—No puedo creerlo, ¿de verdad te acostaste con él?—casi gritó Annie con la boca demasiado abierta y suelta una carcajada. —¡No, escucha! No me acosté con él, pero tuvimos algo...—susurra avergonzada. No hay nada peor que contarle a su mejor amiga que después de haber planeado todo su plan de venganza contra su ex, ahora resulta que casi se acuesta con él. ¿Y qué puede ser peor que eso? Que el ni siquiera sepa que casi se acuesta con su ex mujer. De verdad la cirugía plástica hizo un excelente trabajo para que nadie pudiera reconocerla. —¿Qué quieres decir con que tuviste algo? ¿Qué tipo de algo?—insiste Annie, cada vez más curiosa y escandalizada.—Bueno, verás…—empieza a explicar ella, pero se interrumpe cuando suena su celular. Mira la pantalla y se pone pálida. Es Paul...—¿Quién es?—pregunta Annie, tratando de ver el nombre del contacto.—Nadie, nadie…—dice ella, nerviosa, y rechaza la llamada. Pero el celular vuelve a sonar. Y otra vez. Y otra más.—¿Qué pasa? ¿Por qué no con
—Salud, preciosa—Jacob choca su copa de vino con la de Alessia y ella sonríe tiernamente para corresponderle. El sonido de la música es bajo pero calmado, nada de esa música a todo volumen que ni siquiera permite que hablen. Disfruta mucho de los lugares así, calmados, tranquilos, sin interrupciones. —Salud... —Háblame más de ti—empieza Jacob y se toca el cabello para peinarse—. Eres alguien muy interesante... sé que tienes muchas cosas para contar. Alessia de inmediato siente nervios incesantes, recordar lo de Paul la tiene algo inestable emocionalmente. Así que cualquier cosa que le recuerde a esa noche la pone aun más nerviosa y ansiosa. —Bueno, yo... no lo sé—ríe nuevamente nerviosa—. Pregúntame lo que quieras. —Mmm, ¿cuál es tu color favorito?—le pregunta y Alessia lo mira incrédula. —¿Qué? Es lo típico que se pregunta en la citas. —Blanco. —¿Película favorita? —Todas las peliculas de Rápidos y Furiosos. Jacob sonríe abiertamente. —¿Sigues enamorada de tu ex?¡Qué pre
Permaneció unos segundos pensativo, hacía tiempo que no veía estas fotos. ¿Por qué alguien las rompería? Todas las fotos las tenía guardadas, ni siquiera Haley sabía donde las tenía, ¿quién habría podido encontrarlas tan facilmente? Echó un vistazo hacia la ventana del cuarto de Alessia otra vez, la habitación queda en el segundo piso, era imposible ver hacia dentro. Así que bufó decepcionado, pero de inmediato vio que a un lado estaba una escalera y una brillante idea se le vino a la mente. Una típica idea que solo se le podría ocurrir a un adolescente hormonal, pero es como dicen, en el fondo, siempre llevaremos una parte de nuestro niño interior y adolescente, a pesar de la edad que tengamos. Paul primero entra a la casa con cautela, sabe que no hay nadie en casa, Alessia salió desde muy temprano y no ha regresado, y Haley salió con las niñas al parque de diversiones (si, desde que se enteró de su embarazo, ha estado conviviendo más con las pequeñas) pero no hay nada de malo con
Paul había cometido muchos errores a lo largo de su vida, pero quizás, podía existir la mínima posibilidad de que cambiara, ¿cierto? Sin embargo, ha estado jugando con dos mujeres a la vez. Haley, Alessia o como él la conoce, Mariah... ¿Qué decisión debe tomar? (...) -Sé que dije que vendría a verte pronto, y me he tardado demasiado pero tuve algunos pendientes que terminar-dice Alessia mirando a través de las barras de metal al hombre de los tatuajes-. Pero quiero respuestas... y sé que tú podrás darme algunas. El hombre la mira y rueda los ojos con algo de fastidio. Pero aun así, permanece tranquilo, escuchando cada palabra que sale de la boca de Alessia. -Deberías irte, chiquita... este no es un lugar para niñas como tú-responde tajante y ella sonríe con ironía. -Querido, tú eres quien tiene las de perder aquí, ¿o es que todavía no te das cuenta del aprieto en el que estás?-suelta una carcajada que incluso puede llegar a causar escalofríos, pero a alguien normal. A una person
Alessia y Paul corren a todo lo que dan sus pies, sin siquiera mirar atrás para escapar de una posible golpiza o incluso, algo mucho peor.—¡Tras ellos!—grita la mujer espeluznante con desesperación. Ambos escuchan los pasos acelerados y pesados de los hombres que los persiguen, pero aún así no se detienen en ningún momento. —¡Paul!—Alessia grita con todas sus fuerzas. Está asustada en todo el sentido de la palabra. Paul la mira de reojo con el rostro angustiado y le toma de la mano para tranquilizarla y continuar corriendo. Él sabe a donde podrán ir para estar más seguros, pero ella no lo sabe, solo se deja llevar, se siente resguardada a su lado. Algo dentro de sí misma le hace sentir que él no la abandonará a su suerte, y tampoco la tirará a la boca del lobo. Finalmente después de tanto correr, Paul logró perder de vista a ambos sujetos, Alessia ni siquiera se fijó del todo en las cosas que él hizo para poder esconderse, solamente se dejó guiar con el corazón casi saliendo se d
-¿Entonces se conocieron en la escuela? Ya era de madrugada. Alessia y Paul no habían salido del refugio. Simplemente habían decidido pasar la noche allí. El miedo de que esas personas todavía estuvieran fuera y deambulando con esas armas intimidantes, les causaba un terror inmenso. Así que prefirieron esperar hasta el día siguiente para partir a primera hora de la mañana. -Así es, nos conocimos cuando teníamos 15 años. Eramos muy jóvenes. Paul está contando su historia con Alessia, y por supuesto, ella debe fingir que no sabe absolutamente nada, pero recuerda cada detalle como si hubiera sido ayer. El fue el amor más grande y único en su vida, ¿quién podría reemplazarlo? Ni siquiera mil hombres podrían hacer olvidar la historia de amor más grande y maravillosa de todas. Para ella todo era un amor perfecto, el hombre que toda mujer podría desear. Era un amor de ensueño, que quizás solo existió en su mente... -Queríamos llevarnos al mundo por delante. Solo existíamos ella y yo...-
-Te odio Haley, te odio... hiciste que Paul me odiara, me metiste a la carcel, ¡¿qué carajos haces aquí?! Solo para fastidiarme y restregar en mi cara que estoy encerrado y que tú ganaste, ¿no? Por Dios... no tienes límites. Haley está en la cárcel, observando a James a través de las barras de metal que lo encarcelan. Ya tiene 5 meses desde que fue arrestado y Haley en todo ese tiempo no lo había visitado ni una sola vez, pero ahora... quería molestarlo un poco, o mejor dicho, tenía un nuevo plan maestro. Y de nuevo, su plan era utilizarlo a como de lugar, sin importar sus sentimientos. -Oh, mi amor-Haley cambia su voz a una tierna y lo mira con ojos de arrepentimiento-. Te pido que me perdones, ¡no sé que fue lo que pasó! Haley comienza a sollozar como lo hace de costumbre cada vez que necesita salirse con la suya, pero aún así, el resentimiento de James no parece perturbado por su falsa actuación. ¿O tal vez...? -Tienes que creerme, yo no quería entregarte, ¡pero Paul había desc
Baja el arma y nadie saldrá herido, muchacho. -¡No bajaré nada! ¡Nosotros no hemos hecho nada como para que ustedes invadan mi propiedad!-exclama Paul con irritación a la mujer y ella suspira de cansancio. -Carolina... vamos, tenemos cosas más importantes que hacer. Uno de los hombres de atrás finalmente había revelado el nombre de la mujer de carácter agresivo, y le estaba insistiendo para que se fueran, ya llevaban más de 1 hora intentando convencer a Paul de que baje el arma pero él no se ve afectado por ello y continúa negándose. -No me ire a ninguna parte, si ustedes quieren irse, ¡largo!-la mujer exclama con frustración y rueda los ojos- Estoy harta de ustedes dos, ya dame el arma de una perra vez-de un momento a otro, la mujer le arrebata el arma de las manos a Paul y lo apunta con ella, suelta una sonora y larga carcajada de satisfacción por haber logrado lo que tanto quería. Esta vez, Paul levanta las manos en señal de rendición y le echa un vistazo a Alessia con el ros