Erwin se ladeó entonces, y con tan sólo una mirada bastó, para saber que iba a volver a hacerlo. Agarró su cabeza, y los condujo a una calle desierta.
La lluvia caía alrededor de ellos, pero no sobre ellos, era como si una circunferencia transparente los rodease, impidiendo que el agua pudiese llegar a ellos. La tormenta resonaba, pero ellos sólo podían mirarse, el uno al otro.
Él estaba afligido, y ella no entendía por qué.
En el palacio del norte, junto a la catarata, la mansión del dios de las bromas se encontraba, y en ella, tres seres aparecieron de la nada, haciendo que el señor que descansaba sobre su trono se pudiese en pie, de un salto, para recibir nuevas noticias sobre el paradero de su hija. La hemos encontrado, mi señor – aseguraba la enorme bestia, mirando hacia su hermana, haciendo que este hiciese lo mismo, vislumbrando como una joven iba apareciendo poco a poco, envuelta en llamas. Sonrió, en cuanto se percató de aquellos cabellos pelirrojos y esos hermosos ojos azules. Seren… - susurró, haciendo que la joven que acababa de materializarse, levantase la vista, observando allí a su propio padre, ese que llevaba casi treinta años sin ver. Padre – reconoció, observando como este sonreía, acortando las distancias entre ambos, agarrando sus manos, apoyándolas en su pecho, observándola
Chispas verdes del Dios de las bromas y chispas rojas del Dios del rayo, salían del arma de cada uno, mientras estos se miraban desafiantes, intentando dañar a su enemigo. La lucha que comenzó en las mazmorras, fue cambiando de escenario, a medida que los luchadores se iban tele transportando. Del gran salón de Asgard, a los jardines de Odín, al puente que conecta los mundos, al mundo de los gigantes, al de los elfos de luz, al de los elfos de oscuridad, hasta llegar a Midgard. Y ellos no eran los únicos que luchaban, había miles de seres defendiendo el honor de su señor, eligiendo un bando que defender, el bando del vencedor. El rugido de un dragón se hizo partícipe de la nada, y Loki sonrió, pues sabía que Jörmungandr estaba ansioso por escuchar su llamado, quería adelantar el fin de los días, pero aún no era el momento oportuno. Nuestro padre no te lo perdonará, si la profecía se cumple y el Ragnarök tiene lugar… - comenzó, r
Hela y Seren luchaban la una con la otra, practicando el honorable arte de la lucha. La mujer echó un humo negro sobre ella, pero esta lo detuvo, creando un campo de fuerza de fuego que la protegía.Aprendes deprisa – admitió su hermana, cediéndole una copa de vino que cavaba de hacer aparecer de la nada. Esta lo bebió de un trago, haciendo luego desaparecer la copa en llamas.Tengo una buena maestra – le dijo, haciendo que la otra sonriese, sentándose luego junto a ella, en el tronco, mirando hacia el río que las rodeaba.Antes tuviste otro maestro – añadió. Tragó saliva, sin saber qué decir al respecto – No volverás a verle, Seren – ella asintió, sin decir nada – Tu lugar está aquí, con tu familia, no en Midgard.&E
Loki llegó a Midgard, dejando a aquel humano allí, cerca de la batalla que días antes había tenido con su medio hermano Thor. ¿Vais a dejarme ir? – preguntó el otro, sin comprender, haciendo que este sonriese, con malicia - ¿por qué? Las cosas deben ser como están escritas – admitió – La broma que le hice a Balder, conllevó a su muerte, justo como Hela vio. Mi encierro volverá a producirse, y cuando sea liberado, el fin de los días llegará. Mi venganza, llegará. Gracias – agradeció, haciendo que este mirase hacia el brazo que se aferraba al suyo. Jamás un humano se había atrevido a tocarle con anterioridad – no eres ese dios loco que todo el mundo cree que eres – sonrió, sin decir nada, más que dispuesto a desaparecer – no volveré a acercarme a ella – Loki sonrió, volviendo a observarle. Sucederá, aunque te niegues a aceptarlo – le dijo
Se besaban, apasionadamente, en la ducha, aplacando el fuego que irradiaba de ella, cada vez que él se aferraba a su cuerpo. El agua helada se evaporaba al caer sobre su piel, mientras se aferraba a aquel beso, y él la apretaba contra él, aferrándose a sus nalgas, incapaz de dejarla ir. Se echó hacia atrás, con rapidez, tan pronto como el vestido de ella prendía en llamas, y ni siquiera el agua podía sofocarlo. Sonrió, divertida, al ver su cara de incredulidad, cuando se quedó completamente desnuda, y volvió a ser cubierta por el agua fría, volviendo a evaporar esta. Se aferró a su cuello, y volvió a besarle, desnudándole con rapidez, haciendo que fuese difícil pues sus ropas estaban húmedas. Espera – le detuvo, apretándole contra la pared de la ducha, justo en el lugar en el que el agua no caía – vamos a intentar una cosa – él la miró, algo temerosa, mientras ella sonreía. ¿Qué vas a …? – se detuvo, tan p
Selena sonreía, o quizás debía decir Seren, pues ella ya no era aquella bruja que pensaba ser, en aquel momento era una diosa, y no podía dejar de reír, al pensar en lo que Erwin había obligado a hacer a unos turistas. Los pobres mortales se quitaron la ropa cuando él les convenció con su mente de que era lo que debían hacer. Ambos caminaban por aquel bonito bosque, junto a la cascada, con unas ropas que no eran suyas. Selena se detuvo, divertida, levantando las manos, haciendo que él levantase las suyas y ambas se rozasen. Erwin ya había presenciado aquella escena con anterioridad, quizás fue su sonrisa lo que lo hizo recordar, o la forma en la que ella le miraba, con esa complicidad por la que lo habría abandonado todo. Perdió la sonrisa en cuanto recordó lo que venía a continuación. Selena cayó al prado, sujetándose el vientre, con un fuerte dolor en este, mientras se hinchaba, horrorizada, comprendiendo lo que estaba por suceder.
Thor miraba hacia Mosmodre y Hela con cara de pocos amigos, más que dispuesto a seguir con los preparativos él mismo, a pesar de no saber con exactitud sobre el hechizo, cuando alguien se interpuso en su camino. El padre de todos, Odín apareció de la nada, haciéndole dudar hasta de su propia existencia. Padre… - comenzó, intentando explicar aquella situación, mientras el otro se colocaba en posición de ataque con su impoluta capa de color azul marino, sus cabellos blancos ondeándose con un viento que no parecía soplar por ninguna parte. Thor – reconoció, con voz dura y potente – no esperaba esto de ti – el otro volvió a sacar su careta, mostrándose arrepentido, inocente, pero su padre no se dejaría engañar esta vez – en todos estos años, nos has mantenido engañados… confié en ti… Padre, esto no es … - intentó, nuevamente, convencer a su padre de que aquello era un mal
Epílogo 1. En un oscuro castillo, apenas iluminado por la luz de las velas, en el reino de Helheim, una bella joven de cabellos negros, miraba hacia la nada, sosteniendo aún el caliente corazón de su amado, dejando caer una lágrima, haciendo que una figura poco corpórea apareciese de la nada, e intentase limpiarla. Pero era en vano, su mano tan sólo atravesaba el rostro de esta. Mi amor – llamó ella, haciendo que este la observase, con cautela, sin atreverse a decir palabra alguna – esta vez no dejaré que nadie nos separe – aseguró, comenzando a pronunciar un conjuro maldito, en una lengua muerta, algo que ningún ser vivo conocía ya, al mismo tiempo que introducía el corazón mordisqueado en su pecho, conllevando a que aquella figura comenzase a volverse humana, de nuevo, desde el pecho, hacia las extremidades. Él levantó la mano entonces, apoyándola sobre el rostro de su amada, dándose cuenta de que en aquel mom