El interrogatorio
Sobre una mesa rectangular plateada, un reluciente maletín negro entreabierto y unas manos entrelazadas, apoyadas, pertenecientes a un atractivo hombre de mediana edad que lucía un caro traje. Frente a él, una demacrada muchacha de piel clara y cabello oscuro, mantenía la mirada fija en la mesa.
La habitación blanca.Sacudió la cabeza tan pronto pensó en ello,en todo lo que ocurriría si admitía frente a su hermana y su familia que había viajado en el tiempo. Era más que obvio que la tomarían por loca y la encerrarían en un psiquiátrico.Emily – volvió a llamarla su hermana, volviendo a la realidad, a aquella cama donde aún se encontraba, algo confusa con lo que acababa de ver en su mente - ¿estás oyéndome? – insistió Kayla, negando con la cabeza ante la sola idea de que su hermana pequeña estuviese realmente enferma – vístete, iremos al médico en seguida, tienes demasiada fiebre.Sus ojos le pesaban ter
La lluvia inexplicableHabían pasado 6 largas semanas desde que había vuelto, desde que fingía ante todos los demás que estaba bien, que todo lo que aconteció después del día de su cumpleaños, aquel corto viaje en el tiempo, tan sólo fue un sueño. Si no fuese por las ropas manchadas de sangre y la espada que había escondido al fondo del armario, ella misma lo hubiese creído, que tan sólo era una alucinación, una fantasía, pero debía reconocer los hechos, las más que evidentes pruebas que aún poseía sobre la existencia de aquel lugar.No había vuelto a colocarse el brazalete, aún tenía demasiado miedo a
El lienzo sobre la chimeneaAquella mañana hacía un calor terrible, podía escuchar las cigarras cantando sobre los árboles del paseo, mientras caminaba sin demasiado ánimo con la mirada perdida en el suelo. Llevaba puesto un corto vestido de media manga, de encajes, en color pastel, que su madre le había regalado por su cumpleaños, lucía unos redondos pendientes sobre sus orejas, y su cabello estaba sujetado hacia atrás con una gomilla, aunque algunos pelos se habían soltado y ahora a causa de la escasa brisa primaveral se movían en su rostro. Ni siquiera se había maquillado y tenía unas muy acentuadas ojeras bajo sus
Recuerdos olvidados Emily caminaba entre las viñas, en aquella calurosa mañana de primavera, podía escuchar los pájaros cantando, el sofocante sonido de las cigarras sobre los árboles, podía apreciar la brisa con olor a uva, miró hacia arriba admirando sobre ella el resplandor del sol sobre las ramas que cubrían el lugar, el fruto podía sentirse mucho más delicioso con aquel destello especial. Sonrió complacida, se sentía en paz, apartó su cabello de la cara, mientras admiraba como el sistema de riego echaba agua aquí y allá sobre el viñedo, cerró los ojos sintiendo como algunos rayos de sol incidían en sus ojos, estiró sus b
Despedida En aquella hermosa mañana primaveral los pájaros cantaban sobre los árboles del bosque mientras sentían los rayos de sol sobre sus plumas, algunos sobrevolaban el viñedo con la intención de picar sus frutos, pues, aunque no estaban listos para ser recogidos por la mano del hombre, podían servir de alimento para ellos. Un hermoso petirrojo sobre los cerezos en flor mordía aquí y allá. Las cigarras emitían sonido con la intención de llamar la atención de las hembras. En el suelo, junto a las amapolas dos ardillas jugueteaban sobre el derribado puente. Bajo este, el río reflejaba los rayos solares creando un color especial, digno de apreci
El Guardián Emily no llevaba bien su vuelta a la realidad, por alguna razón no podía parar de pensar en él, cuando cerraba los ojos el rostro del capitán aparecía en su mente, podía verle sonreír en su cabeza, sin poder evitar derramar algunas lágrimas.Ya había sido lo suficientemente doloroso alejarse de él una vez, cuando eran niños, como para tener que volver a pasar por lo mismo. La única diferencia es que en este momento sentía que la que lo había dejado había sido ella.Levantó la cabeza, aún con ambos brazos cruzados sobre la mesa del salón, admirando frente a ella el enorme frutero con algu
La leyenda del guardián esmeralda Aquella noche, Emily se encerró en su habitación temprano, pues tenía la intención de comenzar a leer aquel libro, que se había traído de la biblioteca.Cuando apenas había abierto el libro para empezar a leer, la puerta de la habitación se abrió y por esta apareció su pequeña sobrina Meredith.¿Puedo dormir contigo? – preguntó, cabizbaja – mamá se irá de viaje temprano.Ven aquí – la llamó, palmeando un lado de la cama para que la pequeña se recostase junto a ella.¿
Giro en el tiempo Habían pasado sólo unos pocos días, Emily pasaba la mayor parte de su tiempo encerrada en su habitación leyendo aquel misterioso libro que tanto tenía que mostrarle sobre el guardián.Aquella tarde, era como otra cualquiera, la joven se hallaba tumbada en la cama con ropa de calle, pues era viernes y de un momento a otro se marcharían a dar un paseo, justo como su madre le había indicado, esa misma mañana. Lucía una bonita camisa gris de lino con unas florecillas rojas y unos vaqueros de pitillo muy ajustados, su cabello estaba recogido en dos trenzas una a cada lado del cuello. Tumbada en la cama boca abajo, con los codos hundidos en el colchón mientras aguantaba el pe