Evan ingresó al dormitorio y fue directamente hacia su prometida. La envolvió en sus brazos desde atrás, descansando la cabeza en su espalda. —Al fin este día se está haciendo realidad. Abbey no respondió y Evan se asustó. Sin embargo, ¿porqué estaba tan flaca? Solo era prácticamente huesos. Y su aroma...¿cambió de shampoo?—Pequeña angel...No tuvo contestación. —Ángel, mírame. Con el corazón en la garganta, pensando que su prometida había cambiado de parecer y que no quería casarse con él, la volteó y...—¿Tú eres el novio de Abbey?El rostro de una anciana apareció en su campo de visión. Fue tanta la estupefacción que tropezó con sus propios pies, en un intento de alejarse y cayó de culo al piso.—¡¿Q-Qué?! ¿Quién? ¿Cómo?Era el vivido rostro de Abbey, en quizás sesenta años. —¡Abuela! La voz, inconfundible de la verdadera Abbey apareció desde atrás de él, saliendo del baño. A duras penas se acercó a ellos, mientras Evan estaba todavía en el suelo, sin salir de su estupor.—¡
—Me genera un honor gigantesco, el haber sido invitado y recibido de una forma tan agradable, señor Jones.El representante, estaba bastante complacido con la atención que le brindaban todos, y no podía creer que el temible heredero Jones, haya sido tan buen anfitrión.—No podría haber ofrecido menos, la empresa cerró un trato magnífico y nada me habría gustado más que la relación entre miembros sea diplomática. Los tres estaban a lado de la estatua de mármol gigante. Los demás invitados disfrutaban de una velada tranquila y con buen ambiente. Evan prácticamente tarareaba de la tranquilidad.—Veo que estas usando el regalo de nuestra compañía, señorita Howland.—Oh si, son preciosos. Muchas gracias por el obsequio. Aunque estaba bastante nerviosa, lo disimulaba lo mejor que podía.—Yo quisiera agradecerle por la escultura. Habrá costado mucho—Evan no mentía. No le interesaba generalmente los adornos porque no le parecían necesarios o prácticos, pero esa estatua le agradaba.—No qui
Abbey despertó con sudor en la frente. Según ella era todavía de madrugada, sin embargo el calor que sentía no podía ignorarlo. La garganta le ardía como si estuviese experimentando la mayor sed de la historia. Apartó el brazo que la tenia aprisionada, buscando un poco de aire. Se sentó y respiró profundo. Era imposible, el aire dentro de la habitación parecía cargada, pesada y manipulada. La cabeza flotaba, como si no pesara nada.Miró a su alrededor, poco a poco acostumbrándose a la falta de luz. Recordó estar en su habitación, tomar como condenada y que Evan la arrullase como si fuese una bebé llorona. Estaba bastante segura de que al menos, le dolería la cabeza al despertar, luego de semejante show ebrio, sin embargo, se sentía bien, demasiado bien. Ignorando Ignorando hecho de tener demasiado calor y sed.Dobló las piernas, intentando buscar la orilla de la cama, pero el roce de la sábana contra su piel, la mantuvo en su lugar, al mismo tiempo que arrancó un gemido de ella.¿Qu
—¿Sabes lo que es el ginseng, ángel?Abbey lo sabía o al menos creía saberlo. Había prestado atención a la clase de botánica, a veces.—Y-yo, ¿Un relajante y anti estrés? —Es un afrodisiaco. Un jodido afrodisiaco.No podía creerlo ¿Ella estaba bajo el control de esa cosa? Evan se sentía tan poco hombre que daba vergüenza.—Es cierto que también tiene esas propiedades, pero, el ginseng que traen las personas millonarias, para jactarse de su dinero, es diferente a cualquier otro. Se agregan muchas otras sustancias para crear el afrodisiaco más efectivo y sin efectos secundarios. Sólo se utilizan en fiestas "elegantes" para alardear del poder, ya que solo 10 ml de la sustancia nueva, cuesta alrededor de 5 casas amuebladas. Y tú bebiste una botella completa.Ella temblaba. No sabía exactamente porque.—¿Sabías esto cuando te llevaste todas esas botellas descuidadamente?—no esperó a que contestara, porque de inmediato siguió—. Como sea, no importa. El daño ya está hecho. De todos modos, e
Llegaron al famoso "Paradise City" una isla hermosa, grande, con olas rompiéndose a cada segundo y vegetación variada. Todo un espectáculo a la vista, haciendo ver a los turistas del motivo de su nombre.Abbey ya estaba completamente recuperada y bastante feliz, porque aprovecharon las vacaciones del instituto para ir y no perder clases en vano. Se alegró mucho más al ver la casa de su abuela, en donde había pasado la mayor parte de su infancia. —¡Todo está igual! La abuela sonrió encantada. Esa era su nieta, la sonrisa que tenía en el rostro sí pertenecía a su nieta y no el aura tóxico que tenía en esa mansión maloliente.—¡Ha pasado mucho tiempo desde que estuve en tu casa, abuela!—Sí, mi niña. Pero finalmente estás aquí—recogió un mechón de cabello y lo colocó detrás de la oreja de Abbey—. Ya tienes el cabello bastante largo. ¿Te lo vas a cortar de nuevo? Ahora te queda muy lindo.—No lo sé—pensó—. Tal vez lo considere...Miró el cielo abierto, azul y con unas cuantas nubes. El
—¡Já! Niño inteligente—a Evan le recorrió lava ardiente por las venas—. ¡No la toques!Los niños salieron corriendo en cuanto vieron como un Evan enojado entraba al agua como si fuera un toro embravecido, menos el que se aferraba a Abbey como si fuese su salvación. Atrapó al niño y rodeó su cuello con su brazo.—Hace tiempo que veo que te estás burlando de mí, niño insoportable...Abbey quedó sorprendida. Evan jugaba con el niño como si un hermano mayor "peleara" con su hermano pequeño y su rostro era muy diferente al frío cascarón que mostraba. Ahora tenía una cara pícara y molesta, pero molesta en la forma divertida.Retrocedió un paso para poder admirar mejor la escena tan inusual y especial.—"Así que él puede hacer ese tipo de expresión...Sabes, Evan, me pasa lo mismo que a ti. Cada vez que encuentro algo nuevo en ti, mi corazón late a mil por hora y todo a mi alrededor deja de importarme"La pequeña niña con el salvavidas en la cintura se acercó y comenzó a salpicar a ambos con
¿El inolvidable amor de infancia? O ¿El virtuoso amor de juventud?¿Hacia qué lado se inclinará la balanza? ¿Quién se quedará con el extremo final del hilo rojo?—Tan imprudente como siempre, A.—¿Sam?Y un un shockeado Evan miraba todo desde la arena.Después de haber recogido a la pequeña niña, tomó en brazos a Abbey y el cuerpecito de la niña, mientras se acercaba a la costa de forma lenta pero segura.—Sam...—Abbey estaba temblando. —No te preocupes, A. Todo está bien ahora, estoy aquí.Al llegar a la orilla, bajó a ambas con cuidado.—Gracias...Los niños al instante rodearon a los dos.—Debes de tener un ojo en ella, siempre—El niño mayor asentía frenéticamente mientras todos abrazaban a su amiga pequeña.Sam, es su amigo, para ser precisos, el único amigo de infancia que ha tenido desde que tiene memoria. De niña, prácticamente pasó la mayor parte de su crecimiento en la isla. Es sólo un año mayor, sin embargo su madurez y sensatez supera la de un adulto promedio.Solía jugar
"A veces la ignorancia es una bendición"Evan cerró su habitación de un portazo. No estaba pensando claramente y menos cuando su puño impactó contra el armario de aspecto antiguo de su cuarto. —¿Acaso soy un jodido niño berrinchudo? ¿Celoso también?El leve pinchazo casi lo devuelve a su estado normal. Casi.Lo que lo hizo volver a la realidad fue el libro pesado que cayó de arriba del armario cuando lo golpeó. Le dio de lleno en la cabeza.El revoltijo que sentía en todo su cuerpo fue ignorado por el curioso libro. No ponía nada enfrente y tampoco atrás. No tenía polvo, sobre todo en la parte delantera, se notaba que fue hojeado unas cuantas veces pero sin llegar a rasgar o romper nada.—Soy un imbécil. Abbey está contenta, radiante de lo feliz que está por haber vuelto a su lugar de origen. De haberse encontrado con su amigo de infancia. Y aquí estoy yo comportándome como una criatura de 2 años. Suspira y se golpea una vez más en la cabeza con el libro antes de abrirlo.De alguna