~Tamia~

Pude sentir la inquietud de Sylvester sobre mi viaje al Oeste, pero no sabía cómo expresarle que nunca podría dejarlo.

Después de nuestra conversación, insistió en que visitáramos a Larry, quería llegar al fondo del asunto y yo necesitaba averiguar cómo detenerlo para que no perdiera más el tiempo. Pero me sentía con náuseas en ese momento, así que fui al baño a vomitar todo lo que había comido. Sylvester corrió al baño, algo preocupado. Me cargó hasta la ducha y abrió el agua mientras me quitaba la ropa.

“Noté que anoche tenías un poco de fiebre, pero no le di importancia. Ahora estás ardiendo, ¿Qué está pasándote?” Me preguntó con calma y pude ver que estaba luchando por no perder el control.

“Empezó después de que tomamos café y galletas ayer por la tarde. Lo vomité todo y me sentí mejor, pero las náuseas han vuelto.” Logré decir. El agua era reconfortante y quería quedarme bajo ella.

“¿Quién sirvió los bocadillos?” Me preguntó, y supe lo que quería insinuar, así que dije q