Capítulo treinta y cinco
Pov Amir
Esas curvas y lo jodidamente caliente que es su cuerpo me van a matar.
Cuando estábamos en el bosque me pude dar cuenta de dos cosas sobre ella, la primera es que estaba entrando en celo y la segunda que ya era mía, solo mía y eso, eso jodidamente me encanta.
Me remuevo en la cama y me acuesto boca arriba, ella automáticamente se abraza a mi cuerpo y sonrío, la jalo del brazo y la acomodo encima de mí, mis manos buscan su cabello y doy caricias en él.
¿Esto es demaciado cursi?
Irina se queja y se acomoda mejor en mí, rápido siento como sus pechos se precionan contra mi cuerpo, su entrepierna empieza nuevamente a botar ese olor tan característico cuando una hembra está en celo y mi amigo responde rápidamente.
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Capítulo treinta y seisMi reacción en el baño, casa, instituto, hospital, bosque. Todos y cada uno de ellos son raros, no se supone que debería irla enamorando como un par de tórtolos o una novela de amor-odio que termina en ser feliz por siempre. Rasco mi cabeza con frustración.Yo no debería darle tantos problemas.Deberíamos alejarnos de ellas. Abro mis ojos de par en par. No quiero una vida sin ella, sin su olor, si su mirada, sin su cuerpo.No. La prado se detiene y lo primero que veo es a la gente de la manada rodeando la casa—Alpha, los padres de la señorita Xiomara están ahí dentro.—Entendido—bajo del auto y todos voltean a verme, hacen un camino y desde fuera puedo ver y oler la sangre seca que hay en el suelo.
Capítulo treinta y sietePov IrinaEstar sin comer, sin tomar agua, sin saber de nada no es lo mejor que he podido hacer.Tengo tres días desde que presencié el horroso panorama en mi hogar y mi mente aún sigue pensando lo mismo.Estoy traumada.Ver todas las partes del cuerpo de mis padres en pedazos, la sangre seca en el piso, las distintas personas alrededor, todo fue tan abrumador y lo peor de todo es que él me mintió.Todos me mintieron.Me aferro más a las almohadas de mis padres y aspiro profundamente su olor tan peculiar. Sorbo mi nariz.¿Por qué ellos y yo no?Brianna entra al cuarto y suspira pesadamente. Ella es la que ha estado lidiando conmigo por órdenes de su mamá.Al parecer ella dice que fue su culpa.
Capítulo treinta y ochoBrianna entra y cierra la puerta de golpe. Vaya, al parecer hoy todo el mundo está enojado—Tonta rosada esa—junto mis cejas.¿Rosada?—¿Qué tienes? —pregunto sin vacilar y ella abre y cierra la boca.—No es nada, vengo por ti—me tiende una bolsa de ropa—ponte eso, cuando estás lista me avisas y entro para llevarte directo a casa, mi madre está horneando panecillos para ti.Hago una mueca de desagrado en solo pensar en el olor a vainilla.La señora Sara me recuerda tanto a Amir que no sé si sería buena idea quedarme allí, además ella me mintió.Y yo que la creía una buena persona.A veces debes aprender que algunas cosas se deben esconder para no causar mal a otra persona, sobre
Capítulo treinta y nueveVeo como Brianna lo fulmina con la mirada al igual que su madre—Vamos, Irina. Te llevaré a tu habitación —la sigo con mi cabeza baja siguiendo sus pasos—deberías castigarlo—junto mis cejas y alzo mi rostro, ella se detiene frente al elevador—como lo escuchaste, aunque no lo creas ese hombre con músculos y un bonito rostro está perdidamente enamorado de ti, si tú le dices 'tirate de un puente', Amir lo hará por ti—entramos y en un segundo estamos en su segundo piso.— ¿Cómo pretendes que haga eso?—Fácil. Sal de casa con otros hombres y diviértete más, vas a ver cómo se muere de ira y celos mientras te observa de lejos—abre la puerta de una habitación al fondo del pasillo izquierdo—Esta será, aquí no podrás escuchar nada
Capítulo cuarentaBusco ropa en uno de los cajones gigantes del armario, me la pongo y salgo de la habitación con cierta cautela, bajo los escalones con cuidado y llego a la puerta principal, a lo lejos puedo ver una silueta de pie y me apresuro hasta llegar a su lado.—Hola—Omar se estira con sus manos en los bolsillos—Pensaba que no vendrías.—Tú me solicitaste, pero la verdad es que no me acordaba, si no fuera por los puntos que tengo de las inyecciones en las manos—me abraza y se despega rápidamente—¿a qué vino eso?—Tal vez porque no te he dado ninguno, y siendote sincero necesito uno más grande, pero aquí no, tú—hace comilla con los dedos—hombre me mataría si me ve contigo—gira en dirección a la mansión y tira de mi brazo—justo abajo queda el parque, vamos&m
Capítulo cuarenta y unoPov AmirNunca en mi vida pense que mi hermana hiciese tal estupides, mi confianza en ella está por los pisos ahora.Suspiro pesadamente y obervo a una de nuestras futuras gammas estar en posición de ataque hacia ella, en el momento en que mi vista conecta con la suya se voltea y baja su mirada. Miro a Omar estar tendido en el suelo y aunque quiera desatar toda mi ira contra él siento como alguien se pega a mí —Amir, sé que posiblemente no me escuches mucho, pero es mejor dejar todo esto y hablar con calma.Sonrío de mala gana —¿Calma dices? —la hago a un lado —Si hasta tú me has hechado a un lado y, ¿Ahora tengo yo que escucharte?—fijo mi mirada en ella, Brianna. Trago grueso y aprieto mi mandíbula —¿Qué piensas decirme de esto? ¿Que fue
Capítulo cuarenta y dosMe despojo de la ropa y giro para ver como desliza la suya por su cuerpo hasta quedar desnuda.Esa desnudez que tanto me encanta y me vuelve loco.La agarro de la cintura y reclamo un beso de sus labios. Ella es la única que me puede calmar en estos momentos y si es así dejaré que me domine completamente.Estoy desecho.Me meto en la bañera—Ven, recuéstate —tanteo mis piernas debajo del agua y ella duda un poco, pero finalmente entra y se asienta, doy un beso en su cabeza y agarro sus manos por debajo del agua—Todo comenzo con nosotros, los lobos y que existía una maldición que se volvió realidad...—Explica lo fundamental, Amir.Suspiro —Está bien, luego no me preguntes. Mira, existen los lobos con cuatro clases de rangos: alphas, betas, gammas y omegas. Los alphas son l
Capítulo cuarenta y tresPov IrinaYo me considero una persona un poco sentimental, pero jamás creí que Brianna lo fuera a tal extremo.Hace exactamente un mes ella murió y Amir no se ha cansado de buscar a la tal bruja del oeste, cada día come menos y toma más de cuatro de botellas de whisky por día. Las cosas en la casa han cambiado mucho, la señora Sara ha quedado traumada, el señor Wade ni siquiera aparece y cuando lo hace trae con él cientos de papeles en las manos y bueno, luego de todo eso estoy yo con mi enorme panza que al parecer tendré gemelos.Aún no lo sé con seguridad, pero creo que no es una panza normal para una embarazada.Suspiro e inicio mi día rutinario otra vez sin ojos azules a mi lado—Debo observarlo más cuando llega a dormir a las tres de la ma