Presagio de muerte.
Con ojos cerrados y con un terrible miedo a las alturas, una joven muchacha se aferraba a las escaleras de cuerda por las que bajaba, temiendo dar un paso en falso y caer al agua. Podía sentir el frío viento sobre su rostro, escuchando un suave tintineo de espadas y a unos jadeantes marinos que arremetían con ellas contra sus contrarios en la batalla que bajo ella tenía lugar. Abrió los ojos despacio, notando como su pie se posaba sobre la superficie plana del navío y saltó hacia el interior de este.
Los hombres de Barba Negra parecían mucho más feroces que la última vez, y luchaban fierament
Al otro lado de la oscuridad El capitán Teach se dirigía hacia aquella joven, a grandes zancadas, con un destello especial en su mirada, sabiendo que al matarla todo volvería a la normalidad, y el brazalete buscaría un nuevo dueño. Quizás así podría recuperar aquello que le fue arrebatado en antaño, aquello que aún anhelaba en las noches de luna llena.William Drake se percató en ese justo instante de que era lo que estaba próximo a suceder, acababa de darse cuenta de que la joven que había ansiado proteger se encontraba a escasos metros de él, y que sería asesinada de un momen
El despertar Un hermoso y radiante sol primaveral, unos pájaros cantores indicando que la mañana ha llegado, es momento de celebrar que el sol ha salido en aquella poblada ciudad, algunas gaviotas revolotean en el exterior, la luz solar se cuela por la ventana de la habitación de una joven muchacha, que se resiste a abrir los ojos, a reconocer que todo ha terminado.Emily escuchaba aún con los ojos cerrados el cantar de los gorriones, manteniéndose en la calma, intentando no derramar m&a
El interrogatorio Sobre una mesa rectangular plateada, un reluciente maletín negro entreabierto y unas manos entrelazadas, apoyadas, pertenecientes a un atractivo hombre de mediana edad que lucía un caro traje. Frente a él, una demacrada muchacha de piel clara y cabello oscuro, mantenía la mirada fija en la mesa.Señorita Forbes… - comenzó el hombre con tal amabilidad y respeto que casi parecía sacado de una película – si no me cuenta lo sucedido, no podré sacarla de aquí. – Aclaraba, admirando como la muchacha seguía con la mirada perdida en la
La habitación blanca.Sacudió la cabeza tan pronto pensó en ello,en todo lo que ocurriría si admitía frente a su hermana y su familia que había viajado en el tiempo. Era más que obvio que la tomarían por loca y la encerrarían en un psiquiátrico.Emily – volvió a llamarla su hermana, volviendo a la realidad, a aquella cama donde aún se encontraba, algo confusa con lo que acababa de ver en su mente - ¿estás oyéndome? – insistió Kayla, negando con la cabeza ante la sola idea de que su hermana pequeña estuviese realmente enferma – vístete, iremos al médico en seguida, tienes demasiada fiebre.Sus ojos le pesaban ter
La lluvia inexplicableHabían pasado 6 largas semanas desde que había vuelto, desde que fingía ante todos los demás que estaba bien, que todo lo que aconteció después del día de su cumpleaños, aquel corto viaje en el tiempo, tan sólo fue un sueño. Si no fuese por las ropas manchadas de sangre y la espada que había escondido al fondo del armario, ella misma lo hubiese creído, que tan sólo era una alucinación, una fantasía, pero debía reconocer los hechos, las más que evidentes pruebas que aún poseía sobre la existencia de aquel lugar.No había vuelto a colocarse el brazalete, aún tenía demasiado miedo a
El lienzo sobre la chimeneaAquella mañana hacía un calor terrible, podía escuchar las cigarras cantando sobre los árboles del paseo, mientras caminaba sin demasiado ánimo con la mirada perdida en el suelo. Llevaba puesto un corto vestido de media manga, de encajes, en color pastel, que su madre le había regalado por su cumpleaños, lucía unos redondos pendientes sobre sus orejas, y su cabello estaba sujetado hacia atrás con una gomilla, aunque algunos pelos se habían soltado y ahora a causa de la escasa brisa primaveral se movían en su rostro. Ni siquiera se había maquillado y tenía unas muy acentuadas ojeras bajo sus
Recuerdos olvidados Emily caminaba entre las viñas, en aquella calurosa mañana de primavera, podía escuchar los pájaros cantando, el sofocante sonido de las cigarras sobre los árboles, podía apreciar la brisa con olor a uva, miró hacia arriba admirando sobre ella el resplandor del sol sobre las ramas que cubrían el lugar, el fruto podía sentirse mucho más delicioso con aquel destello especial. Sonrió complacida, se sentía en paz, apartó su cabello de la cara, mientras admiraba como el sistema de riego echaba agua aquí y allá sobre el viñedo, cerró los ojos sintiendo como algunos rayos de sol incidían en sus ojos, estiró sus b
Despedida En aquella hermosa mañana primaveral los pájaros cantaban sobre los árboles del bosque mientras sentían los rayos de sol sobre sus plumas, algunos sobrevolaban el viñedo con la intención de picar sus frutos, pues, aunque no estaban listos para ser recogidos por la mano del hombre, podían servir de alimento para ellos. Un hermoso petirrojo sobre los cerezos en flor mordía aquí y allá. Las cigarras emitían sonido con la intención de llamar la atención de las hembras. En el suelo, junto a las amapolas dos ardillas jugueteaban sobre el derribado puente. Bajo este, el río reflejaba los rayos solares creando un color especial, digno de apreci