Allie

—¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí?—pregunto fingiendo valentía aunque por dentro muero de miedo.

Negó con la cabeza.

—¿Que quieres de mí?

Silencio. Solo una sonrisa siniestra que logra desatar la desesperación en mí.

—¡Suéltame! ¡Auxilio!—comienzo a agitarme en la silla con miedo y desesperación.

—¡Cállate!—grita con fuerza.

Me callo al instante por temor a que utilizara la fuerza física en contra de mi. En ocasiones es preferible callar aunque por dentro se quiera estallar, gritar y patalear, y con aún más razón si nuestra vida depende de ello, como me está sucediendo justo ahora.

—Así me gusta—se acerca a pasos lentos y mi pulso se acelera.

Por Dios, ¿qué me hará?

–¿Por qué me haces ésto? No te he hecho nada.

Su sonrisa es intercambiada por una mueca de incredulidad, como si no pudiera creer lo que acabo de decir.

–Linda, ya te dije que no te tomes las cosas taaaan personales. Solo sigo órdenes.

Enarco una ceja en su dirección sin comprenderlo.

–Me drogaste, me traji