La leyenda del guardián esmeralda
Aquella noche, Emily se encerró en su habitación temprano, pues tenía la intención de comenzar a leer aquel libro, que se había traído de la biblioteca.
Cuando apenas había abierto el libro para empezar a leer, la puerta de la habitación se abrió y por esta apareció su pequeña sobrina Meredith.
Giro en el tiempo Habían pasado sólo unos pocos días, Emily pasaba la mayor parte de su tiempo encerrada en su habitación leyendo aquel misterioso libro que tanto tenía que mostrarle sobre el guardián.Aquella tarde, era como otra cualquiera, la joven se hallaba tumbada en la cama con ropa de calle, pues era viernes y de un momento a otro se marcharían a dar un paseo, justo como su madre le había indicado, esa misma mañana. Lucía una bonita camisa gris de lino con unas florecillas rojas y unos vaqueros de pitillo muy ajustados, su cabello estaba recogido en dos trenzas una a cada lado del cuello. Tumbada en la cama boca abajo, con los codos hundidos en el colchón mientras aguantaba el pe
Tierra De Nadie Anabeth acababa de llegar a casa con Emily, la chica llevaba una toalla a modo de capa, y se abrazaba a ella con fuerza, totalmente calada hasta los huesos…Pero… ¿cómo se te ha ocurrido pasar la noche en el muelle…? - le regañaba su madre, mientras la muchacha entraba en la casa y subía escaleras arriba hacia su habitación.Se acostó sobre la fría cama, y se tapó con las mantas, estaba muerta de frío. Su madre entró rápidamente en la habitación, le puso el termómetro en la boca y volvió a salir de la habitación preocupada. Para luego aparecer minutos más tarde con un caldo caliente en una taza.
Caminos diferentes Emily miró hacia el museo animada, a pesar de que quedaban pocos días para que el curso llegase a su fin, aquella sería la última excursión que harían antes del verano con los pequeños, y todos lucían de lo más entusiasmados con la idea.La visita al museo fue de lo más entretenida, admiraron los dinosaurios, los utensilios de la era neandertal, y hasta las ropas de la época medieval.Se lo estaba pasando bastante bien mientras les explicaba a los pequeños algunas historias que había aprendido de pequeña. Todo iba como la seda, hasta que llegaron a la galería pirata, en aquel momento sinti&oac
La fiesta Kayla ponía horquillas a su hermana en el cabello, mientras esta la miraba a través del espejo, malhumorada, pues no le apetecía nada ir a aquel evento al que le habían invitado.¿por qué tengo que ir? – preguntaba la muchacha intentando soltarse, mientras su hermana volvía a golpearla en la espalda despacio, para que esta dejase de moverse.Es una fiesta de etiqueta, deja que te arregle como es debido – añadía mientras observaba como su hermana se mantenía quieta y miraba al espejo decaída – Seguramente lo pasarás bien, te servirá para conocer a otros
El camino para soñar La noche llegó a su fin, y el doctor Thomson, después de una velada maravillosa, se ofreció a llevarla a casa.Muchas gracias por traerme – agradeció ella, dispuesta a salir del auto, pero antes de haberlo logrado, Michael la detuvo, agarrándola del brazo, para luego besarla dulcemente en los labios, dejando a la joven totalmente sorprendida por ello. El beso no duró demasiado, pues este se apartó tan pronto como notó que ella no le devolvía el beso, tan sólo permaneció allí, con los labios apretados, hasta que el doctor se hubo separado de ella.Lo siento – se disculp&oacut
Una vida por otraEmily se encontraba en cubierta, junto a la baranda, con tan sólo un trozo de sábana cubriendo su desnudo cuerpo. Podía sentir el dulce abrazo del capitán, que la rodeaba con sus brazos dulcemente, con la mirada perdida en alta mar.Mantenía la mirada fija en el horizonte, admirando el crepúsculo, mientras mantenía las manos de su amado agarradas en su cintura, con una tonta expresión de felicidad, paz, y calma en su rostro. Cerró los ojos por un segundo, mientras notaba como William se soltaba de ella y miraba hacia atr&aacu
Más allá de los sueños Habían pasado dos años desde aquello, Emily vivía ahora en el campo junto a sus abuelos, solía impartir clases en una pequeña cabaña que su abuelo había construido, y todos los críos del pueblo venían a menudo a escuchar las historias que contaba.Su familia la visitaba a menudo, y el doctor también, aunque siempre evitaba la mirada de la muchacha, pues aún se sentía un poco avergonzado de haber confesado sus sentimientos.Ella ayudaba a sus abuelos en todo lo que podía y se sentía feliz de poder caminar por los lugares por los que una vez lo hizo con él,
Dónde todo empezó Bajo aquellos hermosos árboles, Emily escribía en su diario, había empezado a hacerlo, justo después de llegar allí, dejándose llevar por una necesidad de contar todo lo que sentía desde que había recibido aquella reliquia, o incluso antes, desde que le había visto por primera vez. Levantó la vista por un momento, observando cómo su sobrina jugaba con el vecino de al lado junto a las viñas, para luego volver la vista hacia su cuaderno, escribiendo algunas anotaciones aquí y allá. Intentando explicar de qué forma estaban entrelazadas sus vidas, entre su pasado, presente y futuro.Caminaba por aquellos bosques de nue