.Jacob y Alessia se divirtieron mucho en el carrusel, montando en los caballitos de madera y recordando sus infancias. Luego se dirigieron a otra atracción: el tiro al blanco. Jacob le dijo a Alessia que le iba a ganar un peluche con su puntería.Vamos a ver si eres tan bueno como dices, Jacob. A ver si me ganas un peluche bonito. -le dijo Alessia, retándolo.No te preocupes, bonita. Te voy a ganar el peluche más bonito de todos. Solo tienes que elegir el que más te guste. -le dijo Jacob, confiado.Bueno, pues me gusta ese oso panda que está allá arriba. Es muy tierno y suave. -le dijo Alessia, señalando el peluche.Entonces, ese oso panda será tuyo. Solo dame una oportunidad y lo conseguiré. -le dijo Jacob, determinado.Jacob se acercó al puesto del tiro al blanco y le pagó al encargado por una ronda de disparos. Tomó una pistola de aire comprimido y apuntó al oso panda. Disparó tres veces y acertó en el blanco las tres veces.¡Lo logré! ¡Te gané el oso panda, Alessia! -exclamó Jaco
-Bien, ahora dame a la chica-espeta Luis con una sonrisa. Jacob lo mira con una ceja alzada y toma la mano de Alessia con fuerza.-Sobre mi cadáver-susurra Jacob con advertencia. Luis se ríe con malicia y toma a Alessia con fuerza para tenerla a su lado y amenaza a Jacob. -Si te acercas me la llevaré a donde jamás podrás encontrarla. -¡Sueltame!-chilla Alessia llorando y mira a Jacob aterrada. -¡DÉJALA EN PAZ, IDIOTA! NO LA TOQUES.-¿Y quién va a impedirlo? -¡Yo!Todos miran en dirección de la voz y se dan cuenta de que se trata de Carlos, el mismo mesero que los había atendido en el restaurante y Alessia se sorprende. -¡Sueltala, ladrón!Carlos se acerca corriendo hacia Luis y le da un puñetazo en la cara, haciendo que suelte a Alessia. Jacob aprovecha la oportunidad y abraza a Alessia, protegiéndola de Luis.-¿Estás bien, amor?-le pregunta Jacob con preocupación.-Sí, gracias a ti y a Carlos-le responde Alessia con alivio.-¿Carlos? ¿Qué haces aquí?-pregunta Jacob sorprendido.
Jacob y Alessia deciden ir al restaurante El Mirador, pensando que es un lugar elegante y caro. Se visten con sus mejores ropas y toman un taxi. Por el camino, se sienten emocionados y nerviosos por su cena romántica.-¿Qué te pondrás para la cena?-le pregunta Jacob a Alessia.-Un vestido rojo que me compré hace poco-dice Alessia con ilusión-. Es muy bonito y me queda muy bien.-Estoy seguro de que te verás hermosa-dice Jacob con admiración-. Yo me pondré un traje negro que me regaló mi padre. Es muy elegante y me queda muy bien.-Estoy seguro de que te verás guapo-dice Alessia con coquetería-. Me encanta cómo te ves con traje.Jacob y Alessia se miran con amor y se besan. Luego llegan al edificio donde está el restaurante. Se bajan del taxi y entran al lobby. Allí ven un letrero que dice El Mirador y una flecha que indica el ascensor. Siguen la señal y suben al ascensor. Presionan el botón del último piso, donde supuestamente está el restaurante.-Me pregunto cómo será el restaurante
Los policías llevan a Alessia y Jacob al hospital, donde les hacen un chequeo médico. Les revisan las heridas, les limpian las quemaduras, les dan oxígeno y les hacen unos análisis. Les dicen que no tienen nada grave, pero que deben quedarse en observación por unas horas.-¿Cómo se sienten?-les pregunta uno de los policías que los acompaña.-Me siento mejor-dice Jacob con una sonrisa-. Gracias por traernos aquí.-Yo también me siento mejor-dice Alessia con otra sonrisa-. Gracias por cuidarnos.-No hay de qué-dice el policía con amabilidad-. Es nuestro deber. Estamos aquí para protegerlos.-¿Y qué pasó con Carlos?-pregunta Jacob con curiosidad.-Pues, tenemos malas noticias-dice el policía con seriedad-. Carlos logró escapar del fuego.-¿Qué?-pregunta Alessia con sorpresa-. ¿Cómo lo hizo?-Pues, resulta que había otra salida en el último piso-dice el policía con frustración-. Una salida que nosotros no conocíamos. Carlos la usó para huir y bajar por las escaleras. Luego tomó un auto y s
Los policías llevan a Alessia y Jacob al hospital, donde les hacen un chequeo médico. Les revisan las heridas, les limpian las quemaduras, les dan oxígeno y les hacen unos análisis. Les dicen que no tienen nada grave, pero que deben quedarse en observación por unas horas.-¿Cómo se sienten?-les pregunta uno de los policías que los acompaña.-Me siento mejor-dice Jacob con una sonrisa-. Gracias por traernos aquí.-Yo también me siento mejor-dice Alessia con otra sonrisa-. Gracias por cuidarnos.-No hay de qué-dice el policía con amabilidad-. Es nuestro deber. Estamos aquí para protegerlos.-¿Y qué pasó con Carlos?-pregunta Jacob con curiosidad.-Pues, tenemos malas noticias-dice el policía con seriedad-. Carlos logró escapar del fuego.-¿Qué?-pregunta Alessia con sorpresa-. ¿Cómo lo hizo?-Pues, resulta que había otra salida en el último piso-dice el policía con frustración-. Una salida que nosotros no conocíamos. Carlos la usó para huir y bajar por las escaleras. Luego tomó un auto y
María les muestra una caja grande envuelta en papel de regalo. Les dice que es un regalo para ellos y que lo abran juntos.-Vamos, ábranlo-dice María animándolos-. No sean tímidos.Jacob y Alessia abren el regalo y se quedan boquiabiertos al ver lo que hay dentro. Es una foto enmarcada de la ex esposa de Jacob. La foto es grande y antigua, y muestra a Jacob abrazado a una mujer rubia y sonriente. En la parte inferior de la foto hay una placa dorada que dice “Jacob y Laura, para siempre juntos”.-¿Qué es esto?-pregunta Jacob incrédulo.-Es una foto-dice María con una sonrisa falsa-. Una foto muy bonita. De tu ex esposa.-¿Mi ex esposa?-pregunta Jacob con asombro.-Sí, tu ex esposa-dice María con cinismo-. ¿No la recuerdas? Se llama Laura. Fue tu primer amor. Tu primer matrimonio.-Sí, la recuerdo-dice Jacob lleno de confusion-. Pero no entiendo. ¿Por qué me das esta foto?-Porque es un regalo-dice María con falsedad-. Un regalo de mi parte. Para que no la olvides.-¿Para que no la olvid
Al día siguiente, Jacob y Alessia se preparan para ir a almorzar con María. Están nerviosos y temerosos por el comportamiento de María. No saben qué esperar de ella.-No sé si deberíamos ir-dice Jacob con duda-. Tal vez sea una pérdida de tiempo.-No podemos faltar-dice Alessia con resignación-. Sería una falta de respeto. Además, quizás esta vez sea diferente. Quizás esta vez nos acepte y nos apoye.-Ojalá tengas razón-dice Jacob con esperanza-. Pero lo dudo mucho. Mi madre es muy terca y orgullosa. No creo que cambie de opinión tan fácilmente.-Bueno, hay que intentarlo-dice Alessia con optimismo-. Por lo menos, por nosotros mismos. Por nuestro amor.-Sí, tienes razón-dice Jacob con cariño-. Por nuestro amor.Se besan y se abrazan y salen de la casa. Toman un taxi y se dirigen a la casa de María. Durante el camino, van conversando sobre temas triviales para distraerse y relajarse. Llegan a la casa de María y tocan el timbre. María les abre la puerta y los recibe con una mirada fría.
-No queremos escuchar nada más-dice Jacob con determinación-. No queremos saber nada más. No queremos quedarnos ni un minuto más.-¿Qué?-pregunta María con desconcierto.-Sí, eso mismo-dice Alessia con resolución-. No queremos escuchar nada más. No queremos saber nada más. No queremos quedarnos ni un minuto más.-Pero, hijos-dice María con desesperación-. No se vayan así. No me dejen así. No me hagan esto.-Sí, nos vamos así-dice Jacob con firmeza-. Sí, la dejamos así. Sí, le hacemos esto.-Pero, ¿por qué?-pregunta María con angustia.-Porque usted no nos quiere-dice Alessia con claridad-. Porque usted no nos respeta. Porque usted no nos merece.-No, no es verdad-dice María con negación-. Yo los quiero mucho. Yo los respeto mucho. Yo los merezco mucho.-No, no es verdad-dice Jacob con certeza-. Usted no nos quiere nada. Usted no nos respeta nada. Usted no nos merece nada.-Por favor, hijos-dice María con súplica-. Por favor, no se vayan. Por favor, quédense conmigo. Por favor, cásense