Capítulo ocho
»—¿Y ahora qué te pasa? —Omar truena sus dedos al frente de mis ojos y tomo su brazo.
—Ya recorde todo. No me acordaba de nada de ayer y ahora es que lo recuerdo todo —lo suelto y llego a mi casillero.
—Espera, ¿y según tú como olvidaste todo?—abro mi casillero.
—Me caí en las duchas—razco mi cabeza nerviosa y es cuando todo se vuelve un punto focal.
Ojos azules aparece por la entrada junto con un chico alto de cabello castaño claro, sus aires de grandezas opacan al resto de personas que se ven como unas jodidas bolitas pegadas a los casilleros.
Si ellos parecen bolitas, ¿entónces tú que eres? Sabes, me encanta que seas de ese tamaño.
Su mirada se encuentra con la mía y aparto
Capítulo nueve¿Nunca les ha pasado que siempre, siempre, siempre se topan con el más bonito de su instituto y no saben que hacer?Pues yo estoy en una de esas situaciones.Ojos azules está de pie frente a mi con una sonrisa moja bragas de oreja a oreja, sus manos están acorralando mi tan grande, pero enano cuerpo contra la pared del salón de español.Y se preguntarán, ¿En el salón de español? ¿Qué tú no te habías ido de ese lugar?Bien, voy a retroceder.Flashback ¿Luna?¿De qué estarán hablando?Hago una mueca y sigo mi caminar cuando noto que mis pies no se mueven, tal vez lo que ellas piensen no debe importarme y más cuando hablan cosas de adultas.
Capítulo diez—¿Te asustó tanto así? —¿eh?—¿Qué si el Alp... Amir te asusto mucho? —niego.—No... Que va... Él, a mí... No—tomo grandes bocanadas de aire y toco mi acelerado corazón.—Entones por qué saliste caminando como si fueses a unas olimpíadas—sonríe —espero que te tranquilices y dejes el nerviosismo porqué ya llegamos—abro mis ojos y miro la gran cafetería.—¡Pero si solo caminamos algo y cruzamos la calle! ¿Y si el mastodonte decide volver y pedir venganza? —volteo con miedo para corroborar que el tal Amir no venga.—¿No era que no te había asustado? —ríe nuevamente y abre la puerta del local—mi dama—ruedo los ojos y entro al ambiente fresco—vamos a la mesa de
Capítulo onceEsos ojos azules toman un color intenso, sus brazos rígidos ahora están más sueltos y sus labios forman una bonita sonrisa —¿Qué has dicho?—da un paso hacia mí.Por ende retrocedo un poco y vuelvo a hablar —dije tu nombre, dije Amir Dhall—miro la punta de mis gladiadoras y rasco mis manos.Sus pasos se detienen a solo centímetros de los míos y alza su brazo para tomar mi barbilla—Con que has investigado y estado husmeando sobre mí—levanta mi mirada —es que no lo puedes negar, por más que trates de alejarte esa fuerza de atracción siempre te traerá de vuelta a mí.Ahora si no entiendo nada de lo que está diciendo.Quito su mano de mi mentón y corro a ver a Omar —¿estás bien?—lo observo directamente a los ojos
Capítulo doce—¿Bajas o te quedas? —desabrocho mi cinturón, tiro de la manigueta de la puerta y esta sube.¿En qué clase de auto me subió que ni siquiera me di cuenta?Salgo del puesto procurando que mi falda no deje ver nada y me alejo para ver el auto del pie grande.Él toma la puerta y la baja dejándome ver ese bonito auto negro que pasaba a un lado de la camioneta en la que iba esta mañana.Entonces era él.Muerdo mi labio y doy media vuelta, mis pies se detienen fijo en una sola dirección»—Vienes, Irina—ojos azules sonríe juguetón y tiende su mano.Toco la yema de sus dedos y mi piel se eriza, bajo la mirada y entrelazo mi mano con la suya, empieza a caminar en dirección a la enorme mansión que parece más un castillo que una casa para personas norma
Capítulo treceEstoy en el auto de ojos azules nuevamente, pero la diferencia es que ahora hay un silencio claramente incómodo, y más cuando aún sigo pensando en lo que me dijo su madre hace minutos.Bésalo. Esas palabras no salen de mi mente y se repiten una y otra vez en mi cerebro.¿Lo hago o no lo hago?El navegador automático le indica que de la vuelta y solo faltarían dos calles para llegar a mi hogar.Dulce hogar.—¿En qué piensas tanto?—frena de repente y mueve el carro hasta a un lado de la carretera algo vacía —¿Y bien? —apaga el motor y gira hacia mí—¿En qué piensas tanto?Aprieto mi falda y muerdo mis mejillas por dentro.¿Por qué rayos estoy nerviosa?
Capítulo catorceSonríe de lado —¿Te parezco homosexual?— coloca su rostro cerca al mío. Niego y él vuelve a su posición —solo no te quiero ver más con él y ya—encoge sus hombros.—Sabes que no te haré caso por más que me digas que me aleje de él —desabrocho mi cinturón y abro la puerta para salir. Cuido que mi falda no se suba más de lo normal y salgo disparada.Mi cuerpo no se siente igual. Mis piernas chocan con el caminar formando un sonido extraño, mis brazos se mueven como gelatina y mi respiración ni se diga, todo es más incómodo con él mirándome desde su bonito carro.Toco la puerta y espero a que mi mamá abra, pero en lugar de eso solo escucho los grillos afuera cantando, vuelvo a tocar la puerta y el silencio reina en todo el l
Capítulo quincePov Amir Felicidad y miedo.Eso es lo que siento ahora que estoy manejando para ir directo a la dichosa fiesta a la que me envió mi padre, y no es por la fiesta, no.Aprieto el volante en mis manos.¿Cómo se le ocurre besarme?No estoy enojado por eso, es más, si ella fuera una loba la habría tomado ahí mismo, pero no, ella tenía que ser una humana.Que difícil será esto.Mantenerme al margen y cuidarla, estar cerca y que no reconozcan que es mi mate.Nadie puede saber que ya tengo un punto débil.Llego al estacionamiento de la empresa y apago el motor del auto, desabrocho mi cinturón y doy un largo suspiro. Hoy mi día ha sido enojo tras enojo y celos tras celos. Cuando la ví otra
Capítulo dieciséis—Señor—Alonso me da las cosas que compró y las agarro antes de bajar, camino con paso seguro hasta la puerta, volteo solo para ver que la camioneta ya no este y giro a tocar la puerta.Vuelvo mi cuerpo totalmente transparente cuando escucho que no baja y traspaso la puerta, quito la seguridad de la puerta y camino hacia los latidos de su corazón.Su delicioso aroma llega a mis fosas nasales y aspiro profundo antes de toparme con ella, subo a su habitación y dejo la bolsa de regalo con el iphone en su balcón, me doy vuelta y observo su cama, camino hasta ella y tomo su almohada.Con esta almohada dormí por primera vez con ella y que bien se sintió. Sonrío sin poder evitarlo y dejo la almohada en su lugar, bajo y camino directo a la cocina de donde me viene su olor.