Capítulo treinta
Pov Irina
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Cada roce de su piel con mi piel arde y quema, una de mis manos exploran su ancha espalda mientras que la otra sube por su perfecto abdomen esculpido.
—No hagas eso si no sabes lo que puedes provocar —Amir se separa un poco de mí y vuelve a su trabajo.
Estimularme y besar mi cuello.
De mis labios salen pequeños suspiros y cierro mis ojos.
No puedo creer que alguien como él sea mi novio y mucho menos que me tome como suya.
Por mi cuerpo empieza a pasar una electricidad hasta mi intimidad y cierro las piernas de golpe—¡Oh Dios! —él sigue con su trabajo y doy un fuerte jadeo.
No puedo más.
—Amir— gimo y tapa mi boca con una de sus manos, siento como sus
Capítulo treinta y unoCaigo rendida sobre él y mi respiración se vuelve anormal, inmediatamente todo a mi al rededor comienza a dar vueltas y entre cierro mis ojos.—¿Irina?—veo a Amir jalarme de un lado a otro—¿bebé? —me suelta sobre la cama y examina mi cuerpo.Todo empieza a tener puntitos y puedo ver como mi mundo comienza a ponerse negro. Cierro los ojos y me entra un dolor de cabeza inmenso, mi cuerpo tan caliente ahora se está volviendo frío y mis manos se tuercen. Mi vida comienza a pasar frente a mis ojos, todos y cada uno de los malos momentos junto con esas personas, mis buenos momentos de gloria y en cuanto mis padres me apoyan en lo que sea.Por mis venas corre un líquido caliente, pasando de mi cuello hasta mis brazos. Mi corazón empieza a acelerarse y trato de concentrarme en lo que pasa a mi alrededor, pero e
Capítulo treinta y dosMi mente aún esta en shock.Lo observo fijamente y recuerdo claramente el lobo que vi frente a mi cuando ellos ni siquiera me veían.Esto no puede estar pasando.Esto no es real.Si me pellizco puede que vuelva a despertar en mi camita toda sudada por tal pésima pesadilla, veo mi piel y sin dudarlo dos veces me muerdo y pego el grito al cielo.Duele, duele.Esto es verdad.Mi corazón repiquetea rápidamente y entro en un colapso de ansiedad.Quiero comer, quiero comer, quiero comer.Quito la sábana de mi cuerpo y me deslizo hacia el borde de la cama, la camisa larga que tengo se alza y deja a la vista toda mi femineidad, levanto la mirada hacia ojos azules y veo que no despega su mirada de mí, a mi cara sube todo mi color rojo y giro
Capítulo treinta y tres¿Estaré aquí para siempre?Sacudo mi cabeza y termino de bajar, mi estómago gruñe y sigo ahora a ojos azules quien abre las gigantescas puertas y sale hacia el exterior donde un cielo totalmente lleno de nubes amarillentas y anaranjadas nos reciben.Respiro profundo cuando siento la brisa pegar con mi cuerpo y cierro los ojos—Todo el tiempo me he perdido de esta sensación tan refrescante, ¿esto es lo que se siente ser diferente?—doy una vuelta de trecientos sesenta grados y abro los ojos.—Tal vez—Amir me tiende su mano. Coloco un mechón de cabello detrás de mi oreja y tomo su mano, un cosquilleo recorre mi espalda y subo la mirada para ver esos ojos que tanto me gustan.Tan arrogantes y prepotentes, lindos y seductores, tantas cosas que me hace ver con solo mirar a sus ojos, m
Capítulo treinta y cuatro¿Será que estoy embarazada?Con semejante macho semental, yo no dudo de mi Eithan. ¿Ah?—Amir, no es gracioso que entres a mi mete y digas cosas sin sentido—digo furiosa y junta sus cejas.—Yo no he dicho nada.Soy yo, tonta. Tu otra forma.Me perdí.—Ahora lo entiendo. Eithan dice que te está hablando tu forma lobuna, Orain—definitivamente no estoy entendiendo nada y mi cara lo dice todo—Ven, ya estamos llegando al punto más alto de la montaña, allí te explicaré—jala mi brazo.De tanto jalarme me romperá.Parezco una muñequita de trapo cuando estoy a su lado. Mis pies por fin tocan tierra plana y sueve, el pasto se cuela por mis ded
Capítulo treinta y cincoPov AmirEsas curvas y lo jodidamente caliente que es su cuerpo me van a matar.Cuando estábamos en el bosque me pude dar cuenta de dos cosas sobre ella, la primera es que estaba entrando en celo y la segunda que ya era mía, solo mía y eso, eso jodidamente me encanta.Me remuevo en la cama y me acuesto boca arriba, ella automáticamente se abraza a mi cuerpo y sonrío, la jalo del brazo y la acomodo encima de mí, mis manos buscan su cabello y doy caricias en él.¿Esto es demaciado cursi?Irina se queja y se acomoda mejor en mí, rápido siento como sus pechos se precionan contra mi cuerpo, su entrepierna empieza nuevamente a botar ese olor tan característico cuando una hembra está en celo y mi amigo responde rápidamente.&mdas
Capítulo treinta y seisMi reacción en el baño, casa, instituto, hospital, bosque. Todos y cada uno de ellos son raros, no se supone que debería irla enamorando como un par de tórtolos o una novela de amor-odio que termina en ser feliz por siempre. Rasco mi cabeza con frustración.Yo no debería darle tantos problemas.Deberíamos alejarnos de ellas. Abro mis ojos de par en par. No quiero una vida sin ella, sin su olor, si su mirada, sin su cuerpo.No. La prado se detiene y lo primero que veo es a la gente de la manada rodeando la casa—Alpha, los padres de la señorita Xiomara están ahí dentro.—Entendido—bajo del auto y todos voltean a verme, hacen un camino y desde fuera puedo ver y oler la sangre seca que hay en el suelo.
Capítulo treinta y sietePov IrinaEstar sin comer, sin tomar agua, sin saber de nada no es lo mejor que he podido hacer.Tengo tres días desde que presencié el horroso panorama en mi hogar y mi mente aún sigue pensando lo mismo.Estoy traumada.Ver todas las partes del cuerpo de mis padres en pedazos, la sangre seca en el piso, las distintas personas alrededor, todo fue tan abrumador y lo peor de todo es que él me mintió.Todos me mintieron.Me aferro más a las almohadas de mis padres y aspiro profundamente su olor tan peculiar. Sorbo mi nariz.¿Por qué ellos y yo no?Brianna entra al cuarto y suspira pesadamente. Ella es la que ha estado lidiando conmigo por órdenes de su mamá.Al parecer ella dice que fue su culpa.
Capítulo treinta y ochoBrianna entra y cierra la puerta de golpe. Vaya, al parecer hoy todo el mundo está enojado—Tonta rosada esa—junto mis cejas.¿Rosada?—¿Qué tienes? —pregunto sin vacilar y ella abre y cierra la boca.—No es nada, vengo por ti—me tiende una bolsa de ropa—ponte eso, cuando estás lista me avisas y entro para llevarte directo a casa, mi madre está horneando panecillos para ti.Hago una mueca de desagrado en solo pensar en el olor a vainilla.La señora Sara me recuerda tanto a Amir que no sé si sería buena idea quedarme allí, además ella me mintió.Y yo que la creía una buena persona.A veces debes aprender que algunas cosas se deben esconder para no causar mal a otra persona, sobre