En un abrir y cerrar de ojos, había pasado media hora y ni Rogart ni Agatha conseguían reprimir al otro. La fuerza de Rogart era indiscutible, ya que era el enviado de la Región Divina. Agatha también había superado la Ascensión Celestial y debería haber ascendido. Sin embargo, ella permaneció en los Nueve Continentes. En otras palabras, sus fuerzas eran muy similares. Después de unos minutos más de intercambios, los dos no pudieron evitar ponerse ansiosos.

“¡Maestra de Secta, la ayudaré!”. El Anciano Fuego no pudo contenerse más, así que gritó y corrió hacia adelante.

Al mismo tiempo, el Anciano Viento y el resto también avanzaron, y lucharon contra Rogart junto a Agatha. Rogart podía mantenerse firme cuando solo era Agatha, pero cuando los ancianos se unieron, no pudo resistir más. Paso a paso, trató de mantenerse firme, pero su vida estaba en peligro.

“¡Cayden!”. Los ojos de Rogart estaban inyectados de sangre mientras le gritaba a Cayden con desesperación, quien estaba meditando