Obviando esos recuerdos cerré la puerta con cuidado y terminé de recorrer el oscuro pasillo para llegar a las escaleras.Todas las luces estaban apagadas y eso ocasionó que un leve escalofrío recorriera todo mi cuerpo. Nunca había recorrido los lugares de esta casa en plena noche y sobre todo en penumbras.Pero agradecía el leve fulgor que entraba por las ventanas que poseían las cortinas corridas, ya que daban una tenue iluminación que me dejaba ver mi camino sin tener que tropezar con nada.En cuanto llegué a la cocina me acerqué al refrigerador y abrí una de sus puertas agradeciendo la cantidad de luz que se esparció gracias a su apertura.Aunque el frío que me azotó provocó un leve estremecimiento en todo mi cuerpo provocando que mis pezones se apretaran contra la delgada tela de mi blusa de pijama de seda blanca. Cortesía del dueño de este lugar que me había cedido la cantidad de ropa en aquel extravagante closet.Una vez la luz fue suficiente para poder ver con algo de claridad,
Khail PetrovMis ojos siguieron su pequeña figura mientras corría fuera de la cocina. Ciertamente sabía por qué había reaccionado de esa manera, cualquiera con tres dedos de frente se daría cuenta de la forma en la que se inclinó hacia mi toque sin siquiera darse cuenta.Cosa que de alguna forma u otra hizo que mi cabeza se sintiera aturdida por unos segundos.Simplemente quería empujarla de nuevo contra esa m*****a isla y desnudar su cuerpo para recorrer esa piel cremosa y blanca que había visto.Cuando la vi moverse en la oscuridad con lentitud unas enormes ganas de cubrir sus labios y susurrar en su oído hasta que el miedo burbujeara en ella se apoderó de mí y todo para poder sentir el alivio de su cuerpo cuando supiera que era yo.En vez de eso solo me quedé observando, viendo como se movía hacia el refrigerador y lo abría, dejando que mis ojos se posaran en la curvatura de su cintura, en sus pezones endurecidos a causa del frío y en otras tantas cosas que terminaron provocando un
Pero realmente no dormí, no hasta que escuché como el ruido cesaba y Khail pasaba a su habitación con pasos lentos haciendo resonar sus botas pesadas contra la madera que cubría el pasillo del segundo piso.Al otro día simplemente desperté y levanté a Adam para que comenzara a prepararse mientras yo me acercaba a mi habitación y me duchaba para vestirme.No sabía cuál sería mi función, pero considerando que trabajaría en un enorme edificio corporativo opté por vestirme de la forma en la que aquellas mujeres estuvieron vestidas tras mi última visita al lugar.El vestido que cubría mi cuerpo era negro, ajustado a todo mi cuerpo y con mangas que cubrían mis hombros. Un leve escote redondo y un lazo que se amarraba a mi cuello realzando el largo de mi pálido cuello.En mis pies tenía unos tacones de plataforma no muy altos y una vez estuve frente al espejo amarré mi cabello en un moño bien peinado, aunque la cola estaba envuelta de forma que mis rizos aun eran notables.Una vez lista tomé
—Ya tengo una secretaria —explicó mientras se giraba para hablar frente a la mujer que se había levantado del escritorio y salido de su oficina en cuanto nos vio llegar —ella se encarga de muchas cosas, del papeleo, traducción de documentos, organización de documentos, consolidación de citas y sabrá dios que otra cosa —él parecía agotado mientras explicaba cada cosa —pero tú serás mi asistente.La mujer junto a nosotros lo miró confundida, pero disfrazó la expresión antes de que pudiera siquiera parpadear.—Vendrás a reuniones conmigo, mantendrás mi agenda en orden, citas y ya sabes, todo lo demás que te mantenga atada a mi lado.Y tras sus palabras se dio la vuelta y se encaminó hacia su oficina en donde se encerró.La mujer junto a mí me miró de arriba abajo y frunció el ceño considerablemente, probablemente identificando mi hermoso vestido que claramente era de diseñador.Pero no tenía ganas de presumir.—Repetiré tus tareas una sola vez, pues no es mi trabajo entrenar novatas —sus
—Hola, soy Lowen —se presentó con una sonrisa, pero no extendió su mano en mi dirección —te daría la mano para formalizar la presentación, pero alguien está muy renuente a que los demás te toquen.—Yo soy Helan y lo mismo que ella dijo.Asentí en dirección a ambos y mis ojos se encontraron con los de Khail que no paraban de mirarme directamente y sin decir una palabra.Ojalá pudiera saber lo que le sucedía, pero pronto revolví mis pensamientos. Ciertamente eso no me importaba, no debía hacerlo, así que me di la vuelta y tomé un vaso para llenarlo de agua y salí de la cocina escuchando como la mujer de nombre Lowen se reía suavemente.—Ella me agrada, no parece tenerte miedo.Pero esa era una mentira muy bien montada. Yo si le tenía miedo, porque él tenía mi vida y la de mi hijo en sus manos y podría acabar con ellas tan fácilmente como había acabado con el mundo que ambos habíamos conocido.Khail Petrov—¿Qué piensas hacer con ella cuando esto acabe? —sus palabras me sacaron de juego.
Jadeé al sentir el contraste de la textura fría contra mi cuerpo caliente. —Se dice buenos días, Dalia ¿dónde esta tu educación? —las palabras fueron susurradas contra mi oído y sentí que temblaba incontrolablemente ante sus labios fríos rozando la piel sensible. —Buenos días —susurré mientras una de mis manos se aferraba a su brazo para intentar escapar de la prisión en la que me tenía. —Demasiado tarde. Y ni siquiera me dio tiempo a pensar en lo que haría, él simplemente me elevó del suelo y caminó un par de pasos hacia la piscina para darse la vuelta y arrojarme a ella. Y todo pasó en cámara lenta una vez sus brazos me abandonaron. Caí soltando un grito que se escapó de mis labios sin permiso y luego el agua empapó todo mi cuerpo cuando caí en ella. Quise salir a flote, por lo que me removí en el agua y pronto el aire en mis pulmones me llevó arriba, pero no podía mantenerme en la superficie, por lo que volví a hundirme. El no poder sentir el fondo me alarmó y pronto el páni
Mis ojos se salieron de sus órbitas cuando mis nalgas se encontraron con la superficie dura de la orilla.Khail se aferraba a mi cintura y su cuerpo seguía cerca del mío mientras el agua de la piscina le llegaba justo debajo de su pecho.No pasó desapercibido para mí la rojez de sus labios y la forma en la que estaban entreabiertos recuperando el aliento. Mi propia respiración se atascó y por primera vez fui capaz de prestarle atención a los latidos desenfrenados de mi corazón. Mis ojos se humedecieron y agradecí la humedad en mis pestañas porque gracias a eso él no pudo notarlo.Como si quemara retiré mis manos de su cuerpo y me arrastré lejos de su cuerpo sacando mis pies del agua.El peso de mis acciones cayó sobre mí como un balde de agua helada mientras me levaba del suelo para caminar lejos de él.No fui capaz de gesticular una sola palabra y ninguna otra mirada fue dirigida a él mientras me movía alrededor de la piscina con cuidado de no caer en ella por mero error o accidente.
Khail Petrov—¿Me puedes explicar como terminó así, Lowen? —el miedo estaba gravado en todas las facciones de la rubia mientras pasaba de Dalia a mi con su mirada.—Le dije que se lo tomara despacio, lo juro, pero la había visto tan desinhibida y feliz que no me atreví a detenerla.Dalia estaba borracha, tirada en un sofá del exterior mientras levantaba su mano y se reía de algo que solo ella podía saber.Me había dado cuenta de que algo andaba mal cuando llegó la hora de ir a buscar a Adam y ella no apareció por ningún lado.La busqué donde la había visto por última vez ya que me había ido a penas ella regresó para estar cerca de Lowen.No me incomodaba que estuviera con ella siempre y cuando no la tocara y si me lo preguntaban no tenía una m*****a forma para describir lo que sentía cuando alguien más se atrevía a poner un dedo sobre ella.Y al verla desparramada en el sofá, con su cabello ahora suelto y sus mejillas sonrojadas y con ojos rojos, dudé de si había sido buena idea que L