El verdadero corazón de un pirata.
El capitán Drake corría por el muelle, escuchando como Barba Negra le maldecía desde atrás, observando dichoso, como su nave dejaba el muelle, hizo un último esfuerzo y aceleró la marcha, llegando justo a tiempo, a decir verdad, se lanzó en un salto hacia el navío y se agarró con ansias a uno de los cabos, siendo ayudado después por el señor Smith para subir al barco.
William se acomodó bien su vestimenta y miró hacia el capitán Teach, que le observaba malhumorado al presenciar como su enemigo se alejaba más y más del muelle. Sonrió triunfante, mientras cedí
Vida en Alta Mar. Emily se encontraba de nuevo en cubierta, una vez más había cambiado sus ropas, esta vez eran ropas de hombre. El señor Smith le daba instrucciones a su derecha, mientras la muchacha hacía un nudo marinero. Vivir en aquel lugar era más difícil de lo que había esperado: Se pasaba los días limpiando la sucia cubierta con las manos, atando nudos, izando velas, recogiendo el gallardete, haciendo señas a los vigías para cambiar su turno, y a veces también cocinaba. Y la verdad era que los únicos días en los que disfrutaba era los días en los que le tocaba cocinar, ya que después de cocinar pod&iacut
Atracción El capitán salió a cubierta en aquella hermosa mañana, el mar lucía tranquilo, se habían alejado de la costa, ya no había ninguna gaviota que pudiese molestarlo en alta mar. Los marineros reían divertidos mientras desplegaban las velas, Harry el largo subía por la escalera de cuerdas hacia el puesto de vigía, parecía estar disfrutando de las vistas, el señor Smith por su parte recogía un cubo con agua, mientras dirigía su mirada al capitán.Éste le devolvió el saludo, mientras volvía la vista hacia el timón, habían nave
Barco enemigo a la vista.El capitán descansaba sobre su cama, tumbado boca arriba con la camisa desabrochada, mantenía el brazo sobre sus ojos, pronto el sueño lo vencería, pero no estaba preparado para volver a soñar con ella…Caminaba por un extenso sendero, frente a él un espeso bosque en el que se adentraba, podía escuchar los pájaros cantar en aquella mañana de primavera. Marchó a grandes zancadas por el verdoso prado, admirando a su paso las bellas margaritas, a cada paso qu
Presagio de muerte. Con ojos cerrados y con un terrible miedo a las alturas, una joven muchacha se aferraba a las escaleras de cuerda por las que bajaba, temiendo dar un paso en falso y caer al agua. Podía sentir el frío viento sobre su rostro, escuchando un suave tintineo de espadas y a unos jadeantes marinos que arremetían con ellas contra sus contrarios en la batalla que bajo ella tenía lugar. Abrió los ojos despacio, notando como su pie se posaba sobre la superficie plana del navío y saltó hacia el interior de este.Los hombres de Barba Negra parecían mucho más feroces que la última vez, y luchaban fierament
Al otro lado de la oscuridad El capitán Teach se dirigía hacia aquella joven, a grandes zancadas, con un destello especial en su mirada, sabiendo que al matarla todo volvería a la normalidad, y el brazalete buscaría un nuevo dueño. Quizás así podría recuperar aquello que le fue arrebatado en antaño, aquello que aún anhelaba en las noches de luna llena.William Drake se percató en ese justo instante de que era lo que estaba próximo a suceder, acababa de darse cuenta de que la joven que había ansiado proteger se encontraba a escasos metros de él, y que sería asesinada de un momen
El despertar Un hermoso y radiante sol primaveral, unos pájaros cantores indicando que la mañana ha llegado, es momento de celebrar que el sol ha salido en aquella poblada ciudad, algunas gaviotas revolotean en el exterior, la luz solar se cuela por la ventana de la habitación de una joven muchacha, que se resiste a abrir los ojos, a reconocer que todo ha terminado.Emily escuchaba aún con los ojos cerrados el cantar de los gorriones, manteniéndose en la calma, intentando no derramar m&a
El interrogatorio Sobre una mesa rectangular plateada, un reluciente maletín negro entreabierto y unas manos entrelazadas, apoyadas, pertenecientes a un atractivo hombre de mediana edad que lucía un caro traje. Frente a él, una demacrada muchacha de piel clara y cabello oscuro, mantenía la mirada fija en la mesa.Señorita Forbes… - comenzó el hombre con tal amabilidad y respeto que casi parecía sacado de una película – si no me cuenta lo sucedido, no podré sacarla de aquí. – Aclaraba, admirando como la muchacha seguía con la mirada perdida en la
La habitación blanca.Sacudió la cabeza tan pronto pensó en ello,en todo lo que ocurriría si admitía frente a su hermana y su familia que había viajado en el tiempo. Era más que obvio que la tomarían por loca y la encerrarían en un psiquiátrico.Emily – volvió a llamarla su hermana, volviendo a la realidad, a aquella cama donde aún se encontraba, algo confusa con lo que acababa de ver en su mente - ¿estás oyéndome? – insistió Kayla, negando con la cabeza ante la sola idea de que su hermana pequeña estuviese realmente enferma – vístete, iremos al médico en seguida, tienes demasiada fiebre.Sus ojos le pesaban ter