•••••••••• 4: 30 pm. El sol de la tarde pintaba el cielo de hermosos naranjas y dorados, la cálida luz iluminaba el papel en el que Caroline con sus manos llenas de tiza oscura, trazaba los diseños de los atuendos que invadían su mente. El Rey Jhonn Cuarto Wiztan, salió al jardín privado del sector Sur. Uno que era de sus favoritos. Había tenido un día bastante ajetreado principalmente porque comenzó tarde sus obligaciones Reales. Entre los rosales, observó la radiante y pequeña figura femenina que brillaba como el oro por su hermoso cabello ondulado rubio, bañado por la luz del atardecer. Su vestido blanco la hacía resaltar aún más. Entre más se acercaba el perfume de las rosas se podía oler en la fresca brisa. La joven que de rodillas estaba concentrada en su lienzo, dibujando cerca de la sombra de un frondoso árbol. Levantó su mirada, posando sus hermosos y grandes ojos verdes limón en ese gobernante frente a ella. —Jhonn… —susurró para segundos después reaccionar co
—¿Qué harás con él…? ¿Realmente estás pensando matarlo? —le preguntó Caroline a Jhonn, expectante de una respuesta. El Rey Gorianito, Jhonn Cuarto Wiztan, evadió la pregunta de Caroline, desviando su mirada con un gesto apenas perceptible. Caroline, perspicaz, percibió su inquietud y decidió aliviar su pesar. —¿Qué pasa, mi majestuoso Rey?~ Tus pensamientos parecen dominar tu mente. ¿No prefieres que esta concubina Real robe tu mirada?~ —sonrió Caroline, tratando de infundir un poco de ligereza en la atmósfera. Con una sonrisa, Jhonn volvió a ver a Caroline que dulcemente le pidió que no la ignore. —Eres lo que más quiero ver~ todo el día pensé en ti, Cari… —susurró Jhonn inclinándose hacia esa belleza Maitana que estaba vestida de blanco, luciendo hermosa y a la vez un poco adorable con las ligeras manchas de la tiza oscura. Poco le importó a ese Rey Gorianito si Caroline estaba sucia de tiza. Él se inclinó hacia ella, pero Caroline se alejó de Jhonn un poco, quedando sent
El jardín estaba envuelto en sombras, Dimitri escuchó esa dulce voz femenina que lo llamó. Al girarse vio que era Caroline. La mujer que él tanto amaba. Su corazón latiendo con fuerza. No esperaba verla allí, pero ahí estaba. Caroline, la concubina Real, con su cabello rubio y sus grandes ojos verdes limón mostrando un brillo de alegría. ¡Ella lucia como la joya más fina! Era como una flor exótica bajo la luz de la luna, luciendo ese hermoso vestido de gala pomposo color melocotón. Una radiante sonrisas, definitivamente, una obra de arte en movimiento, un tesoro que cualquiera hombre desearía poseer. Ella había recuperado su brillo, su hermosura, su delicadeza. ¡DIMITRI QUEDÓ ESTUPEFACTO! No podía creer el gran cambio en esa mujer, era exactamente como la conoció y se enamoró de ella en Maita. Una bella muñequita frágil. —Dimitri —susurró ella, acercándose a él—. Pensé que no podría alcanzarte. Es un alivio para mí, verte. Dimitri no dejaba de verla, de la c
—Que Jhonn te quiera matar… No tiene sentido —susurró Caroline con incredulidad—, ¿por qué él querría hacerte daño? ¿No has sido tú, quien reveló mi identidad?, yo no permitiré que él te haga daño. Dimitri que caminaba por el jardín, escoltando del brazo a Caroline, exhaló. Sus pasos se detuvieron y su mirada se posó en el cielo estrellado. —Caroline. El hombre que amas es el peor que tu corazón pudo elegir… —Mi corazón no lo eligió. Es como si… Nací amándolo. Crecí queriéndolo, no es algo fácil de explicar. Sé que Jhonn quizá no es un buen- —¡NO! ¡No lo entiendes! —exclamó ese hombre pelirrojo elegantemente vestido, posando su mirada en esa belleza Maitana—. Te mientes a ti misma esperando que sea diferente. Pero seamos francos, nada hará que un Gorianito cambie. Ni siquiera tu amor. ¡Caroline se soltó en ese momento de ese caballero pelirrojo! —¡¡NO PRETENDO QUE JHONN CAMBIÉ!! —alzó la voz ella, viéndole molesta. Dimitri suspiró y negó lentamente con la cabeza en
—¡NO IRÉ A NINGÚN LADO, JHONN! —exclamó Caroline, frunciendo el ceño. El Rey Jhonn Cuarto, posó su gélida mirada azul en los caballeros Reales, que tomaron de la fuerza los brazos de Caroline y la hicieron sacada casi alzada. Cuando ya iban unos metros lejos. Dimitri habló: —¿En serio la vas a tratar como tu maldita posesión? —¿Eres consciente de que tengo mi espada cortando tu cuello? —le preguntó Jhonn Cuarto, altivo, viéndolo hacia abajo. Mientras el filo de su espada no se apartaba de ese cuello que permanecía inmóvil. ¡Si se movía un poco, moriría! Dimitri lo sabía y se quedó quieto. —¡No pasó nada, Rey Jhonn! ¡Ella está locamente enamorada de ti! —exclamó Dimitri con una expresión de molestía marcada en su rostro. —Lo sé. Sé que ella me ama. Así como también sé que tú la amas a ella —le recalcó él Rey Jhonn a ese hombre postrado en el césped. —No tiene caso. Jamás me ha aceptado. Es tontamente tuya, sin importarle la clase de Rey u hombre que eres realmente. —¿Si sabe
Sus ojos verdes limón se encontraron con los de ese Rey entre la tenue luz de los candelabros en la habitación. —¿Jhonn…? —susurró Caroline cabizbaja, mientras lentamente se acercaban a ese hombre. Ella escuchó los pasos rápidos de él, Jhonn se acercó a ella, la mano de ese hombre la retuvo con fuerza de la muñeca. —Ay… —hizo Caroline un gesto de dolor. En cuestión de segundos ese alto hombre de cabello oscuro la acercó hacia él y la rodeó de la cintura con su brazo— ¿Estás enojado…? —preguntó ella con su voz temblorosa. En ese momento, el rostro de Jhonn se acercó al de Caroline, ella podía sentir el aroma del vino provenir de ese hombre. Caroline nerviosa tragó saliva, y alzó su mirada viéndolo fijamente. —Jhonn… Te amo y yo- —¿Me amas tanto que querías irte con otro cuando te estaba esperando? —le preguntó Jhonn interrumpiendo a esa concubina, con un tono burlón en su voz. Las lágrimas comenzaron a asomarse por las comisuras de los ojos de esa bella mujer rub
—¿Es una amenaza? —preguntó Jhonn a Caroline en un tono animado. —No... Solo una "advertencia", ¿tal vez...? —sonrió ella— Jhonn, estás tomando demasiado últimamente... Doña Susan me dijo que lo haces con frecuencia y yo también te he visto varias veces ebrio. Parece que hoy también lo hiciste y no demasiado pero... Me tiene preocupada. El Rey Jhonn se movió, alejándose un poco de su concubina Real. —Sí. Sé que lo hago a menudo. —¿Por qué?, es... ¿Es una adicción que ya no puedes controlar? —No lo sé. Desde que tenía 14 tomaba a menudo... "Entonces... Sí es una adicción, quizá algo serio..." Pensó Caroline que exhaló decaída. —¿Es por la presión del Reino, no es así? —le preguntó ella viéndolo seriamente. "Si tan solo yo pudiera ayudarte... Quitarte parte de esa presión... Si Gorian fuera un poco más como Maita dándole alternativas al Rey para un descanso de sus obligaciones al compartirlas con la Reina... Aunque en este caso la Reina es esa Jazmín... Pero no
—¡¡DEVUÉLVEME A PATRICIA!! —alzó la voz, Caroline viendo fijamente a ese Rey Gorianito. —NO~ —sonrió Jhonn, respondiendo de inmediato. —¡¿Qué?! ¡NO PUEDES JHONN! —frunció el ceño Caroline, ella apartó sus manos que tenía posadas sobre el escritorio de ese Rey. —Caroline. Ella debe pagar por sus actos. Ella MINTIÓ. Me mintió a mí, que soy el Rey, lo hizo descaradamente frente a todos mis sirvientes y guardias en el salón comedor. La muerte es lo que le espera. —¡¿En serio quieres matar a alguien inocente?! ¿Por qué no me culpas a mí, Jhonn? ¡Yo fuí la que ordenó que mienta! ¡Yo debería pagar, NO ella! —exclamaba Caroline tensando su expresión. Ella caminó rodeando el escritorio, hasta quedar del costado izquierdo a Jhonn e inclinándose hacia ese Rey, estuvo tan cerca que sus frentes casi se rozaron— Yo tomaré la responsabilidad. —¿Me estás pidiendo que te mate? —le preguntó Jhonn, arqueando una ceja. Caroline asintió con una sonrisa, sabiendo que Jhonn no sería capaz d