AbbeyYa estamos en la última hora, y anhelo poder salir, ir a mi casa y dormir hasta que sea lunes.Hoy es vierneeeeeeeeesss. No me emociono porque salgo ni nada, solo porque es viernes y ya luego no hay instituto. Vamos, ya me entendéis, sin profesores pesados ni levantarse sumamente temprano para ir a un infierno.-Psss Psss. - levanto la cabeza y Lucie me mira irritada desde su lugar, enfrente de mí, para luego agregar susurrando. - ¿Porqué no me haces caso?La miro sorprendida. - ¿Me hablabas?Lucie bufa y la profesora nos mira con una ceja levantada. Rápidamente bajo la cabeza y simulo estar concentrada. La verdad es que estoy poniendo atención a cualquier cosa menos a su materia. Historia es un asco. Tengo tanto sueño, casi se me pegan los ojos. Pero a la vez la ansiedad no me permite dormir. Se preguntarán porqué. Pues la noche anterior llegué a casa muy tarde, yo sólo recuerdo haberme quedado dormida en el hombro de Evan. Según mis papás fue Evan quien me subió en sus braz
DesconocidoSemanas atrás...La melodía de su celular irrumpe bruscamente su subida al Deportivo Mustang blanco, que ahora tenía una mancha horrible en su guardabarro. Con una mueca atiende el celular, lo coloca entre su hombro y oreja, mientras que se dedica a limpiar a su hermoso bebé.-Espero que sea importante, estoy ocupado.- Sí, ocupado haciendo que brille su Mustang.-¿De verdad? ¿Qué estás haciendo, cenando con la Reina Isabel?.- la irritante voz al otro lado de la línea hace que apriete con fuerza su mandíbula.-De un tiempo acá, te has creído mi jefa y ya me estoy hartando señorita "de clase alta".- las últimas palabras lo dice con mucho veneno, recordando la vez que se había referido a sí misma.- Yo tengo poco que ganar sin embargo, tú mucho que perder.-¿Te atreves a amenazarme?.- suena bastante ofendida y eso lo divierte.- Te recuerdo que también estás en este circo.Sí, y ahora mismo se maldice por aceptar ese trato. En un principio le pareció muy tentador, sin embargo
-Ya está todo listo. Tengo a una de ellas comiendo de mi mano, pero las demás todavía dudan.Espera pacientemente a que la otra voz conteste. La verdad es que ya se está aburriendo de este estúpido juego. Lo que le apetece es ir a un bar y beber hasta que alguna hermosa mujer se le insinúe. O mejor aún, que aquella pelirroja curvilínea pueda sacarle todo el estrés, de la manera que él mejor sabe.-No me importa si le tienes que poner tu traje Armani debajo de los zapatos. A esas estúpidas las tienes que tener todas a tu disposición.-Ya sé, socia.- Já! la palabra socia suena ridículo hasta para él.- Las tendré comiendo de mi palma dentro de poco.-Poco es mucho tiempo.-contesta duramente la fina e irritante voz. "Todo es por el dinero, todo es por el dinero" se repite mentalmente para aguantarla .- Ahora es el momento.-Está bien, futura esposa.- Reprime el instinto de bufar ante lo último. Se repite de nuevo mentalmente "Todo es por el dinero, el dinero todo lo puede".- Voy a hacer a
Evan-Camcam.-su vocecita hace media hora que me está irritando.- ¿Sabes? El otro día estuve en el shopping y encontré...Dejé de escuchar de nuevo su parloteo para concentrarme en la gráfica. Éste informe es súper importante para la empresa y está jodidamente mal hecho. Entorno los ojos hacia el papel mientras voy corrigiendo los errores monumentales y apuntando mentalmente dar una clase privada a la nueva secretaria sobre hacer informes correctamente.Un silencio sepulcral en mi despacho hace que me sienta extraño. ¿Qué ella no estaba..?El documento con las gráficas de repente salió volando de mi escritorio. ¿Que demonios?-¿Cuál es tu problema, Darleen?.- el enojo se hace presente en mi voz y me giro a mirarla fríamente.- Hace más de media hora que estoy tratando de hacer este informe como se debe y ...-Ése es el problema.- se incorpora en el sofá y succiona su labio inferior, interrumpiendome.- justamente durante ese tiempo estuve hablándote y no me haz hecho caso. Eso no me da
AbbeyEvan caminó con total seguridad que me asombró. Bueno, él siempre me asombra (no me molesten por admitirlo, ¿vale?)El chico abajo mío, soltó un jadeo brusco en cuanto Evan y su porte intimidante llegaron hasta nosotros.-¿No me oiste?.- El Salvador mejor conocido como Evan sujetó el brazo que todavía estaba levantado del chico y lo lanzó con fuerza hacia atrás. Ése movimiento hizo que mágicamente nuestras ropas dejaran de estar unidas. -No la toques.Me asió con firmeza la muñeca, pero no con tanta fuerza como para que me doliera, me puse de pie y me acercó a él. El aroma a menta, sudor y humo llegaron hasta mí e inhale profundamente llenándome cada rincón de mi ser. Llenándome de una paz y seguridad que extrañaba muchísimo.-Me la llevo.-anunció a nadie en particular y empezamos a caminar cuando la voz todavía ebria y con ganas de salir herido, del chico, lo hizo parar abruptamente y que yo chocara con su espalda.-¿Es tuya?.-el chico arrastró las palabras mirando fijamente a
De los coches bajan muchas personas trajeadas, pero no de las que se ven empresarios, no, estas personas tenían traje negro y un auricular en un oído. Ay no, Santa Diosa de la ropa rosa, porfavor que no nos hagan nada.Después de unos eternos segundos, bajan del coche del medio a las personas que no pensé que volvería a ver.La señora R tenía el cabello recogido de forma elegante, mientras que traía un traje de empresaria color azul marino. Su semblante era serio pero aburrido mientras a su lado se colocaba la única persona que casi me echa de una escalera. Traía su típico peinado con dos coletas pero ¡Sorpresa! ahora lo tenía arcoiris en los dos lados. Yo amaba los colores juntos hasta este momento.Traía unos tacones quizá de 15 cm y así apenas podía alcanzar la altura de la señora R. Traía un top rojo con una chaqueta rosa y su minifalda con unas medias altas negras. La señora R me examinó y yo temblé, no por mí sino por Evan. ¿Qué le haría está bruja a mi preciado,Evan?-No sé q
Es domingo por la noche y Evan no me ha contactado ni una sola vez. Me levanto por cuarta vez del sofá de la sala y miro mi celular.Evan no me ha contactado ni una sola vez. Me muerdo nerviosamente el labio inferior mientras me acuesto de nuevo en el sofá pero esta vez de forma vertical de cabeza y enciendo la televisión.—¡Abbey! ¡No acapares el sofá!Mi madre me rińe mientras va hacia la cocina. ¿Nunca les pasó que su madre les dice algo y ustedes responden con un "Está bien mamá" y al final no hacen lo que pide? Vale, eso estaba a punto de comenzar pero una interrupción en la televisión me llamó la atención.La periodista decía—"Interrumpimos su programación actual para informarles sobre una noticia importante a nivel internacional. El importante heredero de la mayor empresa de acciones exitosas desde hace generaciones, el señorito Evan Cameron Jones Beckham anunciará su casamiento mañana en el hotel Rosé Mitchell de forma oficial en una conferencia de prensa.—fue avisada de algo
Ufff, estoy muy nerviosa. Mis padres por poco no me creyeron que iba a ver a Evan, ya que según ellos yo ayer estuve en un bar y ya me estoy "corrompiendo", pero no les pude decir nada más. No es porque Evan me lo prohibió ni nada, sólo es que ¿Cómo le explicas a tus padres el giro que da tu vida cada dos segundos?Tengo un sencillo vestido azul Francia con un hombro descubierto. Agradezco que todavía haya sol y que un suave viento me haga sentir por lo menos un poco tranquila.Estoy frente al hotel Rosé Mitchell y hay tanta gente amontonada que se me revuelve el estómago. Odio ser el centro de atención.Con valentía doy dos pasos con rumbo a la gran puerta tintada de cristal, cuando escuchó una voz cercana-¡Señorita! Disculpe la molestiaGiro mi cabeza y encuentro a un muchacho un poco mayor que yo, quizá de unos 6 o 7 años, tez pálida y ojeras pero que lleva una gran cámara colgada del cuello. Uff es un reportero.El reportero se detiene frente a mí con una libreta en las manos. ¿P