Siempre evitaba dirigirme a ella directamente, para no tener que pensar en cómo llamarla, pero ya era hora de enfrentarlo."Preferiría decirte mamá, claro, si no te molesta." Le dije.Sus ojos se iluminaron al instante. Estaba a punto de llorar, pero se notaba que estaba luchando contra las lágrimas y todo lo que sentía en ese momento. Suspiré y reuní la fuerza que necesitaba para hablarle. Pensé en decirle todo lo que pensaba de una vez por todas, pero tenía que hacerlo rápido. antes de que el nudo que sentía en la garganta no me dejara hablar más."No soy buena acercándome a los demás, pero... quiero que sepas que no te odio, ni te culpo por nada. Hiciste lo mejor que pudiste para las dos." Le dije. Ella estaba a punto de hablar, pero la interrumpí con un gesto, no quería que nos fuéramos por las ramas, tampoco quería perder la determinación que había reunido para venir a hablar con ella. Tenía tanto que decir, y sabía que, si no lo hacía ahora, nunca se lo diría."Me alegra que ha
~ Leo ~El día estaba cada vez más cerca y eso me tenía muy nervioso. El hecho de que no supiéramos qué esperar en Gad lo hacía aún peor. Los hombres y yo entrenamos, practicando nuestra formación, también seguía en contacto con Sylvester, quién decía que todo iba muy bien. Ighor seguía comunicándose con Yuri, y según sus conversaciones, la reunión seguía en pie. Max y Kyle querían ir con nosotros a Gad, que era donde realmente sería la batalla, pero decidí mandarlos al Sur. Al final, decidimos que no serían solo un señuelo, sino que iban a luchar para quitarles el territorio de Greenville a los Stepanov, así que ahora estaban más que dispuestos a cumplir la misión, ya que sabían que si iban a pelear por lo suyo. Sería lógico mandar a Devin con ellos, pero lo necesitábamos en Gad, porque teníamos una formación que funcionaba mejor con él, así que tendría que ir con nosotros. Ya era de noche, Alexei había ido al búnker VIP a buscar a Alia para pasar tiempo con ella, de hecho, habí
Me miró sorprendida, fue como si no esperara verme, pero ahí estaba yo, sin ropa."¿Y eso, por qué llegaste temprano?" Preguntó Amelia con una gran sonrisa.Me metí en la bañera y respondí, acercándola a mí. "Necesitaba pasar tiempo con mi Luna antes de que se vaya al Norte." Se acomodó entre mis piernas, con la espalda contra mi pecho, y la abracé fuerte.Sentí mucha calma estando en la tina junto a ella. Ojalá pudiéramos quedarnos así para siempre."Amelia..." Comencé, besando mi marca en su cuello, por lo que ella se rio."Sí, Leo". Respondió con un tono seductor, soplando la espuma hacia nuestros pies.Amelia tenía la habilidad de simplemente vivir el momento, aunque hubiera un gran obstáculo en su camino, ella se lo tomaba a la ligera. Eso me encantaba, porque hacía que me relajara y me daba la confianza para enfrentar mis problemas."¿Estás listo para reducirlos a cenizas?" Inquirió, haciéndome reír."Estamos más que listos, Yuri no sabrá ni qué lo golpeó." Respondí, y ella se r
"Amelia". Logré decir, quería hablar de lo que tanto estaba evitando. La miré, sus ojitos demostraban curiosidad y esperanza. Toqué suavemente su barbilla y dibujé un corazón. "No planeo morir en Gad." Declaré con firmeza.Sus ojos poco a poco se llenaron de lágrimas; era algo que la estaba matando por dentro y por eso no quería hablarlo. Me gustaba que no quisiera preocuparme contándome sus miedos, pero sabía que no era de piedra, y tenía que hacerle saber cuáles eran mis verdaderas intenciones. "Mi plan es sobrevivir pase lo que pase, y regresar a casa contigo. No vas a criar a nuestros hijos sola, Amelia. Tú me has dado fuerza, me haces feliz y me llenas de esperanza. Ahora tengo una razón para vivir, nuestros hijos que aún no han nacido y tú, me han dado una razón para luchar y seguir adelante. Te prometo que voy a regresar." Le dije. Ella puso sus labios contra los míos, besándome con pasión. Aunque no estaba del todo tranquila, porque sabía que nada estaba asegurado, pude s
~ Claudia ~ Los días pasaron volando. Necesitaba tomar un respiro para pensar, pero no había tiempo para eso. Jake se estaba recuperando y Vino entrenaba casi todo el día. Hubo momentos en los que sentí que quería irme, porque en el fondo, no creía que todos pudieran volver a casa. El discurso de Sylvester sobre lo que debíamos hacer en caso de que no volvieran, me afecto mucho, me hizo pensar si era que tenía una maldición o qué. Mi esposo había muerto, y ahora que encontré a mi compañero destinado, tenía que ir a una lucha de la cuál no sabía si va a volver.No sabía qué hacer; yo era una mujer de pocas palabras, y de alguna forma, en las últimas semanas sentía un nudo en la garganta que no me dejaba hablar. Mantener la calma en medio de todo eso era difícil, pero tenía que hacerlo. Sabía que nada me levantaría si me echaba a llorar, así que tendría que ser fuerte y seguir adelante. Jake por fin había despertado, pero lamentablemente, no podía sentir a su lobo. Erik le dijo que t
Sentí que una corriente de rabia me invadía, creo que era una especie de mezcla de miedo e ira, pero también de mucho cansancio, fue como si me hubieran obligado a mirarme al espejo y, de repente, viera la realidad.Me acerqué al tocador donde estaban mis cosas, y en ese instante, mi loba intentó apoderarse de mí, tiré todo al piso con rabia y rompí el espejo. No podía soportar tantas emociones juntas."¡Claudia!" Vino se exaltó, y corrió hacia mí.Me abrazó por detrás y empecé a gruñir. Había llegado a mi límite, solo podía gruñir más y más."Todo está bien, mi amor, estoy aquí." Me dijo, abrazándome fuerte y haciendo de todo para calmarme. Pronto, la rabia desapareció y en su lugar, sentí una tristeza tan profunda, que comencé a llorar amargamente. Vino me abrazó fuerte contra su pecho e intentó calmarme. Besó su marca en mi cuello, pero no fue suficiente para alejar a los demonios que rondaban mi cabeza. Había aguantado tanto, hasta que explote en un mar de emociones."Por favor, n
~ Tamia ~ Pensé que los días pasarían lentamente, pero no fue así. Sylvester y yo pasamos muy poco tiempo juntos porque teníamos que entrenar.Aunque no íbamos a Gad, las mujeres también teníamos que estar preparadas para la batalla. No dejamos que Claudia entrenara porque ya tenía mucho trabajo que hacer, se le notaban las ojeras, y se veía como alguien que iba a explotar en cualquier momento. Lo sorprendente era que siempre lograba mantenerse calmada. Yo la admiraba, si yo fuese ella, ya habría llorado mil veces.Por el enlace, Stephanie me dijo que Jake por fin había despertado. Me alegré por ella y por el hecho de que ya no tendríamos que despedirnos de Jake, sin embargo, no tenía ánimos de celebrar, ya que Sylvester me había dicho que se irían esa noche, para analizar la situación.Amelia y Susan llegaron por la tarde, y me sorprendió que Gezel viniera con ellas. Sylvester también se sorprendió, pero pensé que quizás, Amelia o Leo la habrían convencido de no ir a Gad. No dije nad
Y yo ya estaba a merced de sus dedos.Él sabía tocarme, ni demasiado fuerte ni demasiado suave, justo la presión y la velocidad necesaria para llevarme al borde del clímax. Mientras tanto, su lengua me recorría el cuello causando estragos a su paso, y sus manos acariciaban mis senos suavemente.Mi orgasmo llegó, y un gemido fuerte salió de mis labios, sin embargo, él no paró lo que estaba haciendo, fue tan delicioso, con la asistencia del agua cómplice, que mis piernas se sintieron desfallecer.Pero ya no me bastaba con caricias o besos, yo solo deseaba que me lo metiera y estuviera en lo más profundo de mí, con tan solo pensarlo, sentí cómo se contraía mi cosita por el deseo.Ya estaba muy caliente y no pude aguantar más.Me acomodé como pude en el espacio de la bañera, coloqué mis piernas en sus hombros y me puse muy cómoda para recibir dichosa aquello que me pertenecía, lo miré a los ojos mientras él me ayudaba a acomodar su verga dentro de mí. Sus ojos eran tan negros como la noche