—Para ti—Sam ofreció el peluche con una sonrisita. —¿Para mí?—Abbey parpadeó. —Sí, me alegra que ya te sientas mejor y que no tengas ojeras.Sus manos fueron a parar al rostro de Abbey. Se estremeció ante el repentino contacto, la punta de sus dedos era un agradable frescor bajo sus ojos.Ambos se alejaron al instante cuando Evan golpeó la mesa del juego de un manotazo. Había puesto dinero y observó con determinación a su amada. —Yo también juego.Abbey boqueo cual pez. El lado competitivo de Evan estaba saliendo a la luz de nuevo.—Elije lo que quieras.—Eh, vale...¿esa rosa?Observó como una rosa tenía el número 10, y era más pequeño que el 15 pero eso no importaba. Lo obtendría.Ya iban dos disparos y que no conseguía darle a ese bendito número 10. Las manos le temblaban del disgusto. ¿Cómo es que tenía tan mala puntería?—Yo seré quien lo obtenga—el fusil lo acomodó de mejor manera—. Todas las cosas que mi esposa quiera.Disparó. El número 15 se tambalea, sin embargo la bala fu
Sintió como la bilis subía hasta su garganta, se le erizaron los bellos de sus brazos. El dolor de sus pies fue olvidado momentáneamente. Un espasmo recorrió una de sus manos. —¿Cómo sabes...Cómo sabes eso?—Te hice una pregunta.Abrió la boca, dispuesta a decir ¿la verdad? ¿una mentira? ¿balbucear? Realmente no lo sabía.Un estrépito hizo girar a ambos hacia la misma dirección.—Sólo dejo esto aquí y...—¿¡Sam?!El susodicho se enderezó con los ojos bien abiertos, al parecer no había reparado en la presencia de los dos, hasta ahora.—¿Eh? ¿A? ¿Evan?—Se acercó—. ¿Qué hacen tan tarde todavía afuera? Vine a dejar unas cuantas cosas que tu abuela me había prestado pero pensé que ya se habían ido a la cama.Abbey asintió.—Si, ahora estaba por ir a dormir...—¿Qué pasó con tus pies, A? —¡Ah! No es nada, sólo fueron los zapatos...Sam hincó una rodilla en el piso sin dudar. —Déjame ver—sujetó su empeine—. ¡¿Cómo no va a ser nada?! Estas sangrando ¿Te duele mucho?Fue arrebatada de sus
"Te amo con todo mi corazón, te odio con toda mi inteligencia."—Abbey todavía no llega...Evan quien estaba recargado por el umbral de la puerta se estremeció. Había estado parado en el mismo lugar durante varios minutos, escuchando murmurar y rezar a la abuela, quien estaba sentada en la sala frente a una mesa rústica. Por curiosidad se había quedado a escuchar tal vez lograría oír algo de la abuela que le fuese divertido, pero eso último lo petrificó ¿Abbey tan tarde fuera? ¿Quizás con Sam? o peor aún ¿sola?Abbey, cariño. ¿Dónde estás?Ya no podía respirar, estaba casi segura de que si seguía así escupiría un pulmón.—¡Espera! ¡Sam!—forcejeó inútilmente—. ¡No puedo correr más!—no hizo caso y siguió arrastrándola por caminos llenos de enredaderas—. ¡Por favor, detente!Samael también respiraba con dificultad. Se detuvo y la miró directamente a los ojos.—Lo lamento—tragó—. Lamento haberte traído a la fuerza pero si te seguía dejando allí, terminarás rompiéndote. No puedo permitirlo
—Tú—Evan inhaló con fuerza, peinó su cabello mojado hacia atrás mostrando sus ojos—. ¡Eres una tonta!Abbey parpadeó una, dos, tres veces antes de que vuelva a estallar.—¡Niña malcriada y una mocosa insufrible!—la respiración iba y venía de forma pesada—. ¡Me hiciste caminar por todo el jodido bosque en plena tormenta y encima en la oscuridad!—el estallido de ira, seguía—. ¡Me sentí tan disgustado cuando sentí mi ropa toda fangosa, sabes!—Err, yo...lo siento, supongo?...De verdad, Abbey se sentiría ofendida si no fuera porque la voz de Evan se quebraba con cada oración que decía.Estiró la mano soltando su linterna—. En realidad sabes, ¿Qué tan preocupado estaba? ¿Lo asustado que me dejaste?La atrajo hacia sus brazos, apretujandola con firmeza, sintiendo su corazón latente, sabiendo que está viva, está entera, y totalmente consciente. —¿Cómo? ¿Cómo...?¿Cómo sabía dónde estaba? No le había dicho ni una sola palabra y menos dejado pistas. ¿Cómo la encontró?Evan acercó los labios
-¿Jóven amo? ¿Lo escuché correctamente? ¿Desea sólo un boleto? -Sí. Sólo uno.(...) -¡Ángel! ¡Me voy a arrugar aquí! -¡Sólo un segundo más! Abbey escuchó un bufido antes de que la puerta sea abierta y una cabeza pelinegra haga su aparición.-¿Todavía falta mucho? Ignorando su impaciencia, preguntó: -¿Cómo me veo con este peinado? Avanzó a paso firme. -Te ves hermosa-pasó sus brazos por delante de su estómago y ambos se fijaron en su reflejo del espejo del tocador-¿Pero sabes cómo te verías preciosa? La cabeza de Evan descansaba en el hueco del hombro de Abbey, dándole un aspecto tierno y animado. Sin embargo, la sonrisa en su rostro demostraba todo lo contrario. A Abbey le recorrió un escalofrío de pies a cabeza. ¿Hace cuánto tiempo Evan la había tocado por última vez? Ahora mismo daría lo que fuera para que se volviera a repetir esa noche aunque fatídica para él, ventajosa para ella. Recibió mucho placer pero no pudo devolvérselo, ya que Evan la esquivaba como si tuviera le
Mientras sus pies cobran vida por cuenta propia y apuran el paso como si la vida le fuese en ello, su mente rememora la nota que encontró en su cuarto en la mañana.Querida ÁngelYo volveré a la mansión, y tú...Tú te quedarás en donde podrás sonreír por siempre.Siempre tuy: ECJB¿Porqué está actuando como un idiota de nuevo?El aire comienza a faltar, los pulmones gritan por más oxígeno sin embargo se niega a bajar la velocidad. Para que Evan pueda volver a la mansión debe salir de la isla y solo se puede salir en un barco, lo que significa que ahora debe estar en el puerto. Lo alcanzará cueste lo que cueste y ese señorito la va a escuchar y deseará no haberla abandonado en causa de su "sonrisa" ¿Quién se cree que es para decidir por su cuenta?¿A eso se refería con "protegerte de mi mundo"? —¡Eres un imbécil! ¡Un total idiota!Por favor, sólo necesito unos minutos...—Joven amo ¿Sólo tiene ésta maleta?Evan fijó la mirada por última vez en el puerto que se alejaba a un ritmo cons
Evan tembló y abbey siguió arrasando todo con su lengua. No podía pensar, no podía articular ningún argumento válido para detener su preciosa boca. Ni siquiera podía recordar porqué quería que su prometida parara.-No te vuelvas a burlar de mí-Evan jadeó, totalmente tensionado como el hilo de un arco estirado. Listo para venirse en cualquier momento-. ¡Ya me he preparado para pasar toda mi vida a tu lado!-M-me voy a ve..nir-Quiso apartar a su prometida, sin embargo Abbey palmeó la mano que la quiso detener y succionó con más fuerza.Evan gimió largo y duro cuando el orgasmo lo superó. Sujetó el cabello de abbey para anclarse a algo y no salir volando del mundo terrenal.Con los ojos entrecerrados vió como el amor de su vida seguía lamiendo su miembro, gimió de nuevo cuando se volvió a endurecer y por el brillo en sus ojos se dió cuenta de que su prometida iba a hacer lo mismo.Con rapidez la apresó debajo de su cuerpo, la miró seriamente.Abrió la boca para decir algunas palabras sin
—¡Por favor! ¡Deme a Abbey!—¡Bajo ningún concepto!Abbey que estaba sentada a unos metros de ambos, suspiro cansada. ¿A esto se refería con arreglar algo?—Al menos deberías escucharme...—No tengo ninguna obligación.La abuela volteó la cara, obstinadamente.—Cuando pensé que finalmente te habías ido y tomado una correcta decisión, te vuelvo a encontrar aquí. ¿Acaso nunca sabes rendirte?—Rendirse es para débiles. Y podría acusarme de cualquier cosa menos de eso—Evan apretó el puño—. Podría llevarme a Abbey sin decirle nada, podría simplemente tomar el primer barco y llevarla conmigo, pero eso, no es correcto. Yo quiero ser aceptado, y que nos bendigas. Que Abbey no tenga que decidir entre su familia y yo.A Abbey la sangre le subió a la cara. ¿Qué podría hacer? Aunque la abuela está delante, tiene unas ganas gigantes de abrazar y besar demostrando todo sus amor, a su prometido. ¿Podría abrazarlo? Sin importar lo que pase...La abuela inhaló con fuerza. Los jóvenes de hoy en día s