—¡Paciente de urgencia! ¡Abran paso!Los enfermeros gritaban a todo pulmón mientras corrían con Abbey en la camilla. Él sin embargo sólo sujetaba su mano con fuerza y dándole ánimos desde bastante cerca. No podía mirar más abajo de su cuello, sabía que si lo hacía entraría en shock por la espantosa herida en su abdomen.—¡Erick! ¡Está perdiendo mucha sangre!—Lo sé, lo sé, ya casi llegamos a quirófano.Erick quién era el enfermero líder de guardia, no podía perder la compostura, no con una paciente así de delicada.Era brevemente consciente de que Stephen estaba siguiéndolos, pero, nada le importaba más que la vida de su prometida.—Debe quedarse aquí. Ya no es abierto al público a partir de este lugar.—¿Qué? ¡No! ¡Es mi novia! ¡Debo ir con ella!Casi tacleó al enfermero para poder ir detrás de los que llevaban la camilla si no fuese por su fiel mayordomo.—¡Amo! ¡No podrán salvar a la señorita Abbey si usted no colabora!Se dejó caer de rodillas como un peso muerto en medio del deso
Estaban los dos viendo la televisión, abrazados, con caricias de aquí para allá. Por algún motivo, Evan no dejaba de acariciar su piel y Abbey no se iba a quejar de ello.En un momento dado, sus caricias dejaron de ser tiernos para pasar a ser más "serios" hacia algún lugar en particular.La besó varias veces y cuando Abbey pensó que Evan iría más lejos, él se detuvo a centímetros de su rostro. —¿Sabes qué fecha será mañana?Abbey con el cerebro ahumado por la situación anterior, tuvo que pensar mucho para responder.—No tengo idea—se mordió el labio inferior—. ¿Hay algún viaje que pasé de largo?—Mañana es 4 de agosto, nena.—¿Qué?Busco rápidamente su celular y efectivamente, hoy era el 3 de agosto. ¿Así que ya es mañana?—Hoy es la última vez que compartimos la misma edad.Gira el rostro hacia un lado. Le irrita en demasía que le recuerden que ella es mayor. ¡Dios! ¿¡Porqué?!—¿Lo has olvidado?—No, no es eso, solo que...El tirón en su flequillo hace que casi alcance a darle un m
Está a punto de defenderse cuando su madre chasquea la lengua.—¡Antes de que se me olvide!—rebusca en su bolso de cuero—. ¡Feliz cumpleaños, amor! Saca una caja mediana y se la entrega.—¡Gracias ma!—Son de parte de tu padre y de mi.—¿Dónde está él?—pregunta mientras desenvuelve el obsequio—. ¿No vino contigo?La madre finge tener escalofríos. —No sabes lo mucho que tuve que discutir con él, pero ya sabes como es—sube ambos hombros—. Dijo que preferiría que le corten una pierna antes de pisar esta casa.—Todavía no perdona a Evan ¿verdad?—por algún motivo eso la llena de una profunda tristeza. —Cariño, ya sabes como es tu padre, eres su única hija, su tesoro. No perdonará tan fácil todo el daño que te causó. —¿Entonces no va a venir a verme?—hizo un puchero.—Me dijo que te dijera—sonrió divertida—. Que en cualquier momento vendría a buscarte para pasar tiempo de padre a hija, peeero que tú tienes que salir caminando de la casa para que él no tenga que entrar por ti.La carcaja
¿Qué expresión debe poner una chica que ha sido descubierta con un chico tomándole la mano y muy cerca de su rostro?Abbey Howland hubiera preferido luchar sola contra una pandilla de demonios antes que enfrentarse a su novio, que dicho sea de paso, acababa de aplaudir por el espectáculo. Clap clap clap.—Muy maravillosa obra—Evan traía su traje impecable, pero gotas de sudor perlaban su frente. Al parecer hacía mucho calor afuera—. Nunca pensé en ser testigo de una confesión en vivo y en directo.Se acercó hasta donde estaban los dos, en el sofá. La sonrisa en su rostro era de todo menos alegría.Fue solo cuando Evan fijó su mirada en las manos entrelazadas, que Abbey la retiró como si la hubiera quemado.Se hallaba de pie a un paso de ellos, con las manos dentro de sus bolsillos delanteros. Una postura que parecía desenfadada a quienes no lo conocieran. Pero lo que acechaba bajo esa pose tranquila podía convertirse de un momento a otro en un tigre letal. El cabello del color de la
Evan ingresó al dormitorio y fue directamente hacia su prometida. La envolvió en sus brazos desde atrás, descansando la cabeza en su espalda. —Al fin este día se está haciendo realidad. Abbey no respondió y Evan se asustó. Sin embargo, ¿porqué estaba tan flaca? Solo era prácticamente huesos. Y su aroma...¿cambió de shampoo?—Pequeña angel...No tuvo contestación. —Ángel, mírame. Con el corazón en la garganta, pensando que su prometida había cambiado de parecer y que no quería casarse con él, la volteó y...—¿Tú eres el novio de Abbey?El rostro de una anciana apareció en su campo de visión. Fue tanta la estupefacción que tropezó con sus propios pies, en un intento de alejarse y cayó de culo al piso.—¡¿Q-Qué?! ¿Quién? ¿Cómo?Era el vivido rostro de Abbey, en quizás sesenta años. —¡Abuela! La voz, inconfundible de la verdadera Abbey apareció desde atrás de él, saliendo del baño. A duras penas se acercó a ellos, mientras Evan estaba todavía en el suelo, sin salir de su estupor.—¡
—Me genera un honor gigantesco, el haber sido invitado y recibido de una forma tan agradable, señor Jones.El representante, estaba bastante complacido con la atención que le brindaban todos, y no podía creer que el temible heredero Jones, haya sido tan buen anfitrión.—No podría haber ofrecido menos, la empresa cerró un trato magnífico y nada me habría gustado más que la relación entre miembros sea diplomática. Los tres estaban a lado de la estatua de mármol gigante. Los demás invitados disfrutaban de una velada tranquila y con buen ambiente. Evan prácticamente tarareaba de la tranquilidad.—Veo que estas usando el regalo de nuestra compañía, señorita Howland.—Oh si, son preciosos. Muchas gracias por el obsequio. Aunque estaba bastante nerviosa, lo disimulaba lo mejor que podía.—Yo quisiera agradecerle por la escultura. Habrá costado mucho—Evan no mentía. No le interesaba generalmente los adornos porque no le parecían necesarios o prácticos, pero esa estatua le agradaba.—No qui
Abbey despertó con sudor en la frente. Según ella era todavía de madrugada, sin embargo el calor que sentía no podía ignorarlo. La garganta le ardía como si estuviese experimentando la mayor sed de la historia. Apartó el brazo que la tenia aprisionada, buscando un poco de aire. Se sentó y respiró profundo. Era imposible, el aire dentro de la habitación parecía cargada, pesada y manipulada. La cabeza flotaba, como si no pesara nada.Miró a su alrededor, poco a poco acostumbrándose a la falta de luz. Recordó estar en su habitación, tomar como condenada y que Evan la arrullase como si fuese una bebé llorona. Estaba bastante segura de que al menos, le dolería la cabeza al despertar, luego de semejante show ebrio, sin embargo, se sentía bien, demasiado bien. Ignorando Ignorando hecho de tener demasiado calor y sed.Dobló las piernas, intentando buscar la orilla de la cama, pero el roce de la sábana contra su piel, la mantuvo en su lugar, al mismo tiempo que arrancó un gemido de ella.¿Qu
—¿Sabes lo que es el ginseng, ángel?Abbey lo sabía o al menos creía saberlo. Había prestado atención a la clase de botánica, a veces.—Y-yo, ¿Un relajante y anti estrés? —Es un afrodisiaco. Un jodido afrodisiaco.No podía creerlo ¿Ella estaba bajo el control de esa cosa? Evan se sentía tan poco hombre que daba vergüenza.—Es cierto que también tiene esas propiedades, pero, el ginseng que traen las personas millonarias, para jactarse de su dinero, es diferente a cualquier otro. Se agregan muchas otras sustancias para crear el afrodisiaco más efectivo y sin efectos secundarios. Sólo se utilizan en fiestas "elegantes" para alardear del poder, ya que solo 10 ml de la sustancia nueva, cuesta alrededor de 5 casas amuebladas. Y tú bebiste una botella completa.Ella temblaba. No sabía exactamente porque.—¿Sabías esto cuando te llevaste todas esas botellas descuidadamente?—no esperó a que contestara, porque de inmediato siguió—. Como sea, no importa. El daño ya está hecho. De todos modos, e