Cuando James miró a las mujeres, pudo ver que tenían buen cutis y aún estaban en buenas condiciones mentales. Era evidente que no habían sido torturadas en los últimos días.

“Déjalas ir”.

Lucjan se encogió de hombros e hizo un gesto despectivo con la mano. “Por supuesto, puedo dejarlas ir, James. Son libres de irse cuando quieran, pero escucha. Mataste al líder de la Secta del Monte Trueno. Estoy seguro de que eres consciente de las implicaciones de matar a alguien de ese estatus en el antiguo mundo marcial”.

James se limitó a guardar silencio.

Lucjan continuó: “La Secta del Monte Trueno es muy respetada en el mundo marcial antiguo. El líder de su secta hace cien años era el Gran Maestro, y la Secta del Monte del Trueno estaba a la cabeza de todos los antiguos artistas marciales. Por no mencionar, que también son la fuerza principal detrás del Rey. ¿Crees que aún puedes volver a ser el Rey Dragón y Emperador a pesar de todo esto?”.

Quincy frunció el ceño inquieto al escuchar el la