Evan tembló y abbey siguió arrasando todo con su lengua. No podía pensar, no podía articular ningún argumento válido para detener su preciosa boca. Ni siquiera podía recordar porqué quería que su prometida parara.-No te vuelvas a burlar de mí-Evan jadeó, totalmente tensionado como el hilo de un arco estirado. Listo para venirse en cualquier momento-. ¡Ya me he preparado para pasar toda mi vida a tu lado!-M-me voy a ve..nir-Quiso apartar a su prometida, sin embargo Abbey palmeó la mano que la quiso detener y succionó con más fuerza.Evan gimió largo y duro cuando el orgasmo lo superó. Sujetó el cabello de abbey para anclarse a algo y no salir volando del mundo terrenal.Con los ojos entrecerrados vió como el amor de su vida seguía lamiendo su miembro, gimió de nuevo cuando se volvió a endurecer y por el brillo en sus ojos se dió cuenta de que su prometida iba a hacer lo mismo.Con rapidez la apresó debajo de su cuerpo, la miró seriamente.Abrió la boca para decir algunas palabras sin
—¡Por favor! ¡Deme a Abbey!—¡Bajo ningún concepto!Abbey que estaba sentada a unos metros de ambos, suspiro cansada. ¿A esto se refería con arreglar algo?—Al menos deberías escucharme...—No tengo ninguna obligación.La abuela volteó la cara, obstinadamente.—Cuando pensé que finalmente te habías ido y tomado una correcta decisión, te vuelvo a encontrar aquí. ¿Acaso nunca sabes rendirte?—Rendirse es para débiles. Y podría acusarme de cualquier cosa menos de eso—Evan apretó el puño—. Podría llevarme a Abbey sin decirle nada, podría simplemente tomar el primer barco y llevarla conmigo, pero eso, no es correcto. Yo quiero ser aceptado, y que nos bendigas. Que Abbey no tenga que decidir entre su familia y yo.A Abbey la sangre le subió a la cara. ¿Qué podría hacer? Aunque la abuela está delante, tiene unas ganas gigantes de abrazar y besar demostrando todo sus amor, a su prometido. ¿Podría abrazarlo? Sin importar lo que pase...La abuela inhaló con fuerza. Los jóvenes de hoy en día s
El presentador en la isla tuvo que subir ambas cejas, jamás había visto una competencia tan reñida en todos sus años, probablemente la disputa terminaría pronto, ya que los únicos en la punta eran ese citadino y Sam.Al mismo tiempo, en la otra isla, alejada de la competencia, Abbey miraba con preocupación el horizonte, los sirvientes comenzaron a meter cosas dentro de la cabaña y a correr de un lado a otro.—¡El clima de repente empeoró!Las nubes se arremolinaban justo por encima de su cabeza y los vientos comenzaron a azotar su cara con fuerza, aún así no se movió de su lugar. Esperará a su amado.—¡Ya está lloviendo! ¡Todos adentro!Otro sirviente gritó.—¡Esto significa que el océano se pondrá agresivo!Abbey se encogió.—Cariño, Evan, por favor ten cuidado...Evan respira rápidamente, pensó que con todo el entrenamiento que tuvo para aprender a nadar sería suficiente pero se dio cuenta que no. El mar se puso agresivo de repente y sus extremidades se cansaron mucho más rápido de
—¡No!La voz de Sam sonó fuerte y claro a pesar del clima feo que creó disturbios en la competencia.—Yo perdí—Sam mostró una sonrisa triste y algo derrotada. Un hombre aceptando los hechos—. Evan se lastimó por mi culpa...Abbey movió bruscamente la cabeza hacia su mejor amigo. ¿Él ha dicho...?—Él ya me había pasado por unos cuantos metros, sin embargo, en ese momento no me había dado cuenta del gran trozo de madera flotando en el agua y viniendo directamente hacia mi por la turbulencia e inclemencias del clima. Evan me salvó sin siquiera titubear.Sam bajó la mirada, recordando lo que pasó minutos atrás.Flashback...—¿Por qué? ¿Eres tonto? ¿Por qué hiciste eso?Sam estaba furioso y ardiendo en vergüenza. ¿Cómo un citadino flacucho como él lo había salvado? ¿En qué cabeza cabía algo así?—Cierra la boca, pescador—Evan mordió con fuerza. El brazo le palpitaba como la puta madre y sentía que la cabeza se le iba a caer—. Mi cuerpo se movió solo. Es todo. No te creas la gran cosa.Sin
—¡Ah! ¡Al fin te encuentro, Evan!Evan giró ante la voz de su prometida, solo para abrir la boca y que la mandíbula se le caiga hasta el suelo ante semejante vista.Abbey se retorció ante la mirada hambrienta y casi salvaje de Evan. La miraba con tanta atención que podría jurar que el hombre podía ver incluso los más recónditos miedos de su memoria.—Sabes. De alguna manera la abuela me obligó a cambiarme de ropa de nuevo...¡Su mujer se veía tan hermosa, tierna y sexy! ¡No podía con tanta belleza!Mientras tanto Abbey entraba en pánico de la misma manera que Evan lo hacía. Los dos miraron hacia atrás, con la cara roja y súper avergonzados de sus propios pensamientos.¡Su hombre se veía tan pero tan genial! ¡Se veía muy maduro y hace que su corazón lata muy rápido!Ninguno de los dos se dio cuenta de que crecieron hasta convertirse en una pareja de tontos...Evan se sacudió la estupidez de encima y tratando de que su rostro se enfríe, carraspeó llamando la atención de su prometida.—
Las vacaciones repentinamente habían terminado. El segundo semestre de su último año de colegio ya estaba allí.Y es el inicio de una nueva temporada.La pareja de jóvenes adolescentes, tomados de la mano, ingresaron a su escuela, bajo las atentas o más bien, perplejas miradas de la mayoría de los estudiantes de la institución educativa.Estaban llamando tanto la atención, que Abbey inconscientemente apretó con un poco más de fuerza la mano de su prometido y se removió algo incómoda de ser el centro de atención en ese lugar, otra vez.—Evan...como pensé, esto sí es vergonzoso...El joven a su lado les dirigió miradas mortales a quienes estaban más cerca, que inmediatamente apartaron la mirada como si hubiesen visto en los ojos de ese joven CEO, el lugar especial que el diablo tenía preparado para ellos si se atrevían a molestarlos.—A mi no me molesta. ¿O es que a ti te doy vergüenza que no quieres agarrarme de la mano, como prometidos?Abbey negó furiosamente con la cabeza, mientras
Abbey mientras iba caminando se limpiaba el polvo del uniforme, algo molesta.¿Por qué tenía que ser tan torpe y tropezarse en frente de todos?En esa escuela en dónde solamente pueden asistir hijos de familias súper prestigiosas…bufó mientras seguía acomodando su cabello desarreglado por la caída.Normalmente ella se reiría de sí misma si se cayera de manera tan estrepitosa como hace solo unos minutos atrás frente a las personas.Pero ahí todos son orgullosos, elegantes y ella…Se sentó en su lugar, en su pupitre y estiró la espalda, formando un ángulo recto, incómoda, siendo la única en estar sola en el aula. Los demás estaban en grupitos y con amigos ya establecidos.¿Dónde estaban sus mejores amigas?Extrañó con el alma a loca Lucie y a la tranquila Camille, sin embargo, ayer le dijeron por videollamada que llegarían probablemente tarde al día siguiente en el colegio ya que aún no habían llegado a sus casas ese día, y ahora, Abbey las estaba extrañando muchísimo.Pero, al menos ll
Abbey mordió con algo de rabia su deliciosa hamburguesa. —¿Qué les pasa a esos malditos niños ricos? ¿Diciéndome plebeya y clase baja? ¿Se creen los aliados de la Reina Isabel?Estaba descargando su furia comiendo una hamburguesa bien grande, esponjosa, caliente y que goteaba grasa, de esas hamburguesas que si alguna de sus doncellas la veía comer, le daría algún síncope.La gente que pasaba frente al carrito de comida rápida, miraban con cierto asombro y algo de incredulidad como una niña de un colegio de millonarios, estaba comiendo una hamburguesa barata frente a un carrito de comida rápida y no le importaba en lo más mínimo estar devorando esa comida como si no hubiese probado bocado en dos semanas seguidas.—¿Esa es una niña de ese colegio de ricos?—¿Será? —Pero mírala, está fulminando con la mirada a cualquiera de que pase muy cerca de ella, ¿dónde están los modales que enseñan en ese selecto colegio? —Bueno ya estás mirando, los colegios y las escuelas ya no son como en nue