Al poco rato, James regresó a la residencia y saltó al balcón del segundo piso. Estaba a punto de entrar en su habitación cuando una voz inesperada por detrás lo sorprendió con la guardia baja.

“¿Adónde fuiste?”.

James se volvió hacia el sonido y vio a un anciano sentado en posición de loto en el patio.

Lucjan dio un salto e instantáneamente apareció en el balcón del segundo piso.

James le dirigió una mirada tranquila, pero su corazón latía con fuerza para sus adentros.

Había comprobado específicamente la zona antes de salir. No parecía haber nadie en los alrededores, y tomó muchas precauciones para asegurarse de que no lo seguían. No esperaba que Lucjan lo descubriera en su camino de regreso.

James se encogió de hombros y respondió: “Me aburría en la habitación, así que salí a dar un pequeño paseo. ¿Qué pasa? ¿No se me permite salir?”.

“Claro que puedes”.

Lucjan separó los labios para decir: “James, me caes muy bien y espero de verdad que podamos trabajar juntos como camaradas