Leandro.-Observo el amanecer desde mi terraza, han pasado dos días desde conocí a mi hijo, hice un movimiento sencillo solo para bajar la guardia de Emily, incluso la del idiota de Mercer.Despidiendo al personal de Vanessa descubrimos dos agentes del FBI que la investigaban infiltrados en la villa, por suerte resultaron ser muy ambiciosos los desgraciados y con una pequeña fortuna los pusimos de nuestro lado, solo esperan mi orden para confirmar la muerte de mi amada esposa, debo reconocer que es un movimiento arriesgado, Mercer podía influenciar a Emily para sacarla de España y regresar a Estados Unidos que no vendría mal, tenemos una deuda pendiente que saldar con Jacob Morgan, pero por ahora no me conviene apresurarme la paciencia es mi mayor virtud.— Jefe –Escucho la voz de mi abogado.— Estatus de todo lo que te ordené.— Conversé con la encargada del servicio social, quedó convencida con su petición conversará con el juez— ¿No sospecha de que el juez está de nuestro lado?—
Emily.- Con razón su nombre me resultaba familiar, cuando comencé a trabajar con Daniel algunas veces escuché sobre ella en conversaciones, fue el primer amor de Daniel, la primera mujer con la que tuvo sexo, la primera mujer de la que se enamoró, sabía que ella había sido muy importante en su vida.— Emily –Menciona sacándome de mis pensamientos. –Espero que esto no sea un impedimento para trabajar juntas yo necesito una persona de confianza que me apoye.— Me alegra que menciones la confianza, yo puedo ser esa persona, siempre y cuando también me demuestres ser una persona confiable, debe ser recíproco –La esposa celosa comenzaba a aparecer dejando claro de quien es el terreno que pretende pisar, si es que lo hace.— ¿Hablas de Daniel? No deberías sentir inseguridad, después de todo se casó contigo, además lo que ahora necesito es concentrarme en el trabajo y no en la vida feliz que tiene el hombre que dejé tontamente escapar –Me suelta dejándome sin palabras. –Si necesito que te h
Emily.- Mordía mis uñas y caminaba de un lado a otro por la oficina de Leonor, nos mandó a llamar para una reunión, por teléfono sonaba muy seria, solo espero que mi plan con Alex Scott haya funcionado.— Amor tranquila, todo va a estar bien –Daniel me envuelve entre sus brazos intentando darme fuerzas, pero los latidos de su corazón me indican lo contrario, yo estoy afectada por la posibilidad de perder a mi hijo, pero él es diferente de tener una custodia compartida deberá aceptar que Alex tiene derechos como padre y para alguien orgulloso como lo es mi marido, es un duro golpe.— Señores, disculpen la tardanza –Leonor entra hecha un huracán soltando sobre su escritorio un montón de carpetas. –Tomen asiento –Nos señala ambas sillas que se encuentran situadas frente a ella. –Bien –Dice entrelazando sus manos apoyadas en el escritorio. –Recibí la visitas del abogado de Alex Scott, estuvimos conversando sobre el encuentro de él con Diogo, ciertamente se dio cuenta que criar y cuidar a
Leandro.-— El consejo está haciendo preguntas, el FBI investigando, no está bien nos pones a todo en riesgo. –Ruedo los ojos al seguir escuchando a mi padre por teléfono, reprochando mi orden de divulgar la muerte de Vanessa.— ¿De qué se quejan? Sin mis acciones jamás habríamos descubierto a los infiltrados del FBI, que por cierto pienso que tuvieron ayuda de alguien dentro de la organización –Del otro lado hubo silencio. –Gracias a mi hemos descubierto que tenemos un traidor, aunque Vanessa lo sospechaba, pero no pensé que fuera tan idiota como meter a dos agentes, deben preocuparse por eso, además ¿No les molestaba que una mujer liderara la organización? ¡¿Qué carajos quieren?! Sin tanto te molesta mi plan entonces deja de drogar a Vanessa que vuelva a hacer mi esposa y listo –Nuevamente hubo silencio. –No lo quieres ¿cierto? Porque la tienes a tu total merced, entonces deja de quejarte y por una puta vez en tu vida apóyame, no me has dado nada, sin embargo yo sigo premiándote, ha
Tres Semanas Después.- Estas semanas han sido más tranquilas, después de confirmar la muerte de Vanessa, toda ha estado más calmado, no hemos tenido noticias sobre Alex Scott y eso ha sido lo mejor aunque seguimos teniendo el temor de que este haciendo adecuaciones en su vida para amoldarla a Diogo, pero tratamos de no pensar en eso.En los últimos días me he enfocado en mi trabajo igual que Daniel, toda va bien entre nosotros, aunque nos llevamos una decepción al comprobar que no estaba embarazada, fue un golpe duro, pero no evitará que lo sigamos intentando.Salgo del ascensor verificando una vez más los reportes que tengo que entregarle a Leticia cuando me detengo abruptamente al escuchar las risas que escucho originarse desde su oficina una de ellas la reconozco perfectamente y siento arder mi rostro de la rabia, camino con fuerza mis tacones se quieren enterrar el precioso mármol de color gris, cuando llego mi esposo sentado frente a ella muy relajado y sonriendo Leticia al verm
Daniel.-Estoy en el restaurante preferido de Emily de comida española, sé lo que me espera cuando llegue a casa, no entiendo por qué tiene celos de Leticia, no le he dado motivos para desconfiar, por lo que compraré su platillo favorito pulpo a la gallega, con patatas a la brava y la sorprenderé con una cena a la luz de las velas, mientras espero el pedido mi celular vibra en mi bolsillo, frunzo el ceño al ver un mensaje de texto de un número desconocido, abro el mensaje por la curiosidad.“¿Sabes dónde se encuentra tu esposa ahora y con quién?”Me paralizo al leer el mensaje una y otra vez, sin dudarlo dos veces pregunto quién es y de inmediato le envío el mensaje a Derek para que haga una búsqueda del número, no pasaron ni dos minutos cuando entró una llamada de mi amigo.— ¡¿Qué mierda Daniel?!— No lo sé ese mensaje me acaba de llegar, rastréalo— ¿Dónde está Emily? –Antes de que me preguntara por ella marqué el número de Emily mientras dejaba a Derek en la otra línea, repico cin
Daniel.-Mis pensamientos son caóticos. ¿Estoy herido? ¿Fue alguien más? La pregunta se repite en mi mente mientras trato de tomar conciencia de mi entorno el aire huele a gasolina y metal caliente y el sonido del claxon de un coche que sigue sonando se mezcla con los gritos lejanos de personas que se acercan, la realidad empieza a asimilarse lentamente y una ola de pánico me atraviesa.Miro a mi alrededor, intentando entender lo que ha pasado hay cristales rotos esparcidos por el suelo, y el capó de mi coche está abollado, humeando ligeramente, la visión de la escena me hace sentir vulnerable, expuesto.El dolor se convierte en un compañero persistente, y mientras la angustia se apodera de mí, siento que el miedo se enreda con la confusión, mis manos tiemblan y me aferro al volante, como si eso pudiera darme algún sentido de control en este momento de desasosiego.Entonces, escucho pasos apresurados acercándose las voces se mezclan en mi mente, algunas reconociendo mi estado, otras l
Emily.- El hombre me llevaba por un brazo, no deseaba dejar a Jacob en ese lugar, pero ahora había más preguntas que respuestas ¿Qué enemigos teníamos Jacob y yo en común?— ¿Quiénes son ustedes? –Pregunté, pero no tuve respuestas. – ¿Qué quieren de nosotros? –El hombre tenía la mirada sombría, su mirada estaba fija al frente sin decir una sola palabra, salimos hacia una estancia muy lujosa, seguí siendo arrastrada hacia un pasillo, cuando la puerta se abrió el hombre me hizo entrar con un empujón.— Espera aquí lindura –Sonrió con malicia, dejándome sola en la oficina, las ventanas estaban selladas, busqué con mi mirada algún teléfono o algo, pero no había nada, comenzaba a sentir miedo, porque la única persona que podría hacerme sería Vanessa, pero ella está muerta y si fuera no tendría nada que ver con Jacob Morgan, debo pensar ¡Por dios Diogo! Mi niño— ¡Que esté bien es lo único que pido! –La puerta se abrió haciéndome girar los pies se me clavaron al suelo al verlo Alex Scott.