”¡Jaja!”.

Ella escuchó una carcajada desde fuera de su habitación tan pronto como estaba lista la comida. Donoghue entró por la puerta pavoneándose con una sonrisa en el rostro.

“Mi hermosa mujer, aquí estoy”.

¿Mmm? Tan pronto como entró y vio la mesa llena de vino y comida, Donoghue sonrió rígidamente, estaba sorprendido.

‘¿Qué está pasando? ¿Por qué hay tantos platillos y vino?’.

“¡Su Majestad!”. Yumi forzó una sonrisa, caminó hacia al frente y acercó gentilmente una silla para Donoghue. “Su Majestad, he preparado esta comida especialmente para usted. Ha trabajado duro por el continente, así que quise cocinar algunos platillos y tomar unas copas con usted”. Yumi tenía una mirada tímida en su rostro.

“Pensé en lo que dijo durante el día, y creo que tiene razón. Así que, quiero quedarme aquí en el palacio y servirte”.

Donoghue se rio entre dientes. Se llenó de alegría tras escucharlo. Tomó la mano de Yumi y la arrastró a sus brazos.

Él sonrió y dijo: “¡Eso es genial! Sa