Sabella y Oriony se quedaron paradas en la entrada de la casa, diciéndole adiós a un sonriente Matías que, se despedía felizmente a bordo del auto de su padre. Él iba acomodado en la silla para niños, que Mateo había instalado en el auto. Que le había parecido lo más adecuado a Sabella, pues así su hijo, iba protegido.Ellas entraron a casa y se pusieron cada una a lo suyo, pero Oriony no pudo evitar preguntar a Sabella, sobre lo ocurrido el día anterior, ahora que ambas se encontraban solas. Oriony, sabía que en algún momento Sabella, le tendría que decir lo que había ocurrido, pero al ver que ya se habían ocupado en varios asuntos y estaba pasando el tiempo, le pudo más la curiosidad que le preguntó por el hecho.–Mi niña, ayer, nuestro pequeño Matías, estaba muy alterado ¿Quieres contarme que pasó? – Oriony, se preocupaba mucho por su niño – Por favor, no me mientas, hija. Sé que nuestro pequeño está sufriendo y que por algo, no quería irse con su padre a la escuela.Sabella no pod
Él se bajó y se cuidó de no ser visto por nadie de la empresa de Mateo y se escapó. Ya que se encontró en la calle, se las ingenió para llamar a Heber para que fuera a encontrarlo, pero le pidió que lo hiciera rápido y que no le dijera nada a su mamita bella, que él le explicaría todo pero que ahora tenía que venir por él para llevarlo a la escuela.–Todo está saliendo bien, así que cuando ese señor, venga a buscarme, ya no me encontrará por ningún lado – Pensó Matías – Él no me iba a engañar, yo no soy ningún tonto.Heber era uno de los que siempre consentían mucho a Matías y pensó que no era bueno hacer nada que el pequeño no quisiera, su prioridad era ir por él y llevarlo a un lugar seguro, a la escuela pues al haber recibido su llamada, supo que Matías se encontraba sólo en la calle y debía actuar lo más rápido posible, se lamentaría si algo le llegara a pasar a joven Matías.Matías se alejó caminando hasta dónde quedó de esperar a Heber y cuando estuvo a salvo en el auto con él,
Heber permaneció un rato en lo que Matías se unió a la fila de niños que entraban a la escuela y esperó hasta que lo vio entrar y cerraron la puerta de entrada. No se podía exponer a que Matías volviera a escaparse y ahora sí que Sabella, se le iba a enojar a él, sabiendo que él lo llevó a la escuela y que de ahí se escapó.Estuvo a punto de llamar a Sabella para avisarle que él recogió al pequeño de la calle y lo llevó a la escuela, pero se detuvo de hacerlo para no traicionar la confianza que el niño puso en él. Además, no veía la necesidad, el pequeño Matías ya se encontraba en la escuela y en este asunto nada había pasado a mayores.Por lo que Heber, tomó la decisión de seguir con lo que le habían pedido que hiciera y que se había desviado para poder ir por Matías, así que siguió con su día normal, como si no hubiera pasado nada.Mateo salió de la oficina con un poco de prisa, se terminó demorando un poco pues un cliente se lo encontró ahí dentro y se puso a platicar con él, ahora
Eso había sido una amenaza y como tal, Sabella se lo hizo saber, ella no se iba a tentar el corazón, porque sí ocurría una vez podría ocurrir otras veces y Matías al sentirse presionado iba a volver a escapar, no había que pensarlo mucho, el ingenio del niño dejaba a más de dos, con la boca abierta.Mateo, se sintió agredido de inmediato y él buscaba una solución no que todas las piedras cayeron sobre él, porque el niño lo había desobedecido y esa era una falta de respeto hacía su él. Matías estaba acostumbrado a salirse con la suya todo el tiempo. Eso ya le había quedado claro al propio Mateo, pues apenas iba conociendo los alcances de su hijo.–En lugar de estarme reclamando eso ahora, Sabella, sal y ayúdame a buscarlo por tu lado – Mateo le dijo exasperado – Lo encontraremos más fácil si lo salimos a buscar los dos.Sabella estaba exasperada, pero supo que, en las palabras de Mateo, había, aunque fuera un poco de razón e iba a ser más fácil que ella saliera por su lado a buscar al
Sabella esperaba pacientemente a que saliera su pequeño hijo de la escuela y mientras llegaba la hora, ella pensaba en muchas cosas, en si debía regañarlo o no, por habérsele escapado a su padre, pero finalmente decidió no hacerlo, su hijo era demasiado consiente de las cosas que hacía, por eso él había actuado de ese modo.Ella mejor que nadie conocía los alcances de la mente del pequeño Matías y sabía que dada la situación que se estaba presentando con su hijo, no era bueno provocar que se escapara nuevamente al sentirse regañado o creerse manipulado por ella también y Sabella, no podía permitir que su hijo pensara eso de ella, su relación con Matías, nunca había tenido ni una tachadura.El tiempo pasó rápidamente, por lo que en fracciones de minutos ya se encontraba a fuera de la institución de Matías, se serenó y bajó en busca del niño, lo recogió y antes de subirse ambos al auto lo lleno de besos y abrazos.–Hola mamita bella – Dijo el pequeño Matías entusiasmado – Te extrañé.Sa
–Lo sé Heber– Agradeció Sabella –Nuevamente muchas gracias.Oriony salió con el pequeño Matías de la mano y lo entregó con su madre. Sabella tomo en brazos a Matías y se subió con él al auto con ayuda de Heber, esta vez ella ya no colocó al niño en su silla del auto, sino que lo sentó a su lado, para que él no se sintiera alejado.Se pusieron en marcha rumbo a la Academia de natación. Matías se encontraba serio y callado porque pensaba que en cualquier momento su mamita podría regañarlo o decirle algo. La mente de Matías era prodigiosa y él sabía que aunque Heber le había prometido no decir nada, ni él ni Oriony solían ocultar cosas a su mamita bella.–Ya muy pronto será mi competencia, mamita bella. Falta una semana –Matías dijo emocionado – Heber y Oriony tienen que venir a verme, quiero que estén todos ese día, los quiero mucho.Al niño siempre le había gustado, qué los adultos de su casa incluyendo a su mamita bella, estuvieron presentes en las actividades deportivas en la escuela
Mateo miraba a Sabella con un semblante muy expectante sin saber lo que ella estaría por contarle. Le había extrañado que ella, después que ya habían quedado de verse en su casa por la noche, para ver y tratar lo del niño, lo hubiera citado de último momento para que ellos pudieran hablar a solas, sin la presencia del pequeño Matías, era algo muy extraño para él.Ellos tomaban de sus bebidas, las que habían pedido al llegar y que ya les habían llevado, y después Mateo pidió con la mirada una explicación a Sabella, ya la curiosidad no lo dejaba tranquilo, esperaba que lo que ella le dijera no fuera algo de gravedad. Sabella, lo miró y supo que ese era el momento de hablar con la verdad, ella estaba orgullosa de su hijo y así se lo haría saber a Mateo.–Mateo, sé que va a extrañarte mucho el que yo te haya citado aquí – Sabella comenzó a decirle – Antes que otra cosa suceda, me quiero disculpar contigo, por mi reacción tan exagerada de hace un rato, pero como podrás entender, llevo cuid
–No, Mateo, yo no tenía ni idea de lo que en su mente estaba tramando nuestro hijo – Sabella explicaba a detalle – Pero sí, él es un genio y además de su inteligencia superior, es un niño intuitivo y con mucho carácter. Yo desde pequeño, le enseñé muchas de las cosas que ahora sabe, pues no pensé que un día él y tú fueran a tener trato cercano tan de repente, siendo sincera.Mateo se llevó las manos a la cabeza y entonces recordó, varios momentos en los que la inteligencia del niño, los rebasó a él y a Sabella, misma en todo ese tiempo que llevaba tratando a su pequeño, veía que ella siempre medía a la hora de hablarle a Matías, el razonamiento del niño, era mucho más rápido, y por eso ella había dicho que les daba tres vueltas.–Eso lo explica todo, Sabella, ni yo mismo podía haber llegado a esa conclusión, hasta que pasó, hasta que me lo has dicho tu misma, así tal cual pasó, por la mente de Matías.Ahora esto complicaría más las cosas con Leia, y él no quería perderse por nada del