–Claro Sabella, la madre de nuestro pequeño eres tú y yo, ya te había dicho después de que nos diera este susto hoy, que te concedo que tú busques el momento adecuado para hablar con Matías, nadie lo conoce ni lo conocerá mejor que tú – Admitió Mateo – Así que solo quiero decirte gracias, por ayudarme a que hables con él. Te hará más caso a ti que a mí, es con quién ha estado toda su vida.Mateo se sentía muy mal, ya no había marcha atrás y Sabella, ya estaba dispuesta a hablar con el pequeño para que accediera a tener una relación con Leia, o por lo menos que aceptara que su papi tenía una novia, no podía hacerse otra cosa y él tampoco quería ya verse muy insistente. Pues ya le había rogado lo suficiente como para que ella lo pensara mejor.Ya no quería presionar más las cosas y, además, ahora que estaban por fin llevándose un poco mejor, se tenía que resignar a tener una amistad con la mujer que amaba, pues ella no lo quiso aceptar y tal vez podía ser mejor así, respetaba su decisió
Mateo abrió el primer álbum y vio la primera foto de su hijo con vida, en la que estaba en un cunero en el hospital, le entró una ternura única y sentía ganas de abrazar a ese pequeño, en ese momento en el que lamentablemente no estuvo presente, pero estaba teniendo la dicha de poder ver esos recuerdos.–Que pequeño y hermoso era nuestro hijo, Sabella – Dijo Mateo en voz alta llamando la atención de Sabella, quién se sentó a su lado – Estaba muy colorado de la cara, eso sí.Matías, en esas fotos se veía muy tierno, Mateo cerró los ojos y se puso a pensar, de cómo hubiera sido si él, hubiera tenido la dicha de haberlo tomado en sus brazos en cuanto nació, si hubiera tenido la dicha de cortar su cordón umbilical, de haber estado presente en el nacimiento de su primogénito, suspiró y su corazón se le hizo chiquito.–Sí era hermoso desde el primer momento en que lo tuve en mis brazos – Sabella recordó aquello – Eso sí, que lloró apenas lo abracé y estaba más rojo que nada, eso no se le qu
Al día siguiente muy temprano, después de dejar al pequeño Matías en la escuela, Mateo pasó a su oficina a ver unos asuntos que tenía pendientes con Aldo, que lo estaba esperando solo para que firmara unos contratos muy importantes y después al desocuparse salió rumbo a la casa de sus abuelitos.Tenía que verlos y decirles personalmente las cosas, pues entre más pronto los pusiera bien al tanto de la competencia de Matías, más probabilidades había que ellos dispusieran de su tiempo para estar libres para la competencia de su bisnieto, aunque el abuelo ya no asistía a la empresa muy seguido estaba al pendiente de todo.Les compró unas rosas hermosas a su abuela y a su abuelo una caja de dulces que tanto le gustaban. Al llegar a casa de sus abuelos, ya lo esperaba su abuela con los brazos abiertos, como siempre que los iba a visitar, ella lo esperaba casi siempre detrás de la puerta.–Abuela, ¿cómo estás? no puedo creer que, sigues escuchándome llegar antes de hacerlo – Mateo estaba sor
–Hola abuelo, reina sí que lo es – Mateo estaba fascinado con la perrita – A Matías le encantará, no puedo creer que ya la tengas aquí. Pero como me ha dicho mi abuela, tengo que hablar con Sabella, para saber si ella está de acuerdo en tener una mascota en su casa. No quiero que Matías se encariñe con Queen y que Sabella, no lo deje tenerla, eso le rompería el corazón.Pero el recordaba que Sabella, le había dicho que no había problemas, porque aceptaba un cachorro para el niño, pero no estaba de más preguntarle de todos modos.–No te preocupes hijo, tu abuela y yo tenemos todo pensado – Explicó su abuelo – Sí Sabella, no quiere tener a la hermosa Queen en su casa, nosotros la tendremos aquí y cada que venga nuestro bello bisnieto, podrá convivir aquí a sus anchas con su mascota, así no sufre por no poder tener a su cachorro.–Gracias por pensar en él, le hará muy feliz. He notado que, a mi hijo, le gustan mucho los animalitos, siempre quiere darles de comer a los pájaros y a todos l
–Tiene a quién salir – Mi abuelo, se acordó de mí – Tú, también eras un genio Mateo varias veces, nos hiciste ir a pasar puros corajes a tus escuelas, porque no te querías integrar en los trabajos en equipo diciendo, que no harías el trabajo por tus demás compañeros, menos mal que te corregiste, eras terrible.–No abuelo, yo era genio, pero mi hijo es algo diferente – Mateo explicaba a sus abuelos – El ve cosas, como un adulto a su corta edad, se anticipa a reacciones, es de pensamiento muy veloz y sabe lo que piensan o actúan las personas antes que esto se presente.Los abuelos de Mateo, sonreían al escuchar a Mateo hablar del pequeño Matías, eso no era novedad, varios genios eran parte de la familia, pero entre más les decía Mateo de su bisnieto, ambos se convencían que Matías era un caso excepcional. Siguieron comiendo su desayuno y cuando lo terminaron y el abuelo se salió con un amigo suyo a dar su caminata después del almuerzo.Aria tuvo de nuevo tiempo para hablar con su nieto.
Aria, lloró al ver a ese pequeño tan lleno de vida, en su cumpleaños. Lamentando lo que ese pobre niño iba a sufrir, por la necedad de su nieto, pero ella ya no podía hacer nada, solo apoyar las decisiones de su nieto, sabiendo que eran equivocadas con todo y eso, no lo dejaría solo como no lo había dejado desde que vivía con ellos.–Es hermosa la fotografía, hijo – Aria, se limpió las lágrimas – El siguiente cumpleaños de mi bisnieto, debe ser inolvidable. Le haremos una gran fiesta, que puede ser aquí.Para Aria, había sido un duro golpe, cuándo supo de la existencia de su bisnieto y que nada se pudo remediar, pues todos los años que se habían perdido de los cumpleaños de Matías, eran para ella muy dolorosos. Pero ya nada se podía hacer, solo disfrutar de los años venideros. –Claro abuelita, mi hijo a partir de ahora que ya es más cercano conmigo, tendrá rodo lo que no tuvo en el tiempo que no supe de su existencia – Afirmó Mateo – Sé que sus cumpleaños ahora que conoce a su padre
Mateo al salir de la casa de sus abuelos y ya a bordo de su auto, quiso llamar a su prometida, algo dentro de él, se había removido con todo lo que su abuela había dicho, el conocía a Leia, desde hacía bastante tiempo y aunque reconocía que su prometida, tenía un carácter bastante complicado, el no la creía capaz de nada de lo que la abuela, sospechaba.Esperaba que sus abuelos, fueran receptivos para aceptar a esa mujer, que pacientemente lo esperó durante años, sentía pena y mucho agradecimiento por ella, no cualquiera te va a esperar toda la vida, el tono de llamada fue solo uno, cuando se escuchó del otro lado de la línea la voz de su prometida.–Mateo ¿Eres tú amor? – Le preguntaba Leia – Dime por favor, quiero estar segura.Para ella era una llamada casi premeditada, eso quería decir que Mateo, la estaba extrañando, él no era muy comunicativo, siempre estaba tratando de darle su espacio. –Hola amor, soy yo ¿Esperabas la llamada de alguien más? – Le preguntó Mateo – Te llamo, p
Tenía que salir con algo que fuera convincente para que aquello de su salida en televisión fuera algo a lo que Mateo pudiera ver como algo normal y no tomarle demasiada importancia, pues se iba a tener que estar cuidando de eso también, ya no podría ser una figura pública, porque a los ojos de Aria, eso estaba mal visto.–Me alegra saber que, has estado viendo a tus abuelos Mateo – Leía dijo hipócritamente – De lo de mi salida en televisión, no te dije porque ni yo misma sabía que iba a salir. Pasó muy rápido me hicieron una prueba de un nuevo maquillaje y ni te imaginas amor, ya me andaban ofreciendo ser la imagen de la marca esa, yo no quería salir en la televisión, me muero de vergüenza.Ella había ganado un dineral con eso, aunque solo fueron unos minutos, era un dinero que no estaba dispuesta a dejar pasar, pero se iba a tener que abstener en el futuro, pero mientras no estuviera casada con Mateo, lo que pudiera obtener en esos días era muy beneficioso para ella. Porque eso tambi