Erwin conducía en su impoluto descapotable, ese que se había agenciado sin pagar ni una sola libra. Era todo un as en el engaño mental. Miró hacia su acompañante, observándola allí, sonriente, mientras la brisa nocturna sorprendía a ambos.
Ella no había dicho nada después del beso. Sólo había sido un beso para sellar un pacto, un contrato que los vinculaba a ambos, nada más, ¿no? Entonces por qué sentía aquella sensación al mirarla.
En aquella pobre aldea nómada, una mujer de cabellos blancos como la nieve y ojos cristalinos como el mar, lloraba la pérdida de un ser amado, mientras el resto de su pueblo la rodeaba, repitiendo un triste cántico que pondría el alma de tan afamado ser a buen recaudo, junto a los dioses.Las lágrimas de la mujer parecían no tener fin, ni siquiera podía retomar fuerzas para dar un grito de esperanza a sus seguidores.Un niño de 10 años de edad atravesó la multitud, soltándose de la mano que lo retenía, corrió y corrió, hasta llegar junto a la mujer del druida, agarró con fuerza su mano, haciendo que esta mirase hacia atrás, percatándose de que su hijo estaba allí para darle fuerzas.El cuerpo sin vida de su amado era quemado en aquel momento por las fieras llamas, frente a ella, en la pila de t
Un hombre de piel pálida, ojos claros y cabello negro se hallaba sentado en su trono, sonriente, con una maquiavélica sonrisa, inigualable allí donde vivía. Su larga túnica de color esmeralda resplandecía, y sus ojos inyectados en sangre aclamaban venganza.Su sonora y espeluznante carcajada ensordeció el lugar, mientras en su mente veía aquello que ansiaba conseguir. Pero ni siquiera pudo saborearlo, pues en ese justo instante, una muchacha de cabellos rojos, como el fuego, entró en la estancia.Su rostro afligido lo dijo todo, él no necesitó preguntar qué había sucedido, aun así, la joven sentía la necesidad de decirlo.Se la han llevado – declaró. Aquel majestuoso ser se puso en pie, sin aparentemente ninguna expresión en su rostro, al mismo tiempo que la muchacha ca&iacut
En una pequeña caballa, cubierta por un cielo nocturno repleto de estrellas, una joven de cabellos rojos como el fuego, descansaba. Su sueño no era más que un recuerdo de aquellos que con esmero la buscaban.“Una mujer con una gran sonrisa miraba hacia una hermosa bebé que descansaba en su cuna negra, esa que su madrina le regaló nada más nacer.Apártate de ella – espetó un hombre, llegando a la habitación de la pequeña. Ese hombre tenía el cabello oscuro, era alto y fuerte, con ojos claros, que se iluminaron tan pronto como dirigieron la vista hacia aquel pequeño ser – la asustarás.La niña sonrió y levantó las manitas, cerrándolas y abriéndolas, con ligereza, hacia aquella que adoraba, su amada madrina, esa que era como una hermana para ella, pues la cuidaba y la consent
En la antigüedad…En los frondosos bosques, cerca de la aldea de los Tups, un pueblo nómada que no hacía daño a nadie, con sus creencias y su magia ancestral, un pequeño niño de ojos claros, fuerte y cabellos rubios, jugaba junto al lago, enseñando a su padre los minerales que él mismo había encontrado.Coge solo los que brillen – le dijo, con esa voz grave que le caracterizaba – haremos un bonito collar para tu madre – el niño sonrió, y volvió al agua, agachándose al ver algo que brillaba en el interior del agua.Mientras, un hombre ajeno, observaba la escena, mientras aquel que era como un hermano para él, le molestaba con sus continuas insinuaciones.Ese niño es como un cerdo – comparaba – lo vas a criar, a cebar, y luego dejaréis que Mosmadre lo mate.
En aquella oscura noche sin luna, un lobo negro, de grandes garras y dientes afilados, aparecía de la nada, como si de humo se tratase, sonriente, como si realmente pudiese reír como cualquier mortal. Vifil es uno de sus nombres, aunque sólo su señor le llama de esa forma, en realidad, la mayoría le conoce como Váli, y no siempre tuvo ese aspecto, antaño fue un apuesto joven, que cometió el terrible error de desafiar a los Dioses. Pero en esta historia, no hablaremos sobre como este apuesto hombre terminó convirtiéndose en tal bestia rabiosa.Aquel ser miró hacia su izquierda, observando como una bella joven de cabellos oscuros, aparecía detrás del humo, con la mitad de su rostro desfigurado, volviéndose humano poco a poco, a medida que ella misma lo iba ordenando.Sus cabellos negros pronto se tiznaron de rubio, y su piel de ultratumba fue cogiendo un color
Selena se echó hacia atrás, intentando separarse de él, pero él se abalanzó sobre ella, agarrándola de la cintura, volviendo a besarla, incapaz de romper esa conexión.“No tengas miedo” – le calmó, en su mente, intensificando entonces el beso, introduciendo su lengua en su boca, sorprendiéndola. La besó durante un largo rato, parecía que él sabía exactamente lo que estaba haciendo, aunque ella era inexperta, pues el idiota con el que iba a casarse sólo le daba simples besos en los labios, como quien besa a un hermano en la cara.Él se separó entonces, despacio, mientras ella seguía con los ojos cerrados, sintiendo la brisa sobre el rostro. Abrió los ojos, de golpe, percatándose de que se encontraba en otro lugar, y no parecía sólo una alucinación.Tele transporte – co
Erwin se ladeó entonces, y con tan sólo una mirada bastó, para saber que iba a volver a hacerlo. Agarró su cabeza, y los condujo a una calle desierta. La lluvia caía alrededor de ellos, pero no sobre ellos, era como si una circunferencia transparente los rodease, impidiendo que el agua pudiese llegar a ellos. La tormenta resonaba, pero ellos sólo podían mirarse, el uno al otro. Él estaba afligido, y ella no entendía por qué. ¿Qué ocurre? – se atrevió a preguntar, mientras él temía lo que ocurriría después de ese momento. Después de escuchar la voz de Thor en su mente lo supo, que ellos no querían protegerla, tan sólo mantenerla alejada de su familia, tan sólo dañar a su padre. Siempre he hecho lo que era correcto – aseguró, con lágrimas en los ojos, sin que ella entendiese la situación – vengar a mis padres era lo correcto – Selena abrió la boca, dispuesta a volver a preguntar, pero él respondió an
En el palacio del norte, junto a la catarata, la mansión del dios de las bromas se encontraba, y en ella, tres seres aparecieron de la nada, haciendo que el señor que descansaba sobre su trono se pudiese en pie, de un salto, para recibir nuevas noticias sobre el paradero de su hija. La hemos encontrado, mi señor – aseguraba la enorme bestia, mirando hacia su hermana, haciendo que este hiciese lo mismo, vislumbrando como una joven iba apareciendo poco a poco, envuelta en llamas. Sonrió, en cuanto se percató de aquellos cabellos pelirrojos y esos hermosos ojos azules. Seren… - susurró, haciendo que la joven que acababa de materializarse, levantase la vista, observando allí a su propio padre, ese que llevaba casi treinta años sin ver. Padre – reconoció, observando como este sonreía, acortando las distancias entre ambos, agarrando sus manos, apoyándolas en su pecho, observándola