Sus ojos verdes limón se encontraron con los de ese Rey entre la tenue luz de los candelabros en la habitación. —¿Jhonn…? —susurró Caroline cabizbaja, mientras lentamente se acercaban a ese hombre. Ella escuchó los pasos rápidos de él, Jhonn se acercó a ella, la mano de ese hombre la retuvo con fuerza de la muñeca. —Ay… —hizo Caroline un gesto de dolor. En cuestión de segundos ese alto hombre de cabello oscuro la acercó hacia él y la rodeó de la cintura con su brazo— ¿Estás enojado…? —preguntó ella con su voz temblorosa. En ese momento, el rostro de Jhonn se acercó al de Caroline, ella podía sentir el aroma del vino provenir de ese hombre. Caroline nerviosa tragó saliva, y alzó su mirada viéndolo fijamente. —Jhonn… Te amo y yo- —¿Me amas tanto que querías irte con otro cuando te estaba esperando? —le preguntó Jhonn interrumpiendo a esa concubina, con un tono burlón en su voz. Las lágrimas comenzaron a asomarse por las comisuras de los ojos de esa bella mujer rub
—¿Es una amenaza? —preguntó Jhonn a Caroline en un tono animado. —No... Solo una "advertencia", ¿tal vez...? —sonrió ella— Jhonn, estás tomando demasiado últimamente... Doña Susan me dijo que lo haces con frecuencia y yo también te he visto varias veces ebrio. Parece que hoy también lo hiciste y no demasiado pero... Me tiene preocupada. El Rey Jhonn se movió, alejándose un poco de su concubina Real. —Sí. Sé que lo hago a menudo. —¿Por qué?, es... ¿Es una adicción que ya no puedes controlar? —No lo sé. Desde que tenía 14 tomaba a menudo... "Entonces... Sí es una adicción, quizá algo serio..." Pensó Caroline que exhaló decaída. —¿Es por la presión del Reino, no es así? —le preguntó ella viéndolo seriamente. "Si tan solo yo pudiera ayudarte... Quitarte parte de esa presión... Si Gorian fuera un poco más como Maita dándole alternativas al Rey para un descanso de sus obligaciones al compartirlas con la Reina... Aunque en este caso la Reina es esa Jazmín... Pero no
—¡¡DEVUÉLVEME A PATRICIA!! —alzó la voz, Caroline viendo fijamente a ese Rey Gorianito. —NO~ —sonrió Jhonn, respondiendo de inmediato. —¡¿Qué?! ¡NO PUEDES JHONN! —frunció el ceño Caroline, ella apartó sus manos que tenía posadas sobre el escritorio de ese Rey. —Caroline. Ella debe pagar por sus actos. Ella MINTIÓ. Me mintió a mí, que soy el Rey, lo hizo descaradamente frente a todos mis sirvientes y guardias en el salón comedor. La muerte es lo que le espera. —¡¿En serio quieres matar a alguien inocente?! ¿Por qué no me culpas a mí, Jhonn? ¡Yo fuí la que ordenó que mienta! ¡Yo debería pagar, NO ella! —exclamaba Caroline tensando su expresión. Ella caminó rodeando el escritorio, hasta quedar del costado izquierdo a Jhonn e inclinándose hacia ese Rey, estuvo tan cerca que sus frentes casi se rozaron— Yo tomaré la responsabilidad. —¿Me estás pidiendo que te mate? —le preguntó Jhonn, arqueando una ceja. Caroline asintió con una sonrisa, sabiendo que Jhonn no sería capaz d
El rubio y ondulado cabello de Lady Caroline, se balanceaba con los pasos rápidos de ella, que resonaban en todo el elegante pasillo. Su mirada verde limón viendo enfrente con emoción y una sonrisa que no se había borrado de su rostro. ¡Se sentía feliz de cumplir una promesa!, aún más, se sentía feliz de que Jhonn pusiera su pedido por encima de sus reglamentos estrictos. Ella que pensó que él no sería capaz de comprender. Que creyó que él ya tenía gravado en el cerebro una manera "perfecto Gorianito" de ser. "Jhonn… Él me ama mucho, aunque a veces sea un poco estricto~" Pensó ella animada, detrás de Caroline, caminaba a unos metros de distancia rápidamente, el Lord Francis Garlem. —¡Lady Caroline! ¡Le dije que espere, por favor! —exclamó él llamándola por su verdadero nombre. Después de que ella lo ignore por varios minutos. Caroline se detuvo y volvió a ver hacia atrás a ese hombre de cabellera rubia rizada, que se acercó hasta ella. —El Rey me envió a escolta
—¡Lo intentamos, mi señor! —exclamó el hombre sentado en una silla de la oficina del marqués Forsten. Sebastián, que se encontraba detrás de su elegante escritorio, furioso había terminado de leer todos los reportes. —Yo personalmente investigué. Escuché los rumores que la concubina Real había ido de compras a la ciudad capital Gorianita y fuí a ver —le contaba el hombre seriamente al marqués Forsten—. La ví, pude verla a una distancia considerable bajar y subir del carruaje. Ella estaba escoltada y por supuesto, le cubrían con una sombrilla para el sol. Pero… ¡No existe tal belleza igual! ¡Tenía que ser ella, mi señor! Sebastián comenzó a prestar atención, aún más interesado. —¿Crees que la concubina Real favorita del Rey Gorianito… Es mi hija? —¡El Rey Jhonn Cuarto Wiztan, NUNCA dió el papel de concubina a nadie!, de pronto lo hace. Le da más privilegios que a una Reina. —¿No significa eso, que solo se enamoró?, pudo ser cualquier otra. ¿Mi hija sería tan estúpida c
—¿Por qué me ocultas tantas cosas, Jhonn?, yo… Yo quiero saberlo todo… Necesito saberlo. Me siento triste cuando haces eso —la expresión de la concubina Real, conmovió a ese Rey Gorianito. Jhonn suspiró, decidiendo hablarle directamente. —Caroline… —el pronunció el nombre de esa mujer con dulzura y amor. —¿Si? —le preguntó ella expectante. —Mañana la Reina partirá a Firgin donde cumplirá su sanción por intentar matarte —le contó Jhonn seriamente—. Por supuesto, es una manera de alejarla de ti hasta que se cumpla el tiempo máximo de matrimonio sin consumar y quede nulo. —Nulo… ¿Estarás divorciado de ella? ¿Pero ella seguirá con honores de ex esposa y ex Reina, no? —preguntó Caroline no sintiéndose conforme con eso. —No. Ese fuera el caso de un divorcio por acuerdo mutuo. Si es porque el matrimonio jamás comenzó, entonces simplemente se hace como que nunca existió. Ella pierde todo —le aclaró Jhonn, a su concubina Real. Caroline se sorprendió. —Pero… Jhonn… ¿Fi
El Rey Gorianito se dirigió a la salida. Caroline se levantó yendo tras de él. Él estaba furioso y ella lo sabía. —¿Qué es lo que tienes contra tus padres?, no creo que el Rey retirado Lance Lamparth haya pensado de esa manera. Quizá, sí, también se beneficiaba de esa manera. Pero… ¡¡JHONN TE ESTOY HABLANDO!! —gritó Caroline que lo seguía lo más rápido que podía, pero Jhonn no se detenía, caminando por ese largo pasillo iluminado por las farolas de pared. La concubina Real continuó siguiendo al Rey, ahora subiendo los escalones rumbo al siguiente piso. —¡JHONN! ¿Es que acaso estás molesto porque no has crecido junto a ellos como tus hermanos? ¿Por qué no hablas con tus padres? ¡¿Tienes idea de lo triste que está tu madre?, eso hace 5 años cuando Landel me contaba. Ahora debe ser mucho peor…se hacen mayores, no vivirán por siempre… ¿Querías estar con ellos en Maita o quieres que estén contigo en Gorian? ¿Por qué aceptaste tantas responsabilidades si sabías que ibas a cola
Caroline se aferró a la esperanza de que Jhonn reconsiderara su peligroso camino de venganza y poder. Sin embargo, el brillo decidido en los ojos del Rey Gorianito le indicaba que su determinación era inquebrantable. Ella entendió que no podría cambiar su mente con meras palabras. Jhonn, con su gesto severo, parecía distante y abstraído en sus pensamientos. La hermosa concubina Real, comprendió que debía adoptar una estrategia diferente para tocar el corazón del Rey Gorianito. Con determinación, ella se levantó del césped y seguidamente se sentó sobre las piernas de Jhonn, quedando ella con una pierna a cada lado, viéndolo de frente y posando sus manos en los hombros de ese Rey. —Jhonn, entiendo tu sed de justicia, pero, ¿realmente crees que es el único camino? ¿No hay espacio para la compasión y la misericordia en tu corazón? ¿Y si solo nos olvidamos de Maita y nos concentramos en Gorian y nosotros, nuestro amor…? —susurró la bella Maitana, con voz entrecortada por l