POV ALESSIA

El rostro furioso pero a la vez calmado de Paul me tenía los pelos de punta. Saber que él vio el papel que yo cargaba en mi maleta con la copia de mi propia credencial me había dado un vuelco en el corazón. Pero debía permanecer en calma y extrema relajación sino quería levantar ninguna sospecha. El más mínimo paso en falso o la más mínima palabra equivocada podría desencadenar una serie de problemas que no estaba dispuesta a enfrentar todavía. Estaba en pánico total, pero por fuera, era como un chiste para mi su reacción.

-No estoy mintiendo-le digo con una fingida seguridad-. Esa es la verdad, y es lo único que tengo para decirte, ahora, te pido por favor... que dejes de molestarme.

Vaya que si tenía ovarios, y muy bien puestos, pero era tarde para arrepentimientos o para hablar como sumisa. Es hora de que comience a darse cuenta de la clase de persona con la que está tratando.

-¿Qué no te moleste? ¿Le llamas a esto molestar? Por Dios, tiene una fotocopia de la crede