Capitulo 12

Caminaba al borde de la carretera, viendo con impotencia como transitaban los autos de personas cuyas vidas podrían ser más llevaderas que la mía en ese preciso instante; aunque más allá de mortificarme por tanta maquinación que esta porquería creo en mi vida, ahora estaba cansado y con una resignación de quien solo desea encontrar un lugar donde descansar para mañana tratar de ordenar todas las ideas, si eso era posible.Lo único que encontré para palear el frio de la noche fue un destartalado banco de un viejo parque del cual la naturaleza se había encargado de cubrir con su presencia envejecedora, convirtiéndola en una especie de lugar tocado por la magia de un bosque encantado, sin perder la precariedad del descuido humano. Decidí ponerme en aquel lugar, corriendo el riesgo de que alguna mano inescrupulosa pudiese dañarme, pero el c

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