POV JACOB-¿Y por qué no la traes aquí?-le sugiero en un disimulado intento para que le traiga y que yo también pueda verla. Quiero ver a ambos niños, les he tomado mucho cariño y no quiero que sufran. -Haley no...-susurra para si mismo con amargura y luego niega con la cabeza-. No puedo traerla, no puedo estar aquí mucho tiempo y no podré cuidar de ella. -Yo la cuidaré-me apresuro a responder-. Puedo cuidarla, ya me conoce y...-No-se niega rotundamente pero antes de que pueda seguir hablando continúo:-Entiendo que no nos llevamos de maravilla pero... ¿y por ella? ¿No podríamos intentarlo?
POV JACOB -Mira... no lo sé, no te conozco muy bien y no creo poder confiar en ti para dejarte a mi hija así como así, lo siento. Suelto un suspiro por su comentario tan desalentador, y aunque una pequeña parte de mi puede entender su posición, otra parte se siente realmente ofendida. ¡Llevo meses conviviendo con su hija! ¿Y no puede confiar en mí? Por favor...-¿Es eso o por qué te dan celos?-le pregunto de repente y él me mira sin entender-. Se que sientes algo por... Mariah. Abre los ojos de par en par. -Claro que no-exclama ofendido.
POV JACOB -He visto como la miras-aclaro mirándolo fijamente-. y sé que la forma en la que miras es porque sientes algo más que solo una relación profesional. De inmediato Paul se pone nervioso e intenta escapar de mi pero lo intercepto. -En estos momentos lo que menos me importa son tus sentimientos por ella-le digo con firmeza-. Me importa esa niña, ¿está bien? Mariah le ha tomado un cariño enorme y yo... también. Paul se sorprende ante mis palabras pero guarda silencio. -Por favor. Es muy importante para ella. Paul mira la puerta de la habitación y suspira, en modo de rendición. -La traere hoy en la tarde.
POV JACOB Paul finalmente accede a traer a Amelia al hospital para que pueda ver a Alessia. Lograr aquello fue como tener un grano en el trasero, ¡es un hombre demasiado terco! Aunque no puedo quejarme mucho. Yo soy exactamente igual que él. Estoy muy feliz de que halla accedido a traer a esa pequeña revoltosa, ojalá pudiera decirle que traiga a Alex pero eso será casi imposible. Tendré que traerlo yo mismo pero la gran pregunta es... ¿cómo? Después podré pensar en ello. Ahora mismo solamente quiero ver a Alessia, quiero escucharla hablar, quiero oír su risa y sus chistes malos... quiero sentir sus manos suaves y mirar esos ojos tan brillantes. No puedo parar de pensar en ella. Y en que... ¡los doctores todavía no han salido a decirme absolutamente nada de ella! Y ya comienzo a preocuparme un poco. Pero trato de mentalizarme de que todo estará bien y de que ella pronto podrá salir de ahí. Y como si el cielo hubiera escuchado mis plegarias, un doctor sale de la habitación para dar
POV ALESSIAMiro a Jacob con ternura y pongo una mano en su mejilla que lo toma por sorpresa. -No fue tu culpa, Jacob. Fue un accidente, nadie lo pudo evitar. No te culpes por algo que no controlabas-le digo con voz dulce.-Sí, sí que fue mi culpa-suspira con fuerza, como si hubiera estado guardando desde hacía mucho ese largo suspiro-. Si no hubiera sido tan terco y orgulloso, si te hubiera escuchado, si hubiera frenado a tiempo…-se lamenta Jacob en voz baja, casi como en un susurro. -No digas eso, Jacob. No sabes lo que hubiera pasado si hubieras hecho otra cosa. Tal vez hubiera sido peor. Tal vez no estaríamos aquí ahora. Tal vez no tendríamos esta oportunidad de hablar y arreglar las cosas-le digo mirándolo con amor.-¿Arreglar las cosas? ¡Es que no hubiera habido nada que arreglar si esto no hubora pasado! replica Jacob, con un tono de obviedad. Ruedo los ojos divertida y muerdo mi labio inferior con fuerza para reprimir las ganas de golpearlo en la cabeza.-Jacob, te amo-admi
POV JACOB Ya habían pasado unos días desde el accidente. Alessia se estaba recuperando y yo había podido volver a mi vida normal, sin embargo, había algo que todavía me preocupaba.Y es el hecho de Alessia continúa metida en aquella casa, y todavía no entiendo porque aferrarse con tanto afán a esa estúpida mansión, ¡una mansión donde hay fortuna pero escasez de cerebro y empatía! La esposa de Paul continúa molestando a Alessia en cada oportunidad que le presenta la vida, pero Alessia no parece molestarse por ello y realmente no entiendo como es que puede guardar la calma en un momento así. Un día, decidí visitarla en la mansión, para ver cómo estaba y si necesitaba algo. Teníamos varios días sin vernos y eso me tenía un poco triste. Sabía que era por qué desde que llegó Haley no ha parado de darle ordenes y más ordenes como si fuese una niña, pero al parecer, Alessia seguía sin ponerle ningún límite a esa mujer. Llamé al timbre y esperé a que alguien me abriera. Para mi sorpresa, f
Alessia era la típica chica incomprendida de su familia. Aquella oveja negra que, sin importar sus ideas o creatividad, era rechazada infinidades de veces por su familia. A pesar de las críticas carentes de sentido o sensibilidad, siempre fue una niña muy alegre. Sus dolencias y sufrimientos más recónditos los esconde bajo su almohada, lloraba por las noches sin cesar mientras escuchaba las crueles palabras de sus padres, a quienes amaba con todo su alma... a pesar de sus hirientes comentarios que se clavaban como dagas muy afiladas en lo profundo de su corazón."Es una niña muy ordinaria. Todo el tiempo quiere hacer lo que quiere sin importar nada, no la entiendo, nunca he logrado entenderla pero ni un poquito. Es tan complicado su cerebro" Una lágrima sola recorre la mejilla de Alessia, la limpia con el dorso de su mano en un intento de sentirse menos abatida, sin embargo cualquier intento que haga es como una lucha en vano. Aplana sus labios con impotencia, y aprieta sus puños.¿C
Un nuevo día, un nuevo comienzo. Cada día al despertar Haley tiene la vaga esperanza de que será un día mejor, a veces lo es, a veces no tanto. Con mucha pereza se levanta de la cama, mira la hora en su reloj de mesa. 7:00 AM en punto. Es hora de alistarse para la secundaria. Toma una larga ducha con agua tibia y ya que tiene unos largos minutos para quedarse pensando en trivialidades mientras se ducha, me tomaré el atrevimiento de contarte algunas cosas de su vida que quizás te gustaría saber. Hablemos de sus padres. Se conocieron cuando ella tenía veintitrés y el cuarenta y cinco. Si, una enorme diferencia de edad, pero como dicen, para el amor no existe la edad. Al mes de haberse conocido se fueron a vivir juntos —una completa locura— su madre era analista de ventas en una compañía y por otro lado su padre era mecánico automotriz. ¿Cómo se conocieron? El auto de su madre se averió y lo llevó a reparar y justamente en el mismo taller mecánico donde trabajaba su padre. Se gustaro