*************••••••••••************* >>> Caroline: Lo disfruto. Realmente nunca puedo decirle "no", porque mi amor es tal que siempre quiero tenerlo entre mis brazos, porque quiero ser la única a la que ama, la única por la cual se excite, con la cual desee y goce estar. Sí… Me duele un poco recordar su pasado, pero en el presente es todo mío, mi amado, mi esposo, mi Rey y próximamente querido Emperador. ¿Estoy tomando demasiados riegos por él? Puede que sea el caso, pero lo elegí desde niña, para que sea el único dueño de mi cuerpo y todo mi amor. La pasión que desborda de mis labios cuando los uno a los suyos y saboreo lentamente, sintiendo la calidez de su lengua en un travieso baile placentero con la mía. Sus grandes manos recorriendo mi piel… Su dura masculinidad que ingresa lentamente a mi interior, haciendo un desastre de mi húmeda intimidad, esa sensación ardiente que recorre todo mi cuerpo y me estremece. Siento como él apoya sus manos en mis caderas y en un m
Esa hermosa tarde en el territorio Real Wiztan, del Reino de Gorian. El sol brillaba con fuerza, iluminando los jardines del palacio principal con un cálido resplandor dorado. En el interior, el Rey Jhonn Cuarto Wiztan, se preparaba para partir hacia el Sur, junto a Lord Garlem, en una "expedición para proteger la frontera y resolver los problemas de infiltrados". Dentro del palacio en un salón, la concubina Real, Lady Caroline, se encontraba un poco deprimida. Sus ojos, normalmente llenos de vida, ahora reflejaban una profunda melancolía. Ella se encontraba en la sala principal, esperando la llegada del Rey. Cuando Jhonn Cuarto entró, su presencia imponente llenó la habitación. Caroline orrió hacia él, abrazándolo con fuerza. —¡¡Jhonn!! ¡Oh Jhonn! —¿Estás bien, Cari? —le preguntó él con un tono dulce en su voz. —¡No quiero que te vayas! —dijo Caroline con voz temblorosa—. Te extrañaré demasiado… Jhonn acarició suavemente el largo cabello rubio de esa hermosa Maitana, t
Caroline abrió lentamente sus ojos y se sentó sobre la cama viendo a madame Susan y las doncellas que llegaron a prepararla para cumplir su agenda del día. Más tarde esa mañana: —Es todo por hoy, Lady Caroline —le dijo madame Susan, después de sus clases sobre el Reino de Gorian—. Tiene el día libre. Su majestad el Rey me dejó dicho que usted iría al taller de confección con las costureras y el sastre Real, para el diseño de sus nuevos atuendos. Es libre de dedicarle toda la tarde a su… Bueno, pasatiempo. Caroline se quedó pensativa por un momento. Una sonrisa iluminó su rostro y se marchó de inmediato a esa área dentro del territorio Real. De donde pensaba llevarse algunas prendas para pasar desapercibida en su escape hacia el Sur. •••••••••• Dos días más tarde. "Ya han pasado dos días… ¡NO LOGRO SALIR DE AQUÍ! ¡Los vigilantes NUNCA bajan la guardia! ¿Será que Jhonn ya sospechaba de mi escape?" Pensó Caroline, un poco desesperada. Ella comenzó a caminar por los j
—Él es como su abuelo en algunas cosas. Pero… Es un chico muy inteligente, sus acciones no son por diversión o asesinar sin más. ¿Ve el caso de Firgin? Él buscó un método diferente para no destruir tanto a ese Reino. Me alegra servirle, darle mi lealtad fue la mejor decisión —decía el hombre, contemplando el té en su taza que mostraba su propio reflejo. —¿Quiere decir que está de acuerdo en que Jhonn vaya a la guerra contra Maita? —Lady Caroline. Soy un Gorianito… Crié a Yurina (Reina de Maita)… Ella ha sido como una sobrina, nieta e hija para mí. Esa grandiosa médico que ahora es una Reina digna. Y aún así… Por mi lealtad Gorianita, hubo y hay demasiadas cosas que jamás le revelé sobre la medicina Gorianita. —Los Gorianitos me sorprenden, yo… No nací siendo una, pero amo perdidamente a uno. Diría al Gorianito más perfeccionista que puede existir~ —sonrió Caroline, pensando en Jhonn Cuarto Wiztan—. Así que… Él me pidió que me quede a su lado. Él quiere que lo apoye en todos sus p
—¡No puedo hacer algo así! —exclamó Caroline, secando torpemente las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas—. Simplemente no puedo hacerle eso a Jhonn. El médico Real Alejandro Wextell suspiró, y tras una sonrisa amistosa, se levantó de su silla. —Ven. Te daré los medicamentos que podrías ocupar en caso de emergencia. También un mapa efectivo de rutas para salir en ingresar a Gorian. ¡Caroline abrió sus ojos de parte en par, sorprendida! —¡¿Por qué?! ¡Le dije que no haría algo como dejar a Jhonn! —Lo sé~ —sonrió el señor mayor comenzando a subir lentamente los escalones. Caroline continuó subiéndolos tras él. —¿Entonces por qué dice que me dará ese mapa?, solo quiero ir con Jhonn y evitar que cruce la frontera o ataque Maita… —explicó ella con una expresión cabizbaja. —Sí. Él probablemente no le hará caso y la deje prisionera mientras se ocupa de sus objetivos~ —le contaba en tono animado, el médico Real a esa belleza Maitana—. Después de todo su majestad no camb
Dentro de la tienda principal, el comandante general, Lord Garlem, estaba terminando de explicar la estrategia a sus principales caballeros. —Será por la mañana, a las 6am en punto, que irá el primer grupo de expedición al límite fronterizo. Los otros tres se quedarán aquí. Es todo por ahora, pueden regresar a sus puestos —tras las firmes y serias palabras del Lord Garlem, todos los hombres acataron. Los caballeros asintieron en señal de comprensión, fue así como uno a uno, comenzaron a salir de la tienda, listos para transmitir las órdenes a sus respectivas unidades. Sin embargo, uno de los caballeros se quedó atrás. Tras un suspiro, se dejó caer en una silla cercana, en el interior de la tienda principal. —Estoy agotado, y hace un calor insoportable… —murmuró él, mientras se quitaba la capucha y la peluca que ocultaban su identidad. Al él hacerlo, reveló su verdadero rostro: el del Rey Gorianito, Jhonn Cuarto Wiztan, quien había estado de incógnito entre sus propias tropas.
……. Unos minutos después, Caroline se encontró en el edificio de la caballería dentro del territorio Real Wiztan. Patricia había sido ubicada en una planta distante, donde únicamente estaría ella en una de las habitaciones. Ya que no podían mezclarla con los varones y en Gorian… ¡Absolutamente todos los caballeros eran hombres! —Pensé que podía ser un lugar más… Horrible, pero me ha sorprendido bastante ver lo elegante que son los interiores del edificio de la caballería… —comentó Caroline que curioseaba en la habitación de Patricia. Fuera de la habitación, las esperaba la madame. Caroline en el interior, se sentó sobre la cómoda cama de Patricia. —Lady. Gracias a usted he logrado desligarme de mi familia, y obtener el favor de su majestad el Rey. Así que… A partir de ahora. Serviré fielmente a Lady Caroline~ —sonrió Patricia haciendo una reverencia—. Aunque dijeron que podía servir de inmediato y cuando regrese el Rey tendré mi ceremonia oficial de caballero especial. Tam
•••••••••• Esa madrugada, pasadas las dos de la mañana, Caroline terminaba de arreglarse para salir del territorio Real Wiztan. La mujer de origen Maitano, se vistió como caballero varón, alistó sus cosas en una mochila de cuero y salió de la habitación Real. La seguridad en el exterior… ¡ERA NULA! Algo que sorprendió a Caroline, el ver que no había nadie en los alrededores del elegante pasillo vigilando. Ella continuó su camino hasta que vio a Patricia. La mujer Gorianita se acercó y la guío hasta un pasadizo de acceso rápido del que tenía conocimiento. Dicho pasadizo, era utilizado cuando ocurría una emergencia en la planta del palacio donde se ubicaba la habitación del gobernante. El cual consistía en únicamente escaleras que iban desde la primera planta, hasta la planta donde estaba esa habitación Real. Bajando las escaleras de concreto que eran de estilo caracol, Caroline y Patricia lograron llegar a la primera plata del palacio Real. Los sonidos de sus bota