Capítulo 1026
Se pusieron serias Rosalía y la señora Vargas: no querían ir a la cárcel.

Rosalía miró inconscientemente al Presidente y dijo, —Yo soy la diferente.

La señora Vargas se mofó, —qué diferencia tienes, eres una hija bastarda.

Luisa cogió inmediatamente el brazo del presidente y le dijo, —Papá, vámonos al hospital, si te deja una cicatriz, el mundo exterior volverá a rumorear.

El presidente no dijo nada más tras oír esto, al fin y al cabo, este asunto no era conveniente tratarlo en ese momento, así que siguió los pasos de Luisa salir de la sala privada.

Rosalía, como le dolía la espalda, ¡había pensado que buscaría justicia su padre por ella!

Rosalía miró con fiereza a la señora Vargas y le dijo, —me acordaré de esta deuda, nunca te dejaré marchar, ya veremos.

Después, Rosalía salió corriendo.

Después de todo, tenía seguir al Presidente al hospital para recibir tratamiento, y este era el momento perfecto para mostrarle su miseria y ganar simpatía.

En cuanto a la señora Vargas, tendría much
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