Vanessa.-Nunca pensé que estar comprometida en matrimonio me traería tanta satisfacción, el consejo había aceptado a mi futuro marido obligando a Massimo a iniciar los preparativos de mi ceremonia, el viejo estaba a punto de caérsele el cuero de la cara.Los negocios iban bien y Leandro estaba cada día más idiotizado por mí, pero aún era muy pronto para contarle mis planes en contra de Daniel, no quería arriesgar mi suerte lo necesitaba, perdidamente loco por mí antes hacerlo parte de mis planes.— Signora— Valentino –Saludé a mi asistente.— Tiene que ver esto –Alcé la mirada frunciendo mi ceño, me extendió un folder.— Te ves muy serio, me preocupas –Desvió su mirada a la carpeta que acababa de darme, la abrí y comencé a leerla detenidamente mis ojos se abrieron como platos la información me dejó en shock. – ¿Está confirmada está información?— Si señora se encontraron los registros— ¿Él lo sabe? –Mi respiración se agitó.— Todo parece indicar que no –Me respondió Valentino seren
Emily.-Despierto después de una buena siesta a mi lado observo a Diogo y a Daniel durmiendo a mi lado, no puedo negarlo es una imagen preciosa y no puedo creer que estoy a punto de tener lo que siempre he soñado y con quien lo he soñado, me levanto con cuidado para no despertarlos, busco mi celular y activo la cámara quiero que este momento perdure, tomo la foto y observo lo perfectos que se ven mis dos caballeros guapos, tengo el corazón hinchado de felicidad.Salgo de la casa sin hacer ruido y noto que comienza a caer el atardecer y a lo lejos un bello arcoíris se extiende sobre la mansión, veo a lo lejos a Anna sentada en el asiento colgante que se encuentra dentro de una pequeña pérgola leyendo, me acerco alza la mirada al verme.— ¿Estás más descansada? Me imagino que las dos noches maratónicas que tuviste con Daniel te dejaron agotada –Su tono divertido me hizo sonreír.— Veo que los chistes de tu marido se contagian, pero no me molesta –Sonríe para luego ponerse seria.— Emily
Vanessa.- La celebración de mi unión fue amarga ver la sonrisa de satisfacción de Massimo cuando oficiaba la ceremonia me hervía la sangre solo quería acabar con todo a mi paso eliminando por completo las ganas de tener mi noche de bodas.Ahora solo deseaba llegar a mi destino para desatar toda mi furia contra los culpables que me orillaron a cometer eso de lo que tanto me arrepiento y que quisiera borrar de mi memoria para siempre.— Me tienes un poco preocupado amore mío –Desvío mi mirada de las nubes y el cielo azul hacia mi ahora esposo. – ¿Por qué no me dices que te sucede? –Observo que su preocupación es genuina.— Estoy bien, solo necesito resolver esta situación y volveré a ser la de antes –O eso intentaré me dije a mi misma. –Después de eso tú y yo vamos a disfrutar de nuestra luna de miel –Me siento a horcadas sobre él dejando un beso suave en sus labios.(…)Luego de aterrizar dejé que Leandro se fuera al hotel, mientras que Valentino y yo nos dirigíamos a nuestro destino
Vanessa.- Una vez amarrada el doctor instaló el equipo para hacerle un eco no tardó mucho para que mis sospechas se confirmaran, no había embarazo, el patriarca de los Lavoie quedó en shock.— Mentiste –Susurró. –Ahora mi hijo y yo estamos sufriendo las consecuencias ¡Maldita te voy a matar con mis propias manos! –Uno de mis hombres detuvo a Colton.— Lo siento Colton, pero esa satisfacción no te la puedo dar, esta ¡Dannato! Es mía, por tu culpa estuve obligada a hacer algo que nunca imaginé que haría, por tu culpa, perdí al único hombre que me había interesado, tú y el bastardo de tu hijo lanzaron a mi hombre a los brazos de la abogaducha de quinta, pues bien yo te voy a hacer pagar por todo eso. –El tono de mi voz salía contundente, amenazante, peligrosa y lúgubre haciendo temblar a la mujer.— No lo hagas, por favor yo solo quería entregar a mi hijo a su padre, es todo yo no…— ¡Ay mira! Tus lagrimas conmigo no funcionan, soy una mujer ambiciosa igual que tú, sabías con quien te i
Daniel.-Habían pasado unos días, la madre de Emily nos evitaba a ambos, solo enviaba a Eliana por Diogo para pasar tiempo con ella la pobre joven estaba en el medio de su hermana y su madre, no estaba de acuerdo por como su mamá le había hablado a Emily aquel día, pero por el otro tampoco estaba de acuerdo con nuestra relación.Había mucho movimiento en la mansión con Anna revoloteando junto a los organizadores de la boda Emily y yo le pedimos sencillez en el asunto, pero creo que entendió lo contrario.— Hermano— Hermana –Sonreí al escuchar una voz más calmada de mi hermana, hoy había amanecido de buenas. – ¿Cómo te sientes?— Pues… mis hormonas el día hoy están en un nivel más bajo, me contó un pajarito que hubo reconciliación con Emily— ¿No me digas que a ti también te molesta? –Le pregunté con fastidio. –Ya tengo suficiente con la hermana y la madre de Emily.— Para nada, si tú estás feliz –Se encogió de hombros. –Yo también lo estoy.— Daniel –Derek llegó interrumpiéndonos ten
Emily.- — Anna no es necesario que vayamos a la tienda más costosa a comprar mi vestido quiero uno sencillo.Ir por el vestido de novia es el sueño de cualquier mujer, estaba emocionada por supuesto que sí, pero en el fondo estaba decepcionada, mi madre no quiso asistir ni involucrarse en la organización, cada vez que podía me evitaba dejando claro que no apoyaba mi decisión de casarme con Daniel.Todas las mujeres que vivían en la mansión en este momento menos mi madre nos acompañaron a la tienda, era duro asimilarlo, pero no podía dejar de estar feliz por mi matrimonio con el hombre que amo, mi madre en el futuro se arrepentirá de su error.Entramos a la tienda y el color blanco resplandecía, en este lugar Anna compró sus dos vestidos de novia, la dueña de la tienda nos recibió con copas de champagne.— Mina, esta es mi amiga Emily no sé si la recuerdas –Comentó Anna con la emoción brotándole por los poros. –Necesitamos un vestido que debe llevarse hoy, sé que no habrá problemas po
Barcelona, España.-Emily.-— ¡Daniel, me harás caer! ¿Qué se supone que haces? ¿A dónde me llevas? Dije diciendo con los ojos vendados siendo guiada por mi actual esposo.— Ya, ya llegamos— ¿Llegamos a dónde? –Quitó sus manos dejándome frente a una hermosa casa, lo miré confundida.— Bienvenida a nuestro hogar mi amor –Me dice sonriendo con gran emoción.— ¿Compraste una casa? ¿Para nosotros? –Pregunté aun sin poder salir de mi asombro.— Sí, sé que me vas a decir que estaremos pocos meses y tendremos que volver a Seattle, pero puedo notar lo mucho que te gusta vivir aquí— Pero, tú… tu trabajo, tu empresa, los Morgan son como tu familia –Acuno mi rostro en sus manos.— Tú y Diogo ahora son mi familia, además no es que no tengamos los medios para viajar nos sobran aviones que están a nuestra disposición y por mi trabajo, este lugar tiene una oficina bastante amplia para ambos, puedo trabajar desde aquí sin problemas –Se encoge de hombros, ¿Podría estar más enamorada?— Me dejaste si
Italia.-Como cada noche los gemidos de mi marido y los míos se escuchan por toda nuestra habitación, Leandro ha resultado ser la mejor inversión que he hecho hasta ahora.— Amore mío –Susurra en mi oído mientras sigo sentada a horcadas sobre él buscando recuperar el aliento.— ¿En verdad me amas? ¿O solo no quieres que te mate? –Pregunto robándole un beso desesperado.— ¿Por qué crees que no puedo amarte? Me perdonaste la vida eso es suficiente para tenerme rendido a tus pies –Responde acariciando mi cabello con ternura.— Me alegra escuchar eso, porque tengo planes en los que quiero que me ayudes, pero no sé qué tan dispuesto estás a… ensuciarte las manos— Por mis venas corre sangre de la mafia, no soy un santo y lo más importante por ti haré lo que sea ya lo sabes.— Muy bien tengo que confesarte algo que descubrí en nuestro viaje a Vancouver, resulta que hay otro heredero que los miembros del consejo encontraron solo que es un niño y por razones del destino que para mí no tienen