Yo sabía que podía ver mis intenciones de pelear y si tenía unas ganas de destrozarla, no aguantaría ni un minuto.

Max no estaba para que la defendiera y la habría dejado hecha mierda antes de que él regresara. No planeaba tocarla, pero sabía que eso era lo que ella pensaba.

Al principio dudó, luego sonrió y se levantó a limpiar la cocina, pero era tan lenta que decidí ir al edificio de la manada a comer algo, con suerte encontraría sobras en el refrigerador.

Fui a la casa de la manada, comí y me quedé un rato para que cuando llegara a casa pudiera quedarme dormida de una vez. Sin embargo, cuando volví a casa, encontré a Max furioso sentado en el sofá.

Quise pasar de largo para ir a mi cuarto, pero no me dejó.

"¿Qué le hiciste a Michelle?" Me preguntó y fruncí el ceño confundida. Había querido, pero no le había hecho nada.

"Llegué y encontré a mis hombres ayudándola. Tenía moretones y le encontraron esto en su muñeca." Dijo mostrándome un brazalete de plata delgado que usaba para tortu