La secretaria fue amable.

Ella no se metió con James.

Para ella, James parecía que solo tenía curiosidad y de alguna manera deambuló hasta el área de trabajo de la subdirectora.

“Ella realmente me pidió que viniera aquí. Puedes ir a comprobar. Si no le preguntas y me haces irme, ¿a quién crees que culpará al final?”.

Janet Autumn tenía la sensación de que James no estaba mintiendo.

Escaneó a James por última vez, antes de decir: “Espera aquí, iré a comprobarlo”.

Sus tacones repicaban rítmicamente mientras caminaba hacia la oficina y tocaba la puerta, “Señorita Xenos, hay un vendedor llamado James Caden. Dijo que usted quería reunirse con él”.

La voz de Quincy resonó desde el interior. “Déjalo entrar”.

Janet se volteó hacia James. “Bien, pasa. Adelante”.

James caminó hacia la oficina, empujando las puertas para abrirlas.

Quincy era la vicepresidenta y su oficina era enorme, lujosamente decorada con alrededor de 500 metros cuadrados de espacio.

Cruzó las piernas mientras se se