— ¿Q-Que es lo que acaba de decir Zeynep? —preguntó Gabriel, en su mirada se veía el miedo y el horror.
—Nada —respondió seco.
Vi las expresiones de Noah y sabía que estaba nervioso. Gabriel dio un paso hacia delante y Noah retrocedió. Me encontraba en el medio de ellos dos, lo que me hizo hacerme a un lado.
— ¿Cómo...Como no... —vi un leve temblor en las manos de Gabriel y como sus ojos se ponían vidriosos. En cualquier momento lloraría—. ¿Por qué no nos dijiste? —cuestionó completamente dolido, una lagrima recorrió su mejilla.
Oh dios mio.
—Por esto —los señaló a ambos, Noah también tenías ganas de llorar, pero se contenía—. Ya han sufrido mucho conmigo, no merecían hacerlo otra vez.
—Los quiero en veinte minutos en la sala...a los dos.
Salió rápidamente azotando la puerta en el proceso.
Me acerqué a Noah y lo abracé, sabía que lo necesitaba. Sus brazos me rodearon y enterró su rostro en mi cuello.
—No q
—Noah —llamé, tocando suavemente su puerta—. ¿Estás ahí? Escuché unos pasos venir, abrió la puerta y rápidamente pude notar bolsas negras debajo de sus ojos, el cansancio se notaba demasiado en su rostro, aun cuando acababa de salir del baño, gotas de agua caían de su cabello. —Buenos días —sonrió, haciéndose a un lado para que entrara. — ¿Cómo dormiste? —No dormí —cerró la puerta y se encamino al baño, para terminar de secarse el cabello, suponía — ¿Por qué? —decidí preguntar, aun sin moverme. — ¿Por qué subiste hasta acá? Tienes que cuidarte Zeynep, aun estas muy débil. —Me siento muy bien, te venía a decir que mañana asistiré a clases. —No —respondió rápidamente, asomándose por la puerta—. No puedes ir todavía, Ömer aprovecharía el momento para raptarte y llevarte a Turquía, dentro de la universidad existen muchas posibilidades de que lo pueda lograr. Sé que quieres salir, así que en tres horas saldremos los cuatro,
— ¿Entonces no se puede hacer nada? Tenemos que quedarnos sin hacer nada mientras poco a poco nuestro hijo pierde la visión. El doctor se tensó en su lugar, el tono que había utilizado Gabriel podía intimidar a cualquiera. Después de que Noah se despertara, habíamos bajado a desayunar y a esperar a sus padres que no tardaron en llegar para así salir rumbo a la clínica. Le habían hecho un par de exámenes y ahora nos encontrábamos con el médico especializado que se encargaría de la enfermedad de Noah. —Esta enfermedad no tiene cura señor Lambert, pero la ciencia avanza muy rápido, en varios años tal vez haya una cura, es incierto. — ¿Y mientras nos sentamos a esperar? La paciencia no es mi virtud —Noah apretó mi mano e instintivamente lo miré. Se notaba un poco incómodo, pero su rostro estaba sereno. —Ya papá —suspiró, llevando su mano desocupada a la cien—. No existe cura, ¿Tan difícil es que lo aceptes? — ¿Tú ya lo hiciste? —indagó el
Asentí a la sugerencia de Anna, pero al escuchar un motor ser arrancado con violencia, salí corriendo hacia fuera. — ¡NOAH! —grité, ya siendo tarde, había pasado los portones. —Mierda. —Maldición. Dijeron al unísono los dos esposos. —Él no puede manejar, por su visión lateral se ha ido. ¡Que vamos hacer! —Comenté desesperada, él estaba propenso a sufrir un accidente. —Se llevó su auto, el único auto que no tiene rastreador —explicó Gabriel, llevando sus manos a su cabello desordenándolo al instante. — ¿A dónde podría ir Noah? tenemos que encontrarlo. Tal vez... —Creo saber dónde está —anuncié, recordando el lugar a donde había ido después de la discusión que tuvo con su papá hace meses—. Pero iré sola, es un lugar privado para Noah. Necesito un auto. Ambos me miraron por varios segundos, hasta que asintieron. No había otra opción, me tenían que dejar ir sola. Caminamos hacia el enorme gar
— ¿Por favor dime que esto no es un sueño? —supliqué. Mi corazón se había saltado un par de latidos al escucharlo decir esas palabras, jamás olvidaría este momento, quedaría grabado como uno de los mejores días de mi vida, todo era tan perfecto que me abrumaba, mi respiración empezaba acortarse. Sus palabras aún se repetían en mi mente, acelerando mi corazón cada vez más. Sonreí al saber que había encontrado al verdadero Noah. Había logrado derrumbar todas sus barreras y en él me esperaba un tesoro, y dentro del tesoro, el diamante por el que muchas personas buscaron y hubieran matado... coeur de la mer (corazón de mar) yo lo había encontrado e iba atesorarlo por siempre. —No, no lo es. No tuve tiempo de responder, sus labios atacaron mis labios con vehemencia, arrancándome un pequeño gemido en el proceso. Sentía como sus manos descendían y ascendían por toda mi cintura, yo aún era incapaz de moverlas de su cuello, pero cuando las manos de
POV NOAH Dos días después. Escuché ruidos a mi alrededor que me hacían querer despertarme, fruncí mi ceño al darme cuenta que otra vez me había quedado dormido. ¿Y si ya había quedado ciego por completo? M****a, ¿por qué tuve que dormirme? Zeynep es la culpable, si no fuera tan cálida y su pecho no fuera tan cómodo no me hubiera dormido. Pero, ¿A quién quería engañar? Amaba con mi alma que estuviéramos durmiendo juntos. Mi semblante cada vez estaba mucho mejor, poder dormir diariamente nueve horas estaba ayudando mucho en ello. Salí de mis pensamientos cuando escuché una dulce voz cantar. Estas son las mañanitas Que cantaba el rey David Hoy por ser día de tu santo Te las cantamos a ti Despierta, mi amor, despierta Mira que ya amaneció Ya los pajaritos cantan
POV NOAH Tragué fuerte e hice exactamente lo que había dicho mi hermosa esposa. Una adrenalina empezó a recorrerme mientras estaba sentado en aquella silla esperando. La ansiedad y ganas crecían cada vez más en mi interior, este era un gran regalo de cumpleaños y lo recordaría por siempre. Zeynep bailaba espectacular, la forma en que hacía mover su cuerpo era demasiado atrayente y excitante, tan excitante que debía calmarme o tendría una erección con solo recodar las veces en que la había visto bailar. Suspiré, intentando guardar la calma. Las personas a mi alrededor empezaron a sentarse y acomodarse. Busqué con la mirada a Emma, pero no estaba, al igual que Sofia y Mia. ¿Bailarían ellas también? Una melodía de flauta me sacó de mis pensamientos, estaba atento y a la expectativa de que saliera. —Vamos mi amada, hazlo —murmuré. Y como si me hubiera escuchado, salió por aquella puerta dejándonos a
Habíamos llegado hace varios minutos, nos encontrábamos dentro de la casa en donde había sucedido todo, era demasiado bella y constaba de tres niveles, su patio trasero sin duda era lo mejor, había una piscina y hermosos arboles al rededor. Amaría vivir en un lugar así. — ¿A quién esperamos? —pregunté, observando a mi alrededor. Un señor mayor nos había recibido y desaparecido al instante, no tenía la menor idea de a donde podría ir. Noah aprovechó y me dio un breve recorrido por toda la casa, ahora que ya había terminado de mostrármela, nos encontrábamos sentados en uno de los muebles de la sala. Se notaba ansioso, muy ansioso. Yo también lo estaba, no podía creer que después de tanto tiempo Noah podría saber la verdad de lo que sucedió. Teníamos que dejar su pasado atrás, él tenía que hacerlo y vivir el presente sin ninguna preocupación o rencor, pero antes, tenía que saberlo todo, todas sus preguntas tenían que ser resueltas. —A que
— Elena Lambert .Noah se tambaleó un poco sobre su lugar al escucharlo.—Amor —musité, sosteniéndolo.—Mu-Muchas gracias por la colaboración signori Valentino, saliendo se le dará lo acordado —este asintió empezando a irse—. Mas a delante lo contactaré, y tranquilo, el asesino de su hijo pagara por lo que hizo.Cuando ya nos encontrábamos solos, respiro profundo y se dispuso a salir de la casa también.—Noah —lo llamé, pero no se detuvo hasta que llegó a su automóvil.¿En qué momento lo habían traído hasta acá?—Cipriano te llevará a casa.—No.— ¿No? —se volteó, viéndome con una ceja alzada.—No pienso dejarte, así que no trates de alejarme —respondí seriamente.