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Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©- Dos días después-
La noche de la fiesta de inauguración de la Fundación Zas llegó y Can Marín era el invitado de honor de dicho evento que, al saber que el actor estaría presente, se llenó de gente ansiosa por conocerlo y platicar con él.
Can, para ese momento, sacó el mejor de sus trajes, se arregló la barba y el cabello con una sonrisa, desfiló por la pequeña alfombra roja que daba a la entrada del antiguo edificio donde era la academia de Sira.
Parecía el magno evento de Cienfuegos, todos estaban ahí, incluyendo a Lorena Fábregas que, al ver a Can, no dudo en coquetearle brindando a lo lejos con su copa. Al parecer, no recordaba nada de lo que ella le había dicho sobre Sira y Julio y, mej
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © #ElGranEngaño Después de la plática que hubo entre Can y Sira en la fiesta de la fundación, las esperanzas de que volvieran a estar juntos crecieron. Sira, aún quería a Can y lo que él deseaba es que ella llegara a amarlo de nuevo para ahora estar juntos los dos a lado de su hija. Así que, al día siguiente, Can volvió a llamar a Kika, la única amiga que tenía, para contarle del asunto, que para ser honesto le daba mucha felicidad. —¡Hey Can!— Expresó Kika al verlo en la pantalla, ¿si sabes que horas son aquí?, ¿verdad? —¡Me quiere Kika!, ¡me quiere!— comunicó él con felicidad. —¿De qué hablas? —¡Hablo de Sira!, ¡me quiere! Kika se emocionó de inmediato y salió de la cama para luego abordar la habitación e ir a la sala. —¿En serio?— preguntó emocionada.—Sí, no me lo dijo directo pero, sus ojos no mienten Kika, está tan enamorada de mí como yo de ella. Lo mejor de todo es que me dijo que
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © #ElGranEngaño -Navidad- Esta era la primera Navidad que Can pasaba acompañado y también en familia. El actor tenía aproximadamente unos diez años que no la festejaba. Siempre se quedaba en casa viendo televisión o si tenía que ir al set lo hacía sin problemas. En pocas palabras no era un festejo que le agradara; hasta que llegaron Marina y Sira a su vida y se convirtió en algo importante. Ahora, no solo había decorado su casa con luces de colores, figuras de Santa Claus y renos, si no que había ido a pedir regalos, se había tomado una foto con Santa y su hija y esperaba con ansias que ella abriera los regalos esperando haber cumplido con todos sus deseos. Sin embargo, Can, se encontraba nervioso, ya que esta vez no solo iba a pasarla con Sira y su hija, si no con sus padres, unos que sabría que vendrían a pasar las fiestas con ellos, y que después de lo que pasó temía como reaccionarían.
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © #ElGranEngaño -Navidad- En contra de toda probabilidad de que la cena fuera incómoda o en algún momento intolerable, a pesar de que los padres de Julio no pudieron llegar a tiempo y dijeron que llegarían al día siguiente. La cena, en verdad fue fabulosa, llena de risas y anécdotas que fueron el centro de todo. Resulta ser que los padres de Sira tenían todo tipo de aventuras tanto en sus trabajos, como en los viajes que hacían, por lo que siempre tenían algo qué contar o decir que se robaba la escena. A Can Marín eso le pareció bien. En realidad, no tenía ganas de contar nada sobre él y sus aventuras en el cine ya que, había algunas que no le gustaban tanto y que no quería recordar, sobre todo porque le recordaba a esa época donde Sira y él estaban juntos y que pudieron ser más que asistente y actor, más que ese engaño que habían pactado.Tiempo después, cuando Julio terminó de platicar otras
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Al día siguiente de Navidad, los padre de Julio llegaron a casa de Sira, con una bolsa con regalos y una botella de un vino hecho por el padre de él. Julio padre, además de ser un gran abogado tenía una afición por vitivinicultura y estaba trabajando en su propio vino y ese era el primero de muchos. Para esta ocasión, Can Marín no fue invitado por muchas razones obvias sin embargo, la ventaja que tuvo de esta visita es que su hija Marina pasó la mañana con él. Porque al ser Julio alérgico a los perros y la niña estando maravillada con Astro, no perdió la oportunidad de pedirle a su madre que le dejará ir con su papá. Así, Can y ella pasaron el día abriendo mas regalos, jugando con el perro que tenía más energía que la misma Marina, y tomando chocolate caliente para poder aliviar el frío que hacía afuera. Pero, a las cuatro de la tarde, tuvo que llevarla de regreso a la casa de Sira, ya que tod
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Era evidente que después de lo que Can escuchó sobre su hija los padres de Julio le caerían como patada en el hígado y lo único que desearía era alejarla de ellos; así lo hizo. El resto de la tarde, Can Marín no se separó de Marina, no la dejó ni siquiera acercarse y por ende él tampoco lo hizo, dejando a Sira en graves aprietos con respecto a las preguntas que le estuvieron haciendo sobre ella y Can Marín. Así que, por más que Sira trató de llamar la atención de Can, de pedirle que estuviera a su lado ante los cuestionamientos o mínimo que le viera a los ojos, nunca lo logró. Can, aprovechaba que su hija quería ir de un lado para el otro para seguirla y mientras la tomaba de la mano. Ambos se perdieron en la tienda de mascotas evitando los comentarios punzantes de la madre de Julio sobre las botas y abrigos, y después la llevó por otro chocolate que ambos se tomaron casi solos en la cafetería.
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Can Marín había llegado al hospital de emergencia, ya casi sin poder respirar y con el corazón latiendo cada vez más lento. Sira, se encontraba desesperada, tratando de tranquilizar a su hija que lloraba desesperada en brazos de sus abuelos y manteniendo la calma aunque le era imposible, el escenario en verdad se veía muy mal, bastante mal. Él entró directo a urgencias y Sira tuvo que esperar un momento en la sala de espera. Mientras lo hacía, recorrió como león enjaulado de lado a lado comiéndose las uñas de la preocupación. No importaba si ella y Can había tenido algún tipo de malentendido en el pasado, él era al padre de su hija y no le deseaba nada malo, en realidad, jamás le había deseado nada malo porque, todos estos años, en lugar de maldecirlo y de odiarlo con su alma, solo pedía que estuviera bien. Momentos después, el doctor salió a la sala y en seguida llamó a los familiares de Can
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©La noche había sido bastante larga para Sira Zas, quién después de platicar con su hija y asegurarle que su padre se encontraba bien, se había quedado dormida al lado de Can Marín, tomándole la mano para hacerle saber que se encontraba ahí, que no se había ido y que esperaba con ansias que despertara para poder verle. Poco a poco la medicina que le habían puesto había surgido efecto, y para la mañana siguiente, cuando los primeros rayos de sol entraron por la ventana de la habitación, Can ya parecía el mismo de antes, con ese rostro tan atractivo que había aparecido en cientos de películas y sin ningún rastro del salpullido que tenía sobre el cuello. Así, cuando él sintió el calor de los rayos del sol sobre su piel, abrió los ojos con cuidado para ver el techo del hospital, después la habitación vacía y finalmente la mano de Sira tomando la suya. Él con la otra mano se quitó el oxígeno y respi
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Julio salió a Madrid con sus padres el día después de que Can regresó del hospital, despidiéndose de Sira, deseándole un buen fin de año y dándole a Marina un beso en la frente que le hizo sonreír. Los padres de Julio se despidieron normal, le agradecieron a Sira por haberles recibido y a sus padres por haberles atendido, para después salir de Cienfuegos con un rostro de alivio que no podían esconder; ellos odiaban ese pequeña ciudad. Así, después de que los padres de Sira se despidieron y regresaron a Iron Lake en Estados Unidos. Sira, Marina y Can, hicieron las maletas para irse dos semanas a la casa que Can tenía en Tulum, México. Marina, estaba emocionada por conocer el mar, lo había visto en televisión, leído en los cuentos infantiles y estudiado en la escuela, pero jamás visto en público, por lo que no podía esperar a poner sus pies sobre la arena y nadar en él. Can para este viaje, como