Capítulo 2

"¿Lo de siempre?" Vanessa, la chica que atendía el mostrador preguntó, sonriendo mientras sostenía una bolsa de papel. Tenía un piercing en la esquina del labio y eso era realmente cool, a Dominic siempre le gustaron, pero los tatuajes siempre fueron su fuerte. Ella caminó por la parte trasera del mostrador hacia la vitrina en dónde estaban los postres. "Dustin, el chico nuevo, está practicando," ella susurró señalando una bandeja en específico. "Puedes probarlos, si no te gustan, te regresaremos el dinero."

Inhalando profundamente, Dominic asintió. "Dame tres de esos. Dos bollos de miel, y también una media docena de las donas con chispas."

Vanessa asintió con una sonrisa entusiasta. "¿Algo para beber?"

"Un latte regular, sería genial."

"En un momento tengo tu orden." Ella anotó todo antes de  dirigirse a la parte trasera.

Dominic se hizo a un lado, dejando pasar al sujeto detrás de sí y continuó mirando la vitrina. Había todo tipo de postres, de todos los sabores, panes, galletas... Dominic se mordió el labio para evitar gemir y comenzar a babear sobre el piso. Ya había notado que todos los dulces estaban haciendo su camino en su cuerpo, podía sentir que había perdido definición en su abdomen, pero en todo caso era la culpa del panadero, así que decidió comenzar a reducir sus porciones un poco. Antes habría comido una docena de donas enteras. ¿O puedo solo salir a correr más?

Hubo un tirón en su chaqueta. Lentamente se giró y miró al chico con abundante cabello rizado de color castaño, un par de curiosos ojos verdes pálidos. Tenía sus gruesos labios rojos separados mirando a Dominic fijamente, sin decir una palabra. Santa m****a, él es lindo. Se giró por completo, dándose cuenta de que él todavía no dejaba ir su chaqueta. Sonrió hacia el lindo chico.

"Hey, tú." Le dio una abierta mirada desde la los pies hasta la cabeza. Era apenas un poco más bajo que él, con piel blanca que hacía que sus labios resaltaran. Usaba unos ajustados jeans que le daban forma a sus bonitas y formadas piernas. Dulce bebé, Dominic estaba más que intrigado por saber quién era la belleza parada frente a él. "Mi nombre es Dominic, pero puedes llamarme como quieras."

"Mi compañero," el chico susurró apenas audible. Parpadeó y se humedeció los labios con la punta de la lengua, dando un paso más cerca de él. 

Dominic miró con cuidado sus labios rojos y brillantes antes de levantar la vista a sus muy expresivos ojos verdes. Sacudió la cabeza y frunció el ceño. "¿Comp-?" Se inclinó cerca de él, inhalando profundamente sintiendo que una calidez lo llenaba desde adentro. Su oso se regodeó en el aroma, gruñendo, deseando estar más cerca de él. "Oh, Dios." Levantó la cabeza, recordando que estaban todavía en la panadería. Tomó la muñeca del chico y lo llevó a la última mesa, donde podían tener más privacidad. "¿Cómo te llamas?"

"Calvin," murmuró rápidamente, sonriendo abiertamente. Dominic sintió que su corazón dio un salto. Esa era la sonrisa más bonita que había visto en toda su vida. Calvin levantó una mano y apartó los mechones de su cara. "Yo-yo te olí en cuanto entré." 

"Tengo tantas preguntas ahora mismo," dijo, mirándolo fijamente. Calvin también lo hacía, tímidamente, sus ojos estudiaban a Dominic. "Espera, ¿vives en el pueblo?"

Calvin asintió. "Me mudé hace un mes. ¿Tú?"

"Sí, vivo aquí. Desde hace mucho tiempo." Se reclinó a su silla y lo miró. "Esta tiene que ser la coincidencia más extraña del mundo," dijo antes de ponerse de pie y pararse a su lado. "¿Te gustaría tomar o comer algo?" Sonrió, mirando el enrojecido rostro de su compañero. Era adorable. Contrólate, se dijo a sí mismo. Tanto como quería saltar encima de su compañero... conejito, tenían que conocerse antes. A menos que Calvin pensara otra cosa, en ese caso, podría ser flexible. "O podemos ir a otro lugar, donde te sientas cómodo." Por el rabillo de ojo vio a Vanessa hondear la mano en el aire con su pedido. 

"Un café estará bien." Los ojos de Calvin saltaron de él hacia las demás personas del lugar, como si estuviera preocupado por algo. "Podemos ir a mi apartamento, si eso está bien." Se puso de pie y volvió a revisar el lugar antes de dar un paso más cerca de él. Dominic lo miró con curiosidad cuando Calvin tentativamente tocó su brazo y dio un paso atrás. "Lo siento, lo siento."

"Está bien," dijo y tomó la mano de su compañero dentro de la suya, sonriendo hacia él. "Puedes hacerlo. Me gusta."

"Oh, wow." Las mejillas de Calvin se pintaron de un profundo color rojo cuando estiró la otra mano y palmeó el pecho de Dominic mientras masticaba el regordete labio inferior. Dominic lo dejó hacerlo tanto como Calvin quiso. Iba a darle todo el tiempo que quisiera cuando ambos estuvieran desnudos y calientes dentro de su cama. Con el tiempo...

Sostuvo su mano todo el camino hasta el mostrador, donde recogió sus cosas y pidió un café para llevar. Calvin se mordía el labio inferior nerviosamente, casi escondido por completo detrás de su espalda. Dominic tuvo que sonreír, su compañero era misteriosamente adorable. Quería sujetarlo apretadamente contra su pecho y nunca dejarlo ir, también quería arrancar toda su ropa y lamerlo lentamente. Golpeó con el pie el suelo, esperando por el café, sintiendo la calidez de Calvin contra su espalda, además del picante aroma en el aire que estaba poniendo su sangre caliente. El conejito lo quería tanto como él lo hacía. 

Cuando Vanessa regresó con el vaso de café, Dominic lanzó un billete de veinte y salió disparado del lugar. "¿Cómo llegaste aquí, dulce conejito?" preguntó cuando salieron. Se detuvo frente a su Harley y le tendió su café. 

"Dulce con-" Calvin sacudió la cabeza, sosteniendo el vaso con ambas manos. "Caminé. Quería explorar el pueblo." Sus bonitos ojos fueron hacia la Harley y luego hacia Dominic. Parpadeó y luego tragó con fuerza. "¿Es-es tuya?"

"Sip." Subió la bolsa y su café en la pequeña caja en su moto antes girarse, se sentó sobre ella y estiró las piernas mirando a su compañero. "Te prometo que no caerás."

"Yo- Jamás subí a una." Tomó un sorbo del café y se quedó allí, meciéndose en sus pies. Dios, Dominic estaba enamorado, era tan bonito. "¿No te molesta que te vean con un chico en tu espalda?"

¿Qué? Dominic entrecerró los ojos, sin comprender. Luego los abrió. Oh. "¿Te apena ser visto con un hombre?" Se cruzó de brazos y suspiró. "¿Estás en el armario?" Si era así, le daría tiempo a su compañero para que decidiera dar el salto, pero no iba a negar que le pesaba porque no podía imaginar mantener todo su cariño dentro de las cuatro paredes.

"Oh, no. No. Por supuesto que no. Tú eres demasiado guapo, además." Tropezó cuando se acercó a él, balanceando el vaso de café. "Yo- Solo preguntaba. Hay personas que no se sienten cómodas con ello."

"Está bien, entonces." Sonrió hacia él antes de estirar las manos y tomarlo de la cintura, tirando de él contra su pecho. Los ojos de Calvin se abrieron, pero no intentó separarse. "Puedo probarte justo aquí que no tengo problemas con que me vean con mi lindo conejito." Sus manos frotaron la espalda baja sobre la ropa, y sus ojos estaban fijos en los gruesos labios rojos. Su compañero tenías las mejillas rojas y una mirada curiosa, pero sus ojos brillaban. 

Calvin se rió y sacudió la cabeza, haciendo que los rebeldes rizos se mecieran con el viento. "No es necesario. ¿Te gustaría ir a mi apartamento? Podríamos tomar el almuerzo juntos. Y c-conocernos mejor."

"Me encantaría." Tomó su mano para ayudarle a subir a su motocicleta, pero su celular vibró dentro de su bolsillo. "Dame un momento." Lo sacó y miró el nombre en la pantalla antes de fruncir el ceño. ¿Por qué demonios estaba llamándolo? Había sido suficientemente claro con Daniel, nadie podía enterarse de que estaban viéndose. Maldijo  y lo volvió a guardar cuando dejó de vibrar antes de levantar la cabeza. Los claros ojos de Calvin lo miraban con curiosidad mientras se masticaba el labio inferior. "No puedo ir en este momento," dijo, levantando la mano para pasar el pulgar encima del regordete labio inferior. 

Calvin parpadeó soñadoramente hacia él antes de sacudirse y dar un paso atrás, mirando alrededor. Puso las manos detrás de la espalda y asintió. "Está bien. Po-Podemos encontrarnos luego."

"Podrías darme la dirección de tu apartamento e iré más tarde." Extendió la mano y sostuvo su mano, frotando el pulgar sobre los nudillos, viendo el rostro de Calvin ruborizarse. "Terminaré tan pronto como pueda, lo prometo."

"Sí. Seguro." Sus ojos se desviaron al regordete labio metido entre los dientes de Calvin antes de apartar la mirada y ver a sus ojos. Calvin tenía una suave sonrisa y sus ojos parecían brillar. "Podríamos intercambiar números, así puedes llamarme cuando termines."

Dominic sonrió. "Me gusta tu forma de pensar." Dejó que Calvin hiciera todo, mientras que él solo observaba con atención los hermosos detalles en su rostro. Dios, era tan bonito. Él tenía un punto débil por chicos bonitos y el destino al parecer había tomado nota porque Dominic seguía sin creer que el ángel frente a él, era su compañero. 

Lo vio alejarse mientras soltaba un suspiro. Quería ir con él y absorber de su hermosa presencia tanto como pudiera, pero Daniel... Dominic gruñó molesto mientras subía a su motocicleta. Dio la vuelta y entró al camino que daba hacia la salida del pueblo para encontrarse con él. El tipo era un juerguista, con demasiada energía para poder soportarlo, pero era extrañamente amigable y parecía estar verdaderamente dispuesto a darle información sobre los hombres. Desde que Daniel lo había encontrado espiando a los sujetos del bosque, Dominic no había podido sacárselo de encima. Pero, Daniel estaba asustado. Podía decirlo simplemente por la forma en que parecía encogerse a sí mismo cuando hablaba de las órdenes que el alcalde les daba. 

No era un mal chico, solo estaba metido en algo grande.

Cuando llegó a la salida del pueblo, se detuvo y bajó de la motocicleta. La rodó hacia dentro del bosque donde no era visible para cualquiera que entrara o saliera de North Hill. Finalmente, cuando estuvo seguro de la distancia la dejó y siguió adentrándose más hacia el bosque. Nunca le gustó la sensación pesada del lugar, era un poco tétrico, y él no era un cobarde, pero preferiría cualquier otro sitio, en vez del tétrico bosque.

Levantó la cabeza hacia el cielo e inhaló. Estaba cerca, podía oler a Daniel muy cerca. Todavía no estaba seguro de qué especie de felino era, jamás olió nada parecido, pero podía decir que era uno por el aroma. Tampoco preguntó, no había necesidad de meterse más profundo dentro de la vida del otro. Entrecerró los ojos al tiempo que se detenía cuando una rama se rompió detrás de él. Suspirando, se dio la vuelta y cruzó los brazos.

"¿Qué es lo que quieres?"

Daniel sonrió y se movió más cerca con pasos lentos. "Es bueno verte."

"Solo di qué es lo que sucede, tengo que ir a otro lugar." 

"De acuerdo, de acuerdo." Daniel apoyó la espalda contra uno de los árboles, un sonido grave escapó de su boca antes de que apretara los labios con fuerza y apartara la mirada. Luego sonrió rápidamente. "Están vigilando a algunos de tus amigos."

Dominic frunció el ceño. "¿A qué te refieres?" No estaba ignorando el hecho de que Daniel estaba lastimado, pero la mención lo distrajo. 

El shifter cabeceó con una mueca y se separó del árbol, con una mano frotando su costado. "Escuché que daban órdenes a dos guardias, y mencionaron a Ryder. No confían en él." 

"Aún no entiendo porqué haces esto." Dominic comenzó a caminar alrededor de él mientras hablaba. Vio la garganta de Daniel moverse cuando tragó con fuerza. "Se supone que estás con ellos. ¿Por qué?" 

Daniel lo miró por un largo rato antes de encogerse de hombros y sonreír ampliamente. "Quiero ayudar. Eso es todo."

"¿Te están obligando a permanecer con ellos?"

El shifter parpadeó confundido por un momento antes de sacudir la cabeza. "No... no es así. Es solo algo que debo hacer."

Dominic suspiró y se giró hacia el bosque, mirando con cuidado alrededor. "Pueden descubrirte, lo sabes, ¿no es así?" Recogió una larga rama seca y jugó con ella entre los dedos antes de volver a mirarlo. Daniel tenía la cabeza baja mientras se masticaba el labio inferior. "¿Qué le pasó a tu costado?"

"Soy terco." Rió, levemente luciendo feliz. Dominic no podía comprender al hombre. Pero era de ayuda, supuso. "En fin," Daniel suspiró y comenzó a caminar lentamente hacia el bosque, más profundo. Pero miró hacia atrás y sacudió una mano en el aire con una sonrisa. "Nos vemos luego, Dominic. Cuidad de los tuyos."

Frunció el ceño. "¿Adónde vas?"

"Tengo órdenes que seguir."

Asintiendo, Dominic comenzó a caminar hacia atrás. "Gracias por eso."

Daniel solo asintió antes de irse por el espeso bosque. De repente se sentía mal. Daniel parecía ser un buen tipo, metido en un gran lío. ¿Cómo podía ayudarle? Tomó el camino de regreso a la carretera para regresar al pueblo mientras pensaba en cómo decirle a Ryder que reforzara su guardia sin mencionar a Daniel. Eso era algo que el mismo shifter le había pedido. Mientras menos personas supieran que estaba traicionando a su equipo, podría ayudar aún más. 

Mientras empujaba su Harley hacia la entrada del pueblo, su teléfono celular vibró dentro de su bolsillo. Por un segundo pensó que sería otra vez Daniel, pero era Marcus. 

¿podrías recoger algo por mi en la estación de correos? pagaré, lo prometo :)

Sonrió mientras enviaba la respuesta y lo volvía a guardar. Marcus había terminado quedándose en casa después del incidente dentro del taller. Por unas semanas había tenido problemas para recordar cosas y había dejado de trabajar en el taller para poder sanar en su casa. Su hija, Bexley, era la niña más adorable del mundo, pero también tenía un firme carácter que Dominic adoraba. Ella era toda una guerrera y cuidaba de su padre con firmeza. Se había apegado tal vez un poco demasiado a ella. 

Regresó al pueblo rápidamente, con sus pensamientos desviándose al recuerdo de su compañero. Maldición, su corazón pareció acelerarse solo con el recuerdo de la hermosa sonrisa de Calvin. Dominic recogió el paquete a nombre de Marcus y fue a la casa del humano rápidamente para poder ir con Calvin. 

Cuando llegó a la casa de Marcus, tomó los bocadillos que había conseguido más temprano y el paquete antes de aproximarse y subir los pocos escalones del porche. Tocó el timbre una vez antes de que la puerta se abriera y los curiosos ojos de color azul miraran hacia arriba.

"¡Tío Domi!" Bex se arrojó a él, abrazándolo por la cintura apretadamente mientras sonreía. Dominic sonrió con adoración antes de inclinarse para tomarla en el brazo libre. Ella estrechó sus mejillas y sonrió. "Te extrañé."

Dominic cerró la puerta mientras entraba y le sonreía de vuelta. "También te extrañé. ¿Cómo has estado?"

"Estoy bien. Papá es quien no quiere tomar sus medicinas." Ella se cruzó de brazos y miró hacia la sala. Marcus estaba sentado en el amplio sofá usando gafas mientras leía un libro cuidadosamente. Pero levantó la cabeza hacia ellos y sonrió. "Dile que tome sus medicamentos."

"Sí." Con cuidado la bajó y le tendió la bolsa con los bocadillos. Ella rió y se fue hacia la cocina mientras que Dominic iba con Marcus. Se sentó a su lado en el sofá y le tendió el paquete. "Así que, papá, ¿por qué no estás tomando tus medicamentos?"

Marcus rió quitándose las gafas. "Gracias por esto." El humano se recostó en el sofá y dejó escapar un largo suspiro. "Los medicamentos solo me hacen sentirme pesado todo el día. Tengo que cuidar de Bex, por eso le pediré al doctor que baje mi dósis. Además sigo encargándome de la contabilidad del taller." 

"Pero necesitas sanar. Si sigues a ese paso, solo conseguirás enfermarte otra vez." Le dio una mirada antes de ver al paquete que Marcus seguía sosteniendo. "¿Está todo bien?"

Marcus cerró los ojos y se mantuvo así por un momento antes de abrirlos, parpadeó y giró la cabeza hacia él. "Jasmin quiere pelear la custodia de Bex. Cree que no puedo cuidar apropiadamente de ella."

"¿Qué? ¿Está demente? Nadie puede cuidar mejor de Bex que tú." 

"Gracias." Marcus le dio una suave palmada encima de la mano antes de tirar el paquete sobre la mesita de café. "Contraté a un abogado y está ayudándome con ello, tenemos grandes esperanzas, así que no quiero preocuparme tanto por eso." Se sentó derecho y estiró el cuello. "¿Qué hay de ti? Ha pasado un tiempo desde que nos vimos. ¿Te ofrezco algo para tomar?"

Cuando movió la cabeza hacia el otro lado de la sala, Dominic notó la herida en la cabeza donde todavía seguía creciendo el cabello. Marcus no podía recordar una sola cosa de ese día y estaba muy confundido cuando despertó en el hospital pero todos dijeron que había sido un intento de robo. Todavía no tenían un pista de quienes habían sido los atacantes, pero algo le decía que era el equipo del alcalde. No podía evitar la molestia que lo llenaba cada vez que pensaba en ello.

"De hecho... tengo que irme." Se aclaró la garganta y se puso de pie.

Marcus le dio una mirada curiosa antes de sonreír y levantar las cejas. "¿Algo que decir, Dominic?"

Se rió nerviosamente mientras se frotaba el cuello. 

"Yo.. Tal vez, sí."

"¿Está esperando por ti?" Marcus sonrió divertido cruzándose de brazos a la vez que los pasos de Bex acercaban de prisa. Cuando asintió, Marcus levantó un pulgar. "Entonces ve, Romeo."

Hubo un tirón en la parte trasera de su pantalón. "¿Ya te vas, tío?"

Bex tenía pequeños trozos de harina alrededor de la boca y una triste expresión en sus enormes ojos de cachorro. 

"Tengo que irme, princesa. Pero prometo que vendré más seguido." Se puso de cuclillas para abrazarla y despedirse. "Cuida de tu papá, ¿sí?"

Bex asintió sonriendo adorablemente con la cola de caballo meciéndose en el aire. 

Se despidió por última vez de Marcus antes de salir con el corazón agitándose con cada paso. Revisó la dirección que Calvin había anotado y supuso en unos quince minutos podría estar allí si se apresuraba. Subió a su Harley y la encendió cuando su celular sonó. 

¿Hoy es el día de todos llamen a Dominic?

"Maldición," murmuró, todavía sentado encima de la motocicleta cuando vio el nombre de Ryder en la pantalla. "Jefe," dijo cuando contestó.

"Dominic, los necesito a todos en casa."

Suspirando, Dominic asintió. "En un momento estaré allí."

"Es importante."

"Lo tienes, Jefe."

Ryder cerró y Dominic revisó la hora. Eran cerca de las cinco de la tarde. El tiempo había pasado volando. ¿Tal vez podía estar libre para llevar la cena? Gimió mientras salía hacia la casa justo por encima del límite de velocidad. Quería ir con su compañero. Estaba a punto de hacer una rabieta en cualquier momento. Cuando llegó, estacionó y corrió todo el camino hasta que estuvo dentro. 

Ryder, Logan, y Heath estaban parados en el medio de la sala, conversando agitadamente. Ninguno de los compañeros estaba a la vista, ni Theo. "¿Qué sucede?"

Ryder suspiró mientras se cruzaba de brazos. "Encontraron a uno de los zorros muerto en su territorio." Ryder apretó la mandíbula, sus ojos luciendo sin emoción mientras hablaba. "No tenía heridas graves aparte de golpes, pero al parecer le inyectaron algo en el cuello hasta que dejó de respirar."

"Los zorros no están pasando por un buen momento ahora," Logan dijo en voz baja. "Hay rumores de que el título de alfa está siendo retado por Jaxon."

Heath parpadeó hacia Logan. "Pero, Jaxon es el hijo..."

"Del alfa," Dominic terminó por él. Jodida m****a. Ryder asintió. "¿Qué haremos?"

"Entraremos al territorio de los zorros a vigilar." Ryder lo miró antes de asentir. "Los lobos están cuidando el lado del bosque que era ustedes vigilaban, mientras que los tigres se encargan del borde del pueblo." Le dio una mirada a Dominic antes de girarse hacia las escaleras y comenzar a subir. "Logan se quedará con las parejas y Theo mientras nosotros vamos al territorio de los zorros."

"¿Tenemos el permiso para entrar?" preguntó.

"No." Fue la respuesta de Ryder antes de que llegara al segundo piso y entrara a su habitación.

"Bueno..." Se giró hacia los chicos mientras suspiraba. Heath y Logan le devolvieron la mirada. "Encontré a mi compañero."

"¿Qué?"

"¿Cuándo?"

Dominic levantó las cejas mientras se frotaba la mandíbula, sonriendo. "Justo hoy. Es un shifter y es adorable."

"Pensé que encontraría a mi compañero antes," Logan dijo tirándose encima del sofá, poniendo los pies encima de la mesa para café. "¿Estabas con él?"

Hizo un puchero tirándose al lado del oso. "No. Estaba ocupado, se suponía que nos encontraríamos más tarde, pero supongo que tendrá que ser mañana." Buscó su celular rápidamente para enviarle un mensaje disculpándose. 

"Alguien luce realmente feliz." Heath movió las cejas de arriba hacia a abajo. 

"Sí, lo estoy." Sintió que su cara se ponía caliente mientras pensaba en Calvin. Maldición. ¿Era normal sentirse tan desenfocado? 

Ryder dijo que saldrían apenas se pusiera el sol por lo que se tomó un tiempo para asearse y comer la cena antes de prepararse. Los compañero estaban en la casa con Theo y Logan mientras Heath, Dominic y Ryder preparaban provisiones para la noche y las subían a la camioneta. Calvin le había contestado y habían tenido una pequeña conversación, pero apenas podía hacer todo al mismo tiempo. Pero había prometido verlo al día siguiente para el almuerzo.

"¿Todo listo?" Ryder preguntó mientras se deslizaba en el asiento del conductor. Heath iba en el asiento trasero y él junto a Ryder. "Mantendremos los celulares apagados."

"Todo listo, Jefe," respondió abrochando su cinturón. Heath murmuró detrás de él también.

Ryder asintió. "Entonces, comencemos la noche, caballeros."

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