La espera se hizo eterna, cada minuto corría una larga hora donde la vida de Vicenzo estaba más distante de mí, la angustia me hacia ponerme en la peor situación e imaginar que su luz se apagaba como la llama una vela consumándose lenta.Oraba al cielo y sentia que mi voz no era escuchada todo el ruido a mi alrededor era insoportable. Deseaba correr a esa sala donde estaba rodeado de médicos y enfermeras tomar su mano, hablarle al oído, llamarla suavemente y hacerlo venir hacia mí, hacia Peter.Hacia el amor.En esa sala solo estábamos Drago y yo, el sentado con los codos sobre las piernas y sus manos sosteniendo sus rostro. Quizás en lo único que coincidíamos era en que esto debía se una pesadilla.Loraine le trajo a Drago un café, el tomo el vaso pero dejándolo sobre la silla junto a él, no espera un acto de voluntad hacia mí hasta que los pies de Loraine se posaron frente a mi a un solo paso. Alce la vista con suplica.—Peter esta bien, ya lo estarán dando de alta, —me levante del
Vínculo de AmorResbale por la cama, mis rodillas tocaron el suelo, estaba volviéndome loca de dolor, aprete la sabanas de la cama para que el resto de mí no cayera hasta el suelo, grite su nombre, tome su mano y la sacudí esperando que el volviera a sujetarla con fuera, lo llame para que volviera, las enfermeras intentaron levantarme, mi cuerpo estaba pesado, mis piernas no tenían fuerza.Entre lagrimas observaba el rostro de Vicenzo, palidecer.El doctor dijo la hora; 7:03.Escuchar eso me hizo sentir rabia con él, con la vida, conmigo. me levante y trate de sacudir el cuerpo que aún conservaba calor.—Despierta, vamos despierta, Vicenzo, por favor yo te amo. Vicenzo, te amo, no puedes dejarme… No puedes irte, te necesito Vicenzo…Deseaba que escuchara mi suplica, mi impotencia pero sobre todo que sintiera el miedo a seguir en esta vida sin él.—¡Vicenzo!La máquina comenzó a hacer un bip, detuve mi respiración, alce la vista, la línea mortal en el monitor comenzó a tener destellos,
¡El mató a mí hijo!¡Helen! Escucho entre sueño y realidad mi nombre, veo una silueta en un espacio reluciente. Pienso de inmediato en Vicenzo, y la intranquilidad de momento reaparece mordiéndome las entrañas ferozmente.¡Helen! No me dejes, te necesito… Sentí una caricia sobre mi brazo, abrí mis ojos brincando en la cama, era mi padre, frote mi rostro para despejar un poco de lo cansado de mis ojos, Peter estaba despierto, sentadito a un lado de mí. lance un profundo bostezo.—¿Papá?—Helen, traje un poco de ropa para Peter.—me muestra una maleta. Estire los brazos él se sentó en la cama y me acogió en un fuerte abrazo. —Estuve muy angustiado por ti Helen, ¿cómo te atreviste?Coloco mi mano sobre la cabecita de Peter acaricio su pequeño rostro, él era la respuesta a esa pregunta. No iba a quédame con los brazos cruzados.—Ya todo estará bien, Helen, perdóname por no creer en ti. —eso ya no importaba, y por supuesto todo estaría bien, yo pelearía por ese bien.Mi padre, se inclino
Apenas lograba calmarse, cuando intentaba contar lo que habia sucedido, el llanto se apoderaba de ella. Aurora me hacía sentir mucha compasión. No debería, mis sentimientos hacia ella debían ser odio y desprecio. —El me llevo a esa clínica con engaños, cuando desperté mi hijo ya no estaba, el ordeno todo para que hicieran creer que mi hijo había muerto dentro de mi vientre, él lo mato, me lo arrebato.—Los estudios revelaron que su producto…—No es un producto, era mi hijo,—reclamo llena de colera — estaba creciendo dentro de mi sano y fuerte, yo era simplemente una sirvienta, mayor que el por unos años eso era cierto, por eso el solo jugo conmigo, me prometió que le contaría a su padre y que defendería este amor, eso fue una mentira, fingió estar feliz todo el tiempo, apoyarme y me regalo ropa para su primer hijo, juguetes, una cuna,—era inexpresiva, pero doliente, miraba al frente fijamente, como si reviviera el momento.Yo no era indiferente a todo ese dolor que sentia, la rabia,
Camine de un lado al otro en la habitación, no podía estar ni un minuto en paz con Peter en mis brazos, ¿Por qué? debía estar angustiada de nuevo. Me acerque a la cama y tome a Peter.Lo cubrí de beso. Era mío, solo mío,—Cálmate Helen, él no puede quitarte a Peter —lo decía con tanta seguridad, pero el era padre de Peter, habia una orden para realizar una prueba de ADN.Era un cretino, aun recordaba sus palabras“Por mi pueden pudrirse” .—Es que no lo conoces, es un tramposo, un mentiroso, y su esposa Samanta está detrás de todo esto, ella le pidió que buscara una mujer para embarazarla, después le quitaría al niño, me escogió a mí. —no podía pensar, volver a vivir el infierno de los brazos vacíos, imaginarme de nuevamente sin él.Vinicio será despiadado, me impediría verlo, lo pondría en mi contra. Hará todo para arrebatarlo de mi lado. Estaba viendo el escenario mas oscuro de todos.Me provoca tanta desesperación imaginar de lo que era capaz de hacer, la primera idea que cruza por
Las noticias llegaron, Vinicio pasaría más de treinta cinco años en prisión, Aurora veinte años, pero tendría que recibir atención psiquiátrica para resolver sus traumas. Alexandra fe liberada un par de días después, supe por Amery que le siguieron los pasos para dar con su hermano Stefano pero no sería tan tonta de llevarlos hacia él. Vicenzo le hizo una última visita en la cárcel a su hermano, pero nunca converso conmigo sobre lo que hablaron ese día, y yo no quise interrogarlo, a pesar de ser solo una víctima sentia que algo de todo eso fue culpa mía. Mi padre pudo demostrar que fue una víctima de Vinicio, salió impune y gracias a la ayudad de Vicenzo logro recuperar la estabilidad de nuestro pequeño banco. Me prometió que en cuanto Peter crezca un poco más, podre empezar a trabajar con él para conocer su funcionamiento. Después de todo es lo único que él tiene para heredarme. El cumpleaños de Peter estaba cerca, era el primer año que celebraría una fiesta, con pastel, regalos,
Vicenzo me sorprendió esta mañana antes de salir para el trabajo invitándome a cenar, me pidió que me pusiera algo lindo y estuviera lista, las reservaciones eran a la siete de la noche, en un exclusivo restaurante de ciudad. Como era su costumbre me obsequio un vestido para la ocasión.No podía negar que Vicenzo tenía un exquisito gusto para escoger los vestidos.—Luces preciosa —su ojos me observaban con un encanto, me hacía sentir que yo era la mujer más hermosa para él.Me extendió la mano para que bajara la escalera, y mientras bajaba escalón tras escalón, Vicenzo no dejo de mirarme, ni parpadeo una sola vez. Tome su mano y un escalofrió corrió por mi brazo hasta mi hombro, como si fuera la primera vez que saliera con él.—Eres muy hermosa Helen. —me tomo con un brazo de la cintura llevándome a él, acercó su rostro a mi oído y sentí su aliento cálido sobre mi mejilla, sus labios depositan un beso, mi corazón palpito con ese delicado acto —me provoca… quitarte ese vestido Helen.
La semana fue un desastre, correr de un lado al otro, entre prueba de vestido, decidir la decoración de la iglesia, escoger salón, elegir el menú, elegir el vestido adecuado para este día tan especial y único, escoger a las madrinas, preparar las invitación, los pendientes no acababan, y todo sin descuidar un solo minuto a mi pequeño y hermoso Peter.Vicenzo anuncio en el periódico nuestro futuro enlace matrimonial. La lluvia de felicitaciones llegaba con obsequios y tarjetas con emotivos mensajes. Apenas pude sobrevivir para llegar a este día, un poco cansada, un poco ojerosa, pero muy ilusionada todo valía la pena y en cada decisión estaba mis deseos de hace este día inolvidable para ambos.El espejo frente a mi casi podía hablar, y lo único que me decía era que lucía como un estropajo malgastado. Con maquillaje y brillo intente cubrir las enormes ojeras y dale un poco de color a mis mejillas, habitualmente no usaba maquillaje, pero el diablo ameritaba.Recogí mi cabello en una gor