Thea se dio la vuelta con la intención de marcharse.

Hellen soltó de inmediato: “Thea, no seas desagradecida. ¿Sabes quién soy? Soy la mejor representante de Sol. Tengo una influencia inimaginable. Lo creas o no, un video tuyo y de Kian en la cama se difundirá por todo el país mañana por la mañana”.

Hellen comenzó a amenazar.

Thea se dio la vuelta con el ceño fruncido y preguntó: “¿Qué quieres?”.

Hellen continuó amenazando: “¿No sabes que existe una tecnología llamada deepfake? Puedo usar fácilmente un video de Kian besándose con otra persona y usar la tecnología para poner tu cara en él. ¿Te imaginas qué gran noticia sería esa?”.

“Tú…”.

El cuerpo de Thea tembló de ira.

Hellen parecía orgullosa.

Esta era su táctica.

Amenazas y tentaciones. Incluso una mujer conservadora se convertiría en una z*rra.

“Escúchame con atención. Acuéstate con Kian por una noche y no pasará nada. O de lo contrario... asumirás las consecuencias. Por cierto, el número de la habitación de Kian es el 20