Leia estaba que echaba chispas, por todos lados, su día soñado pasó de ser un sueño el que tenía en mente para cuando se casara con Mateo a ser una horrible pesadilla, ella estaba desesperada, porque se fueran ella y Mateo a lo que iban, a consumar el acto de “amor” de su noche de bodas y a triunfar sobre Sabella, de una vez por todas.Al poseerla Mateo, ella estaba segura, que no quedaría ni rastro de lo que alguna vez, él sintió por la infeliz de Sabella, pues estaría devotamente a su lado, por el simple hecho que ella, lo espero virgen hasta ese día, y que hubiera sacrificado muchos años de su vida esperando para ese momento.–Leia, amor – Le dijo Mateo – Me da mucha pena contigo, has tenido que pasar por mucho en este día y debes de estar cansada.Ella no podía postergar ese momento, por el que había padecido una terrible operación y una recuperación muy presurosa, como para que ahora él se echara para atrás, esto se tenía que consumar lo más pronto posible.–Para nada, amor – Res
–Sí quiero – Dijo Leia, tímidamente – Pero, tengo mucho miedo, llévame con todo tu amor a vivir este momento y hazlo, algo especial y maravilloso, para los dos. Te amo con todas las fuerzas de mi alma, Mateo. Se estaba jugando su mejor papel, cosa que nunca hizo cuando se había entregado al primer hombre, al que le había entregado su virginidad, pero eso Mateo, no lo sabría nunca, porque ella había vuelto a estar intacta, y ningún hombre a los que había conocido antes, podría decir nada, comenzando por que ella se había entregado siendo una menor de edad a su primer amante, mucho mayor que ella. –Yo también estoy nervioso Leia, será tu primera vez y sé que esperas algo, muy especial y yo, lo quiero hacer, para ambos. Además de tu primera vez, es nuestra primera vez, juntos y como esposos – Suspiró Mateo – Déjame verte, desearte y admirarte. Mateo besó apasionadamente a Leia y después de ese beso, se separó un poco de ella, entonces admiró de pies a cabeza a su esposa y la miraba con
El momento más importante, había llegado y ella miró a Mateo, con los ojos velados de un deseo que de pronto había nacido en ella, pues lo sintió natural, cuando él tocó, su centro ya preparado para lo que se venía, pero lo tuvo que reprimir, ella no le iba a dar un poder a su esposo, porque sabía que con eso se podía manipular a la gente y ella no sería la víctima en este caso.–Sí, Mateo – Respondió Leia en medio de jadeos fingidos – Hazlo ahora, por favor.Mateo con mucho cuidado, fue haciendo suya a Leia poco a poco, lo cual, para él fue demasiado difícil. Leia estaba demasiado estrecha y él por no querer lastimarla, fue haciendo demasiado lento el momento, sin saber que eso, en lugar de ayudar a Leia, la estaba perjudicando en su totalidad, pues el daño se estaba haciendo en querer ir con tacto.Leia sentía, como se iba desgarrando poco a poco, siendo una sensación sumamente desagradable e insoportable. Ni siquiera en su primera vez, sintió algo tan espantoso, tan doloroso y tan
Leia, pensó que si se quedaban en su casa, la gente empezaría a especular sobre el buen funcionamiento de su relación, pues unos recién casados, debían irse de luna de miel, y mejor fuera de la casa que dentro de ella, así que viajarían a un lugar donde no los pudieran reconocer.Leia dijo eso último, también, porque después de lo horrible que había sido, la entrega de ella a Mateo, no permitiría que la pasaran encerrados en la casa de él, todo el fin de semana, para que volviera a suceder lo que acababa de pasar.Le dolía horrores y hasta tenía miedo, de ir a hacer sus necesidades, pensando que podría sentir dolor. En ese momento, se llenó de odio en contra de la doctora que la había operado y que le había dicho que, podría tener una intimidad normal, que sería algo como su primera vez, pero no fue así. Esto era por mucho, lo más desagradable que ella, había vivido en la cama con alguien y era ya, decir bastante.–Podemos ir en uno de nuestros barcos a algún sitio – Le sugería Mateo
Por la mañana siguiente, cuando Mateo despertó, no vio a Leia, por ningún lado de la suite y eso lo preocupó, que a ella no le hubiera gustado, su primera noche como esposos y que hubiera salido corriendo. Se incorporó y se envolvió en la sábana, para buscar bien a Leia y entonces, se tranquilizó, al escuchar el ruido de la regadera.El por un momento, pensó en meterse a bañar con Leia, pero no ejecutó su idea, pues no pasó desapercibido para él, el dolor que ella había dejado ver con su primera vez, el ruido de su celular, lo sacó de sus pensamientos y cuando respondió esa video llamada, sonreía encantado, le gustaba recibir ese tipo de llamadas de la persona que más amaba en la vida.–Hola, papito – Era el pequeño Matías – No le digas a mamita bella que te llamé, dijo que te dejará dormir, hasta más tarde, pero quiero que veas a Queen.Ahora que Matías, sabía qué el tiempo que tenía su padre, el que le había dedicado a él, sería mucho menor, ya que ahora se iba a dedicar más a su es
Sabella, había salido a entregar unos pedidos, pero no había ido sola, Teseo cuando había ido a dejar a su pequeña hija, para que jugara con el pequeño Matías, se había ofrecido a acompañar a Sabella, pues él más que nadie sabía que ella, en esos momentos, necesitaría hablar sobre lo que había pasado con alguien.–Gracias por acompañarme Teseo, hoy me encuentro un poco pérdida, para dar con las direcciones – Le agradecía Sabella – Espero, no estar quitándote tiempo de tu trabajo.Para ella, había sido muy oportuno que su amigo Teseo, llevara a Atenea, a su casa a que jugara con Matías, y lo distrajera por unas horas, ya que el niño se había inquietado mucho desde el día que supo que la boda de su padre, no se iba a cancelar, como él había pensado que sería.–No me agradezcas, Sabella – Respondió Teseo – Siempre, es un placer ayudarte y de mi trabajo, no te preocupes, tengo personas que me están asistiendo en el negocio. Atenea, no sabes como se puso, por querer ir a ver a Queen.Ahora
–Sabella, espero que no te moleste, pero pensé que podíamos tomarnos algo – Le dijo Teseo – Además, nuestros pequeños, están felices y entretenidos en tu casa, con Evan y con Queen.Teseo estaba en todo lo cierto, los pequeños estaban muy bien cuidados y a estas alturas ya se habían olvidado de sus supuestos problemas, que había sido el principal de Matías, hablar con su papaíto, para saber cómo estaba y si no le había hecho nada la bruja del cuento.–Gracias Teseo, por supuesto que nos podemos tomar algo – Sabella se sentía aliviada – Me has leído el pensamiento, no quiero estar mucho en casa, porque Matías, me notará lo mal que me encuentro y no quiero preocupar a mi pequeño.El niño, tenía una intuición súper desarrollada, nada se le escapaba y él sabía que su mamita bella, había estado trabajando mucho los últimos días, tanto así que se le olvidaban las cosas, pero él sabía muy bien por qué había sido todo eso, pero ya no quiso mortificar a su mamita, había dejado que se fuera sol
–Ese ya es problema de Mateo – Sabella fingió indiferencia – Pero, me preocupa, que esa mujer, quiera hacerle algo a mi hijo. Eso sí, que no lo pienso permitir, pues si llega a cometer algo contra mi Matías, no me importará nada y le daré yo misma su merecido.Sabella, se iba a volver una leona por defender a su precioso hijo, no dejaría que nunca nadie le pusiera una mano encima o que lo dañara de alguna forma, los niños no se tocaban por ninguna razón, eso estaba escrito por ley. Cualquier abuso en contra de los niños, era castigado con la cárcel.–Y yo te apoyaría, uno por los hijos, hace lo que sea Sabella, si alguien se metiera con mi hija, yo no descansaría hasta ver que esa persona, pague por lo que le haga a mi pequeña – Dijo Teseo – Mi Atenea, es la luz de mi existir, no sabes todo lo que hemos pasado juntos. En eso nos parecemos mucho, tú y yo.A ningún padre le gustaba que sus hijos fueran lastimados y entre Sabella y Teseo, se podían unir para quitarle la máscara a esa mal