Capítulo cuarenta y cuatro
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Su tacto quema en mi piel y cada vez que deja sus besos puedo sentir que estoy en el jodido cielo. Abro un poco mi boca y dejo que juegue a su gusto con mi lengua, mi respiración agitada manda pulsaciones constantes a mi femineidad.
Gimo cuando siento una de sus manos viajar hasta mi húmeda intimidad —que mojadita—susurra contra mi oído.
Sus dedos se deslizan de arriba a abajo y se detiene justo en mi clítoris, preciona suavemente y todo el calor de mi cuerpo se sitúa en esa zona, alza mi camisilla y con su mano libre acaricia mis pezones, baja un poco y se lleva uno a la boca haciéndome retorcerme de placer.
Esto es más que placentero.
Cierro mis ojos disfrutando de su cálida boca al rededor de mi pecho y su mano masajeando mi entrepierna, una ola recorre mi cuerpo entero y d
Capítulo cuarenta y cinco¿Realmente estará bien dejarlo ir?Amir se debate detrás de la puerta que tengo pegada al oído. Desde hace cinco horas está metido allí con su beta, su mano derecha; un gamma y un delta, los mejores del campo. Suspiro resignada, él debe hacer lo que tiene que hacer, sin embargo ese miedo de perderlo no me deja hacer nada tranquila.Es eso o es que soy una torpe por naturaleza.Camino hacia el ascensor donde me encuentro a la señora Sara con unas ojeras tremendas y su cabello todo alborotado, una chica rubia la sostiene de la cintura y en el momento en que me ven no dejan de mirar mi enorme barriga, me detengo y junto mis cejas.¿Estará bien bajar con ellas?De todas formas yo no les he hecho nada, pero siento la necesidad darles privacidad. Abro y cierro la boca sin nada que decir
Capítulo cuarenta y seisMiedo a poder perderlo, a no verlo más, a no saber nada de él y mi instinto solamente me dice detenlo, pero como hacerlo, eso sería muy egoísta de mi parte.Se detiene frente un restaurante de comida rápida—¿Qué hacemos aquí?—cuestiono.—Voy a comprar algo y luego te llevaré a otro lado, dime ¿qué quieres para comer?—alza sus cejas.—Lo que sea estará bien, menos tocino, ultimamente me da un asco terrible — asiente y pasa a hacer la fila en el auto-rápido, el silencio en el auto es estremecedor, ninguno tiene nada que decir.Toca mi mano —No sé si realmente esta es una despedida adecuada, lo hago solo por si no regreso ya que he evaluado todas mis opciones y salir de allí no es imposible, pero tampoco f&aacut
Capítulo cuarenta y sieteLas palabras se traban en mi garganta, mi vista se vuelve borrosa y todo a nuestro alrededor desaparece.No me lo creo.Tengo al hijo del empresario más famoso de rodillas ante mí, tengo a ojos azules de rodillas ante mí, tengo a un chico sumamente guapo de rodillas ante mí y mi boca aún no reacciona.Esto es algo que jamás creí que pasaría.Sus ojos escanean los míos con cierto temor, y no lo culpo, si yo fuera hombre y me tocara pedir la mano de mi novia estaría ya muerto si no dijera nada.En realidad solo son dos palabras, solo dos palabras y no entiendo por qué no salen de mis labios. Mi cuerpo tiembla y se eriza al mismo tiempo, es tanta la emoción que sigo estática y en shock.Suspira resignado y cuando veo que trata de levantarse
Capítulo cuarenta y ochoLa cama en la que estoy se siente tan suave, me remuevo un poco y subo mi pierna encima de la persona a mi lado, paso mi brazo por su pecho calientito y suspiro feliz.Un momento.¿Cómo es que estoy en la cama?Me levanto de golpe y tomo el lado izquierdo de mi cabeza en mis manos notando que esta parte arde y duele como si te la quisieran a sacar de un tirón, vuelvo a acostarme lentamente y abro mis ojos de par en par.Su cabello está desordenado, sus largas y envidiables pestañas reposan sobre su párpado inferior, su nariz respingada me guía hasta sus hermosos labios entreabiertos, bajo por su mandíbula hasta su cuello y paso a sus hombros donde un vendaje sostiene su brazo enyesado.No recuerdo haberle visto eso antes de quedar inconsciente.Flashback
Capítulo cuarenta y nuevePov AmirCada paso que doy sobre la calle es un demonio menos, ¿Esto es su ejército? La verdad nunca había visto a alguien tener tantos inútiles, giro comprobando que Irina ya no se encuentra en el auto y sigo mi andar.No soportaría que le pasara algo.La mansión está rodeada de demonios que por su mirada me dejan claro que no son una presa fácil, supongo que tendré que hacer esto como ellos. Cambio a mi forma natural y enmarco mis cejas—¿Todos ustedes contra mí?—sonrío —no sería justo para ustedes.—Eres un tipo muy parecido a mí—giro mi cabeza a mi hombro izquierdo —soy yo, tu abuelo.—¿Mi abuelo? Él murió hace cinco años—volteo completamente y sus ojos me obs
Capítulo cincuentaTrago grueso y salto del inmeso lugar e inmediatamente reacciono en mi cuerpo, mi madre salta de su silla y corre hasta mí, mi brazo es removido y observo un doctor sacarme la inyección.—Listo, su hijo y la futura luna están estable, la chica puede que duerma más debido a que el medicamento es poco por el embarazo, pero no deja de ser fuerte por dosis—muevo mi cuerpo de la camilla y mi brazo derecho comienza a arder, muerdo mis labios fuerte y me acomodo, observo el enorme yeso y junto mis cejas.—No te muevas, tienes ese brazo quebrado en pedazos, déjame ayudarte—Brianna aparece a mi lado y la jalo hacia mí —sí, sé que fue estúpido lo que hice, pero ya estoy aquí y yo también te quiero, hermanito.—Cuando termine de tomar una siesta te quiero a ti y a Omar en el despacho. Sin quejas&md
Capítulo cincuenta y unoPov IrinaCada persona se acerca a nosotras con una petición totalmente distinta. Esto de estar apuntando no es difícil, pero con la cantidad de gente agrupada es algo agotador tanto como para tu mente y mano.—Luna, me gustaría que le haga saber al Alpha que mi hija está un tanto grave en el hospital y necesitamos dinero para sus medicamentos—baja la mirada.—¿No desea nada más?Niega—Nuestro hogar no sufrió muchos daños.—Entonces averigüe cuanto cuesta cada pastilla y saque un aproximado, nosotros le daremos lo que necesita—la madre de ojos azules anota en su libreta—me facilitaría su nombre y el de su hija.Asiente —Soy Kenneth Lonergan, mi hija es Marlena Lonergan —junto mis cejas. Ese n
Capítulo cincuenta y dosEl doctor piensa que estoy invalida o algo así porque ahora tengo que usar una silla de ruedas para moverme y lo peor es que ni siquiera fue Amir quien me dejo así.No podré tener sexo por un buen tiempo.Mi condición ahorita mismo es normal, pero con un ligero estado de riesgo debido a que mis bebés son un tanto distintos a mí. En resumen, son más fuertes y por ende necesito estar totalmente saludable y con alimentos y pastillas en la boca todo el día prácticamente. La chica de servicio gordita me empuja como si cargará una tonelada de peso y su mirada se pierde a cada momento en las paredes de esta inmensa casa.Muerdo mi labio inferior, ¿Estará bien si hablo con ella?Sacudo mi mente —¿Te pasa algo?—digo repentinamente.Niega —No, futu