No podía hablar porque para mí la soledad era el peor de los males.

Ella me miró y sonrió, por lo que forcé una sonrisa como respuesta. Miré sus ojitos verdes, aunque ella había pasado por cosas horribles, aún encontraba razones para sonreír y se atrevió a darle otra oportunidad al amor y a ser amada.

En ese momento supe que romperle el corazón sería un pecado imperdonable y me juré a mí mismo que haría todo lo posible para que nunca se arrepintiera de amarme. Me esforzaría al máximo para que nunca se sintiera sola o como si le faltara algo.

"Ya podemos entrar." Dijo, poniéndose de pie.

Entramos al pasillo, estaba oscuro, pero mi visión nocturna era mejor que la de la mayoría de los lobos; usando los ojos de Knight, podía ver claramente, encontré el interruptor de la luz y la encendí.

Había una puerta al fondo del pasillo, sospechaba que era la de la habitación principal o de su oficina.

Había tres puertas en el corredor, así que me moví para abrirlas todas. No estaban cerradas con lla