Tano:Amanecer besándole hasta el dedo más pequeño del pie, fue todo un éxtasis y anhelo despertar así por mucho tiempo, porque esto que estaba viviendo, no lo había vivido nunca. Pude estar a punto de casarme, pero no me había sentido vivo, con esperanzas de amar, con la sed de reclamar su cuerpo todo el tiempo, con sentirla cerca de mí, con poseerla de todas las formas habidas y por haber… ella era esa dosis que necesitaba mi vida para acentuarse.Catalina Granados era la mujer perfecta para mí, y no sólo en cuestión del amor, sino que todo su magnífico cuerpo era como el candado de mi llave, encajaba a la perfección en todo sentido y me sentía afortunado.—Quiero que vivamos juntos—solté sin más.Ella se quedó callada, quieta y dejó de jugar con los dedos de mi mano, la cual tenía empalmada a la suya.—Me pides demasiado Cayetano… por ahora no podemos, pero piensa en que en un futuro pues, ajá—enfatizó, mientras acariciaba mi rostro con sus manos de ámbar.—¿Por qué demasiado?—Sé
Tano:Salimos del hotel cinco estrellas, de la mano como dos enamorados y tomamos un taxi rumbo a casa, ya eran las nueve de la mañana, no quise llamar a casa porque sabía lo que me esperaba… una de las mujeres de mi vida estaría molesta conmigo y, con justa razón.Catalina iba nerviosa, hablando de cosas sin sentido, mientras que trataba como de no hacerme daño, diciéndome que después de esta noche que habíamos pasado, no había nada después.—¿Estas tratando de alejarme?—fije molesto.Ella evitó mi mirada, desviándola hacia la ventana, tomé su mano y la acaricie, bese el dorso de la misma y le gire el rostro hacia mí, con mucha delicadeza.—Si es por como te hice mi mujer anoche, perdóname, soy un idiota—dije, mientras el taxista se aclaró la garganta.Ella se puso de color tomate, queriéndome sacar los ojos.—Cayetano, no hables de esto, no ahora—¿Entonces? ¿Cómo quieres que esto funcione, si no me dices que es lo que te pasa? Estábamos tan bien hace una media hora.—Solamente teng
Pilar:Una mujer castaña había llegado a visitarme en el apartamento de Janice diciendo ser la mejor amiga de Cayetano Rodríguez, el padre de mi hija.La recibí pero, en cuanto vi que era la ex prometida, sabía que esto se pondría turbio, más por el hecho de que era italiana, eso me aterraba más y no me había dado la confianza que me dio la pelinegra de ojos redondos y saltones, una bella costeña extranjera, porque en su acento, me di cuenta que no era de aquí.Siempre fui sólida y me mantuve, quise irme lejos del país, pero no quería morir en un lugar donde no podía recordar mis raíces, porque sabía que iba a morir, pero ahora con todo el drama que se me vendría encima, había preferido largarme del país. Sabía que María Elvira estaba en excelentes brazos y cuidada por el hombre que alguna vez sentí llegar a amar.—¿Qué necesitas?—dije haciéndome la fuerte.Ella soltó una risa de descaro, se sentó frente a mí y Janice se quedó de pie, esperando a que yo le dijera que la echara, pero n
Catalina:Tenía tantos silencios, tanta agonía porque sabía que debía renunciar a lo que fuera que tuviera con ese madrileño hermoso, yo quisiera quedarme abrazándolo, sentir el calor de su pecho, pero no me corresponde, ahora debo cumplir mi promesa, por el bien de bodoque, y que Pilar tenga lo que ha soñado; una bella familia. Desperté con una sonrisa, sabía que era la entrada a mi infierno, al silencio que debía guardar y prepararme, porque estaba tratando de entregar lo mejor de mí, mi corazón. Anoche que llegué, ya todos dormían, tengo en el celular muchas llamadas perdidas de Cayetano, de Raquel y de Sarita, pero quería vivir mi duelo, ese que se fundía en mi alma y en su amor; su amor se volvería resistente a lo que pasara, y eso me reconfortaba, él era terco, un animal salvaje y que no razonaba, pero le tocaría hacerlo a la fuerza, a la brava por que ajá.Me duche, me vestí y salí directo a la habitación donde estaba él y bodoque.Se me salían los pies enormes de la cama, mi
Tano:Me despedí de mi hija y sin decirle nada a Raquel, porque obviamente había escuchado, me fui a divagar la mente, a caminar y esperar a que las cosas se calmaran, obviamente Catalina estaba por matarme de la ansiedad. Esa colombiana me estaba volviendo loco y dependiente a ella. Yo sabía que tenía un problema con el amor y enamorarme de verdad de quien lo mereciera, pero ella se había convertido en mi marca personal de heroína. Era mi droga, esa dependencia total y no podía dejarme vencer fácil, ella me había mentido con eso del supuesto amor que tenía en Colombia y quien sabe donde ¡joder!.Llame a Marina, sabía que ella podría contactarme a Sarita, la amiga loca de Catalina y así poder pedirle explicaciones, muchas explicaciones.El teléfono sonó dos veces y por fin Marina respondió.—¿Esta todo bien en casa?—preguntó.—Si Marina gracias. Necesito que me encuentres la dirección donde vive Catalina y el numero de contacto de Sarita, la amiga de ella.—Tano, dime que es lo que es
Tano:Desperté luego de la llorada qué me solté anoche, muchos dirán que soy un mariposa por llorar, pero los hombres también tenemos derecho de hacerlo.El sol se coló por las ventanas de la suite, ella estaba dormida, era ver a mi hija durmiendo, misma cara, mismos sonidos.Obviamente me levante y me duche, cuando iba a salir del baño, ella ya estaba de pie, vomitando todo, me enrolle una toalla y le recogí el cabello, espere a que parará y le ayude a bañarse, su cuerpo era más huesudo, pero no dejaba de estar preciosa, puede ser que el embarazo la tuviera así de desmejorada, pero no era normal.Recuerdo las dos noches en las que la hice mía, no lucia así, pero era demasiado estúpido preguntar.—¿Consumes alguna droga?—Fue lo primero que pregunté.Ella sonrió y asintió con la cabeza.—Morfina para el dolor, de vez en cuando—enjuago su rostro y su boca, mientras le ayude a salir.Ella no dejaba de ver mi cuerpo, y estaba molesto, con Catalina y por querer alejarme, si ella me hubiese
Catalina:Mi corazón se había quebrado en pedazos, no deje a bodoque hasta que Cayetano volviera, la noche la había pasado con Pilar… Me hizo daño, aunque estoy yo ya lo sabía, pero no pensé que fuese a hacerlo.Me levante a desayunar, bañe a bodoque y la puse hermosa, mientras que Raquel terminaba de acomodar mis maletas, de hecho era solo una y las cosas que había comprado la tarde anterior con las chicas, porque si volvía a Madrid, volvería con todo lo bonito que había hecho acá y también con lo material, me sentía llena y a la vez vacía, porque dejaba al amor de mi vida para que hiciera feliz a la madre de su bebé, ellos merecían compartir y darle un hogar a María Elvira.—Mi niña, ya esta listo—espeto Raquel, con sus ojos apagados.—Gracias Raquelita, me iré antes de que él regrese… cuídame mucho a la princesa, yo estaré encargándome del trabajo y la bienvenida para Pilar.—¿estas segura que Pilar regresará a Madrid junto con nosotros?—es lo más probable Raquel, yo espero que si
Pilar:Exactamente sabía que estaba pasando, aunque la colombiana haya cedido su felicidad para mí, tenía bien sabido que él la amaba a ella, y eso se podía notar hasta en la forma de respirar.Viajamos junto con mi hija hacia Madrid, Janice se fue con nosotros y por lo tanto, a Tano le tocó equipar una de las casas que su padre había puesto a su nombre, una hermosa y extravagante casa en el barrio de Salamanca, y adoptando también un perro; una de tantas cosas que adjunte a mi lista de cosas que deseaba antes de morir.Mi hija era una hermosura, regordeta y con cinco meses muy bien cumplidos, aunque a dos semanas ya cumpliría los seis y sabía que aunque me quedara poco tiempo, lo iba a gozar al máximo.—Necesito que por favor, organices la boda, esta semana me voy de viaje para Italia, debo cerrar unos proyectos con una empresa textil, no tiene nada que ver con mi padre, es asunto mío. Por favor, algo que tú y la bebé necesiten, llámame o llama a Raquel. Marina estará atenta a ustede