueva etapa de su vida. La pequeña clínica estaba ubicada en un rincón tranquilo de la ciudad, rodeada de árboles y con un aire acogedor que la hizo sentir a gusto desde el primer momento.Al entrar, fue recibida por una recepcionista sonriente que parecía estar acostumbrada a tratar con todo tipo de personas. Cuando Naty explicó que era ginecóloga y que había escuchado que buscaban personal, la reacción fue inmediata. "¡Qué alegría que hayas venido!", exclamó la recepcionista. "Siempre estamos buscando médicos comprometidos. Estoy segura de que te van a recibir con los brazos abiertos."Después de una breve charla con el director de la clínica, Naty supo que había encontrado un lugar donde podría encajar. El am
Tocando fondo Fernando se sentía como un barco a la deriva. Cada día era más difícil levantarse, más complicado enfrentarse al espejo y reconocer al hombre que había sido. El trabajo como bombero, que alguna vez fue su orgullo, ahora se convertía en una carga que apenas podía soportar. Había comenzado a faltar a sus turnos, justificándose con excusas débiles que apenas sostenían la paciencia de sus superiores. Sus compañeros notaban el cambio, pero nadie lograba llegar hasta él. Fernando estaba hundido en un abismo, y cada intento de salir parecía empujarlo más hacia el fondo.El alcohol se convirtió en su refugio. Cada noche, al llegar a casa, abría una botella para acallar la culpa, el dolor y los recuerdos que lo atormentaban. Pero el alivio era efímero, y al día siguiente solo quedaban el cansancio y el vacío. Su casa, que antes era su refugio, ahora era un recordatorio constante de su soledad y sus errores. La foto de Natalia en su teléfono era una tortura que no podía evitar mi
Fernando despertó con la misma sensación de vacío que lo había acompañado durante semanas. Las noches eran una mezcla de insomnio y sueños que lo llenaban de nostalgia y arrepentimiento. Natalia era un constante en su mente, un eco que no podía silenciar. Su ausencia lo atormentaba, y la necesidad de encontrarla se volvía cada vez más urgente. Tenía que saber dónde estaba, qué hacía, cómo estaba.Decidido a buscar respuestas, Fernando comenzó el día con un plan claro. Se dirigió a la clínica donde Natalia había trabajado. Al llegar, se encontró con una recepcionista nueva que no lo reconocía. "Buenos días, necesito hablar con alguien sobre la doctora Natalia Gómez. ¿Está disponible?"La joven levantó la vista y sonrió de manera profesional. "Un momento, por favor." Tras unos segundos, regresó con una mujer mayor que parecía llevar años trabajando allí."¿Usted es un paciente de la doctora Gómez?" preguntó la mujer, frunciendo el ceño."No, soy... un amigo", respondió Fernando, tratand
Capítulo: Entre risas, confesiones y un amanecer inesperadoNaty decidió que esa noche sería diferente. Después de tantas semanas sumida en la rutina y los recuerdos de Fernando, aceptó la invitación de sus compañeras de trabajo para salir al club. La idea era clara: distraerse, reír, y disfrutar un poco de la vida. No buscaba nada más, ni siquiera pensar en lo que había dejado atrás.El club estaba abarrotado de gente. Las luces de colores se movían al ritmo de la música, y las carcajadas de las chicas se mezclaban con los gritos y conversaciones a su alrededor. Aunque al principio Naty intentó relajarse y seguirles el ritmo, su mente seguía volviendo a Fernando. Ese amor que nunca fue sólido, pero que había significado tanto para ella. Lo extrañaba, aunque no quisiera admitirlo.Entre risas y bromas, Mariana, su compañera más cercana, le ofreció una lata de cerveza. Naty la tomó con una sonrisa tenue, pensando que quizá un par de tragos la ayudarían a soltarse. Pero tras apenas unos
Capítulo: Lo que no quiso escuchar El día transcurría con lentitud en la ciudad costera. Naty había pasado la mayor parte de la mañana acostada, intentando que el reposo recomendado por Nicolás, el médico que la había atendido en la clínica, surtiera algún efecto. Pero estar quieta no era su fuerte, y el tiempo libre hacía que los recuerdos y pensamientos no deseados comenzaran a invadir su mente. El nombre de Fernando rondaba como una sombra, negándose a desaparecer. Había sido su compañero por 2 años con sus complicaciones pero lo amaba y también ella fue la que acepto estar en esa relación y Fernando no era que no demostrará no quererla como para engañarla como lo hizo , Su relación había sido linda pero complicada por sus inseguridades .Era un secreto que ambos habían decidido guardar, aunque por razones distintas. Para Fernando, mantener su vínculo con Naty en la sombra era una forma de protegerse después de estar en una relación complicada con su ex , o al menos eso decía.
Capítulo: Lo que el cuerpo calla Naty despertó sobresaltada en mitad de la noche. Sentía un nudo en el estómago y un malestar que no podía ignorar. Se levantó tambaleándose, apenas logrando llegar al baño antes de vomitar. Se sostuvo del lavamanos mientras un escalofrío recorría su cuerpo. Esto ya no era normal. —¿Qué me pasa? —murmuró entre jadeos, mientras trataba de calmar su respiración,las náuseas eran horribles y esa sensación de querer vomitar ,no la dejaba en paz . Regresó a su cama, pero las náuseas persistían. Cerró los ojos con fuerza, esperando que el cansancio la venciera, pero lo único que consiguió fue que su mente comenzara a divagar. Fue entonces cuando un pensamiento se abrió paso, como un relámpago en una noche oscura. La regla no me vino ,pensó . Se llevó las manos a la frente, intentando recordar cuándo había sido la última vez No podía ser . La realidad golpeó con fuerza: no había llegado ese mes. ¿Cómo no se había dado cuenta antes? ¿Cómo a ella, una d